Historia del Platino
Robert Wokittel
Geólogo Minero
1961
Almocafre, herramienta de uso tradicional en la minería artesanal del Pacífico colombiano. Fuente: https://coleccionetnograficaicanh.wordpress.com /2017/01/08/almocafre-etnia-comunidad-afrocolombiana-2/ |
A finales del siglo XIX y hasta comienzos del siglo XX, el campesinado chocoano y de otros sitios del Pacífico colombiano consideraba “oro
biche” al platino, por lo cual era frecuente que en sus labores de mazamorreo lo
desecharan, lo devolvieran al río para que terminara de convertirse en oro o lo vendieran en el pueblo a precio de ganga. ¿Cómo se pasó de esta situación a un escenario en el que el platino devino en uno de los metales preciosos más valiosos, llegando incluso a tener -durante varios años- un costo de mercado mayor que el oro?
Por su importancia histórica, El Guarengue les ofrece esta Historia
del Platino, extractada de un artículo más extenso[1] del Doctor “Robert Wokittel (1886-1970), quien estuvo vinculado a la
Escuela Nacional de Minas de Medellín por 11 años, desde 1926 hasta 1937. Una
vez finalizó sus actividades con esta institución se dedicó a realizar estudios
sobre geología económica en el territorio colombiano por casi 45 años; trabajos
que realizó para diferentes instituciones del Estado. Su trabajo, durante los
once años de docencia en la Escuela, se enfocó inicialmente en el cuidado y
mejoramiento de los Laboratorios de Geología, Mineralogía, Hidrocarburos y
Beneficio de Minerales, al mismo tiempo que en la docencia de las asignaturas
de Mineralogía II, Mineralogía Microscópica, Geología I, Geología II,
Explotación de Minas, Beneficio de Minerales, Geología Práctica e Hidrocarburos
I y II”[2].
El prestigioso ingeniero chocoano Ramón Mosquera Rivas, quien
fuera Gobernador del Departamento del Chocó en 1966 y uno de los más prolíficos
pensadores del desarrollo de la infraestructura regional, se graduó en 1935 en dicha Escuela
de la Universidad Nacional, donde fue alumno de Wokittel, quien asesoró
y presidió su Tesis de Grado, titulada El Istmo de San Pablo, y bajo cuya
dirección participó en la famosa excursión científica al Chocó (1934), que dio
origen a su tesis.[3]
Batea de uso tradicional en minería artesanal. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=SKUA4u52QRk |
El platino era conocido y usado en América del Sur en el tiempo precolonial, pues en tumbas indígenas en Esmeraldas (Ecuador) se han encontrado joyas de oro con platino. No existen datos sobre el procedimiento usado en la fabricación de éstas. La primera noticia de este metal, encontrado en minas de oro del Darién en el Nuevo Mundo (Nueva Granada) y considerado como infusible e inútil, la da Julio César Scalinger en 1557. Mucho más tarde, en 1720, se menciona en Popayán el empleo de azogue aplicado a la separación de oro y platino, que probablemente provino del Chocó. Este distrito figura entre las primeras regiones auríferas descubiertas por los españoles, y fue descrito en 1513 por Vasco Núñez de Balboa en sus memorias de viajes. Las hostilidades de las tribus guerreras impidieron su desarrollo minero hasta la segunda mitad del siglo XVII. En 1735 menciona Antonio de Ulloa el platino del Chocó como mineral que desvaloriza el oro explotado en los aluviones. Por su semejanza con la plata y para clasificarlo como metal de poco valor se le dio el nombre de platina y más tarde el de platino. Considerando este metal como inútil y para evitar falsificaciones de la plata, la Corona en 1778 ordenó consignar en las cajas reales todo el platino que se sacase, pero sin retribución alguna. Diez años más tarde se pagaron por cuenta de Su Majestad 2 pesos por cada libra de platino. En estos diez años se recogieron en Cauca (Popayán) y el Chocó, por las cajas reales, más de 2.000 kgs de platino, los cuales fueron arrojados distintivamente, por oficiales reales, en presencia de testigos, en los ríos Bogotá y Cauca, y otra parte fue enterrada en el Chocó. Fuera de esto se botaron grandes cantidades de platino por los mismos mineros, sin presentarlas a las cajas reales, o se vendieron a extranjeros que pagaban mejores precios, pues en Europa se prestó desde 1748 alguna atención a este metal a raíz de estudios científicos de sus propiedades físicas y químicas. Apenas al principio del siglo XIX se dio aplicación al platino para recipientes para la concentración de ácidos sulfúricos, y en el año de 1809 se fabricó para tal fin el primer crisol de 12 kgs de peso.
Colombia fue el
único productor de platino hasta el año de 1819, cuando se descubrieron los
aluviones platiníferos de los Urales (Rusia), los cuales en poco tiempo
cobraron mayor importancia que los de Colombia. En Rusia, para fomentar la minería,
se acuñaron en 1828 hasta 1830 monedas de platino de 3,6 y 12 rublos. Pero
debido a los grandes cambios de precio de este metal, las monedas no fueron
bien recibidas y en 1845 se retiraron de la circulación. Sobrevino entonces una
fuerte crisis para la minería de platino en Rusia. Poco a poco se inventaron
nuevos usos para el platino en la industria química, en la electricidad, para
joyas, en la dentistería, etc., por lo cual la producción de Rusia fue
aumentando hasta más de 6.000 kg en el año 1911. Durante la primera guerra
mundial y principalmente debido a la destrucción de las dragas y minas en la
revolución comunista, disminuyó la producción rusa rápidamente hasta unos 300
kgs en 1921. A raíz de estos acontecimientos se concentró el interés mundial
por el platino a los aluviones de Colombia, principalmente del Chocó, que
fueron entre los años de 1917 hasta 1923 las principales fuentes mundiales de
este metal.
Pozo exploratorio de platino en los Montes Urales, Imperio Ruso, a principios del siglo XX. Foto: Veniamin Metenkov. |
Esta situación y
los aumentos de los precios del platino de 50 a 115 dólares por una onza Troy
(31.1 gr) dieron un notable empuje a la minería de platino y produjeron una era
de prosperidad de grandes proporciones. En esta época se efectuaron mayores
exploraciones y se iniciaron explotaciones mecanizadas (dragas) en mayor
escala. Mineros y compañías se dedicaron a buscar el platino botado y enterrado
en el tiempo de la Colonia, rompiendo calles y destruyendo casas en Quibdó y
otros puntos; reconstruyéndolas después se obtuvieron en estas operaciones buenas
ganancias. La producción de platino subió de 526 kgs. en 1914 a 1.608 kgs. en
1924.
A raíz de la
notoria escasez de platino se hicieron también en otras partes del mundo
mayores exploraciones de aluviones y de yacimientos primarios, principalmente
en África del Sur y en Canadá. Los estudios dieron muy buenos resultados.
Canadá empezó en 1920 a aumentar la producción de platino como subproducto de
la minería de níquel y cobre. En África del Sur se explota el platino de rocas
ultrabásicas y como subproducto de la minería de oro desde 1925. Estos dos
países, con una extracción anual de 12 toneladas cada uno, son hoy los
principales productores de platino y de sus metales afines. Más tarde empezó a
intensificarse la insignificante explotación de platino (15 kgs. en 1913) en
los Estados Unidos. Su producción proveniente de aluviones y refinerías de oro
y cobre fue de 775 kgs. en 1956. La producción anual de Rusia Soviética se
estima hoy en 3 toneladas.
Desarrollo de la minería de platino en Colombia.
La minería del
platino no pudo prosperar en el tiempo colonial, debido al bajo valor que tenía
este metal y al desprecio que se le dio en esa época. Su explotación se efectuó
forzosamente en los aluviones aura-platiníferos del Chocó al extraer el
apreciado oro; el platino fue botado o vendido a precios mínimos. Con la
Independencia y debido a la importancia que cobró el platino, al encontrársele
varias aplicaciones (en la industria, en la joyería, en la dentistería y en las
casas de moneda) empezó a manifestarse un mayor interés por los yacimientos de
oro y platino del Chocó, que tenían fama mundial a raíz de unos resultados
temporales extraordinarios obtenidos en su explotación a mediados del siglo
XIX. Atraídos por su legendaria riqueza, se internaron grupos de nacionales y
extranjeros (gente seria y aventureros) en la selva chocoana, los unos con
sencillas herramientas, los otros con modernos equipos de esa época (monitores
y canalones, bombas de succión, buzos y pequeñas dragas). Los resultados
obtenidos hasta principios del siglo XX por las diversas expediciones no
fueron, en resumen, muy satisfactorios, lo que se debe a la inclemencia del
clima, inexperiencia de los empresarios, defectos técnicos de los equipos, etc.
Al fin y al cabo, resultó el equipo criollo como el más práctico y seguro, principalmente
la batea manejada por los negros del Chocó, más resistentes al clima que los
empresarios blancos.
El desarrollo
moderno de la minería de platino del Chocó se inició como consecuencia de las
exploraciones hechas desde 1889 por Henry Granger y de las iniciativas del
general Castillo, quien consiguió en 1907 concesiones mineras en el río
Condoto. La escasez de platino que se presentó durante la primera guerra
mundial (desde 1914) dio un gran empuje al respecto. Granger instaló en 1906
una pequeña draga en el río Atrato cerca de Quibdó, que naufragó.
Castillo, al no
obtener resultados satisfactorios con un pequeño montaje hidráulico, vendió su
concesión a la Anglo-Colombian Development Co., subsidiaria de la Consolidated
Gold Field Co. de Inglaterra. Esta compañía levantó en 1912 un campamento en
Andagoya y trajo en 1913 una draga que empezó a trabajar en 1915 en el río
Condoto. En seguida surgieron protestas y oposiciones de Granger, respaldado
por la Pacific Metal Co. de Nueva York, y de otros, quienes habían conseguido
en el mismo terreno títulos mineros anteriores a la entrada de la Concesión
Castillo. El lío fue arreglado por negociaciones de la Anglo-Colombian
Development Co. y la Pacific Metal Company, fundándose al respecto en los
Estados Unidos la South American Gold and Platinum Company, que a su vez formó
para las operaciones en el Chocó una subsidiaria, la Compañía Minera
Chocó-Pacífico. Esta compañía, la principal productora de platino y de oro del
Chocó, instaló en 1920 la segunda draga, en 1923 la tercera, en 1932 la cuarta,
en 1937 con otra compañía la quinta, y en 1938 la sexta draga.
En las dragas se
cambió posteriormente el equipo de calderas (combustibles: leña y aceite) y de
motores Diesel por el de motores eléctricos que reciben su fuerza de una amplia
red eléctrica. Para tal fin y con la obligación de suministrar energía a los
Municipios vecinos, la compañía construyó en los años de 1922 a 1923 una
central hidroeléctrica en La Vuelta, en el curso bajo del río Andágueda. Dos
turbinas con sus generadores, instalados en 1923 y 1928, tienen capacidades de
1.000 kw. cada una. Más tarde se instalaron en Andagoya, el centro de
administración de la Chocó-Pacífico, varios generadores eléctricos movidos por
motores Diesel. Las dragas fueron reformadas para darles mayores capacidades de
explotación y mejores condiciones de recolección de oro y platino; tienen hoy
capacidades de 100.000 a más de 300.000 yardas cúbicas por mes cada draga.
Aparte de las dragas, la compañía trabaja en menor escala con equipos
hidráulicos (monitores y elevadores).
Poco después de la
compañía Chocó Pacífico se instaló en la región de Condoto la British Platinum
and Gold Corporation. Entre las dos empresas surgieron varios pleitos sobre
títulos mineros que por decisiones de la Corte Suprema fueron ganados en su
mayor parte por la Chocó-Pacífico. Así a la compañía inglesa le quedaron sólo
áreas muy limitadas para explotar. Ella operó en los años de 1921-1927 una
pequeña draga cerca de Opogodó, durante poco tiempo otra draga en Bazán, cerca
de Condoto, y suspendió sus actividades en 1927.
En 1925 se
organizó la Neguá Company (inglesa) con un pequeño capital. Inició operaciones
con dos dragas de succión muy pequeñas en el tributario meridional del río Neguá,
unos 15 km. arriba de su confluencia con el río Atrato. El producto es
principalmente oro.
La mecanización en
mayor escala de la explotación de los aluviones, iniciada en 1915 con la
primera draga grande y continuada con las instalaciones de 5 potentes dragas
más, significa un valioso progreso de la minería del Chocó, que se debe a las
iniciativas y a la organización de la Compañía Minera Chocó-Pacífico. Esta
empresa, con sus equipos, su organización y sus reservas de aluviones, está
capacitada para producir grandes cantidades de platino y oro por muchos años.
Con la modernización
de la minería, que permite explotaciones de grandes masas con bajos costos por
unidad, era de esperarse que se formara una especie de monopolio de las
compañías potentes para el platino. Sin embargo, se presenta en el Chocó el
caso muy interesante de que, aun al aumentarse la producción de la
Chocó-Pacífico, pequeñas empresas y los mazamorreos producían, y producen, con
elementos muy rudimentarios, la misma o mayor cantidad de platino que las
dragas. Estimativamente se dedican en el río San Juan y en sus tributarios unas
25.000 personas (hombres y mujeres) a las tareas de mazamorreo. Sus
herramientas son: la batea, la batelta o el cacho, la pala, el almocafre, el
barretón y últimamente la batea mecánica "Denver" (cuna minera).
Robert Wokittel y egresados de 1935 de la Escuela Nacional de Minas, durante una excursión científica en las montañas de Santander. Fuente: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-36302017000200055#B3 |
[1] Wokittel, Roberto. En: Geología
Económica del Chocó. Bibliografía Geológica – Minera del Chocó. Publicado en Boletín
Geológico, Vol. VII Nos. 1-3, páginas 119-162. Informe Nº 1.275. Servicio Geológico
Nacional. Bogotá, 1961.
[2] Yohana Josefa Rodríguez-Vega, Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona. La
enseñanza de la geología en la Escuela Nacional de Minas de Medellín, 1910-1937.
Boletín de Ciencias de la tierra, Nº 42, Medellín, enero-julio 2017.
[3] Sobre el ilustre Doctor Mosquera Rivas y sus estudios de geología, en
El Guarengue, “Confluencias”:
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