lunes, 24 de septiembre de 2018

Oración a San Francisco en forma de desahogo
Pedro Casaldáliga (1984)

Mural de Maximino Cerezo Barredo en el Auditorio de las Seglares Claretianas en Quibdó (2004). Fragmento. 
Tomada de: CEREZO BARREDO, Un uomo, le sue opere http://www.minocerezo.it

Compadre Francisco,
¿cómo vas de Gloria?
¿Y comadre Clara
y la Hermandad toda?

Por acá, en la tierra,
vamos malviviendo;
grande la codicia
y el amor pequeño.

El amor divino
es muy poco amado,
y es flor de una noche
el amor humano.

La mitad del mundo
de hambre se muere;
y la otra mitad,
del miedo a la muerte.

Hay pocos alumnos
que tomen en serio
la sabia locura
del santo Evangelio.

Señora Pobreza,
Perfecta Alegría,
andan en los libros
más que en nuestras vidas.

Hay muchos caminos
que llevan a Roma.
Belén y el Calvario
salieron de trocha.

Mural de Maximino Cerezo Barredo en el ábside de la Catedral de Quibdó (1984). Fragmento. 
Tomada de: CEREZO BARREDO, Un uomo, le sue opere http://www.minocerezo.it

Nuestra madre Iglesia
mejoró de modos,
pero hay mucha curia
y carisma poco.

Frailes y conventos
criaron vergüenza,
más en sus modales
que por vida nueva.

Tecnócratas muchos
y pocos poetas.
Muchos doctrinarios
y menos profetas.

Firmas y escritorios,
armas y convenios
planean la Historia,
manejan los Pueblos.

La madre Natura
llora, poluída,
su aire y sus aguas,
su cielo y sus minas.

Pájaros y flores
se mueren de susto.
Los lobos del pánico
ganaron el mundo.

Dobló sus pendones
la antigua arrogancia.
Sólo lucro y odio
riñen sus cruzadas.

Pactos y tratados,
guerras y más guerras.
Sangre por petróleo
los imperios truecan.

Salta. Foto Julio César U. H. 2017.

Compadre Francisco,
el mundo es tan viejo,
que habrá que hacer otro
para verlo nuevo.

Cuando Jesucristo
y Nuestra Señora
vengan a ayudarnos
a mudar la Historia,
contamos contigo
en aquella hora,
y comadre Clara
y la Hermandad toda.

jueves, 20 de septiembre de 2018


San Pacho bendito

Desfile de Banderas: el día en que una imagen no valió más que mil palabras
o faltaron palabras para completar las mil.

Logos tomados de @SanPachoBendito
y http://sanpachobendito.org/2018/ 
Tan importante como cualquier acción organizativa y de gerencia, educativa y promocional, infraestructural y de refuerzo de la identidad comunitaria en torno a esta, orientadas a mantener los elementos o componentes estructurales de la Fiesta de San Francisco de Asís o Fiestas de San Pacho (Quibdó, Chocó, Colombia, 19 de septiembre al 5 de octubre) en su calidad de bien cultural inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; es diseñar y aplicar estrategias claras y concretas para la comunicación pública, la documentación, la promoción y la información sobre dicho patrimonio.

De hecho, en el expediente o archivo de nominación de San Pacho para su inscripción en la mencionada lista, ante la séptima sesión del Comité intergubernamental para la Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, de la UNESCO, celebrada en París en diciembre de 2012, se dejó explícita, como línea de acción N° 4 (de 5) del Plan Especial de Salvaguarda de la fiesta, una denominada Documentación y comunicación[1]; la mayor parte de cuyos elementos han venido siendo aplicados –desde entonces- por la Fundación Fiestas Franciscanas de Quibdó (FFFQ), con notorios avances en cuanto al registro de San Pacho en medios de comunicación de cobertura nacional y regional; rediseño y mantenimiento de su sitio web y de una cuenta en Twitter; producción y publicación de una revista impresa y de un afiche anual, entre otros aspectos; e incluso (en la versión 2018 de la fiesta) la producción y publicación de una aplicación para teléfonos móviles (Sanpachoapp).

Wagner Mosquera, Ana María Giraldo y Elías Córdoba
Foto JCUH, tomada a la pantalla de TV
durante la transmisión de Telepacífico.
Fruto de esa línea de acción es el hecho de que el canal regional de TV Telepacífico haya transmitido este 20 de septiembre durante una hora y media, con una sola interrupción publicitaria, el Desfile de Banderas, acto céntrico, colorido e inaugural de San Pacho 2018, el cual contó incluso con la presencia de la Ministra de Cultura y parte de su equipo de trabajo. Y que lo haya transmitido en directo, desde la catedral y el malecón, localizados en la Carrera Primera de Quibdó, a orillas del río Atrato; para total deleite de cientos de sanpacheros ausentes, chocoanos en general y quibdoseños en particular, quienes a través de sus tuits consiguieron que la etiqueta #SanPacho2018 fuera una tendencia popular durante más de cinco horas y pudieron compartir su alegría, su nostalgia, su beneplácito, sus recuerdos y hasta sus anuncios de viaje a Quibdó.

Tomada de @SanPachoBendito
Esos sanpacheros ausentes (que fue como los bautizó Hansel Camacho en su magistral e inmortal Homenaje a San Pacho) estuvieron pues a sus anchas disfrutando la transmisión, identificando caras y gente conocida, lugares y claves de la fiesta, gracias a su conocimiento de la misma, a su condición de fiesteros de la misma, a su condición de iniciados en el arte franciscano del goce y la alegría perennes durante los diecisiete días en los que el lema franciscano de Paz y Bien se refiere a ese estado permanente de celebración y felicidad.

No ocurrió lo mismo con quienes no son sanpacheros, con quienes no son quibdoseños, con quienes no son chocoanos, con quienes nunca han ido a San Pacho, quienes durante esa hora y media de transmisión de Telepacífico fueron simplemente unos televidentes más en búsqueda de entretenimiento, información e ilustración. Estos, como me lo manifestó una amiga en dicha condición, a quien induje a que viera la transmisión, se quedaron sin entender realmente la estructura y funcionamiento del Desfile de Banderas. Y les quedó faltando bastante para entender realmente qué es lo que pasa a partir del 21 de septiembre, cuando entran en escena los 12 barrios antes llamados franciscanos ahora llamados tradicionales. Es decir, entretenimiento tuvieron y algo de información; pero, les quedó faltando bastante ilustración.


Y no porque Telepacífico no haya hecho lo suyo, que lo hizo. Mientras la periodista chocoana Rossy Lemos bailaba, entrevistaba y comentaba simultáneamente desde el propio interior del desfile y lograba transmitir uno que otro dato útil a los telespectadores neófitos; su compañera de transmisión, Ana María Giraldo, intentaba, algunas veces con éxito, extraer para el público jugos de conocimiento y datos de sus dos acompañantes locales, que fungían como asesores o comentaristas especializados: el periodista Wagner Mosquera y Elías Córdoba, expresidente de la junta de fiestas y gran conocedor de todo lo referente a las mismas. No obstante, en ambos casos, se notó la falta de preparación previa de la transmisión, la ausencia de libreto, la casi nula documentación acerca del fondo simbólico e histórico de la fiesta; que terminó siendo transmitida más como un jolgorio carnavalesco, de tantos que abundan, que como una manifestación que forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Comparsa de Airplan, empresa operadora del aeropuerto de Quibdó, 
con su pancarta oficial de identificación asignada por la FFFQ.
Tomada de: @AeropuertoUIB

Fue notorio que las dos presentadoras no fueron suficientemente ilustradas acerca de los elementos mencionados: estructura y funcionamiento del Desfile de Banderas y de la Fiesta de San Pacho en general. Ello explica que, por ejemplo, no se haya logrado comunicar –de manera certera y eficaz- que esos grupos uniformados de bailarines que aparecían rebosantes de alegría protagonizando el desfile se llaman comparsas y que cada comparsa correspondía a una institución local –pública o privada- participante por inscripción y bajo unas reglas básicas preestablecidas por la FFFQ en su calidad de responsable de las celebraciones. Ello a pesar de que ambas hicieron lo posible por indagar por aspectos relacionados y a pesar de que Wagner y Elías brindaron datos útiles sobre el particular, aunque de modo disperso y casual, sin hilvanar el conjunto de los datos en una explicación compacta y significativa; asunto para el cual ambos son suficientemente ilustrados.

Ese mismo vacío informativo de las presentadoras sobre las comparsas se tradujo y fue evidente en las imágenes como documentos narrativos (y no solamente de apoyo) sobre el mismo tema: es decir, tampoco las imágenes, que saltaban –a veces sin ton ni son, sin orden ni concierto- de una a otra comparsa, de una panorámica a un plano general y a un detalle, consiguieron contarles a los televidentes no iniciados de qué se trataba todo esto, más allá de que esos grupos que iban apareciendo bailaban y estaban uniformados. Porque, ni con la palabra ni con las imágenes se logró dar cuenta de que se trataba de una secuencia de participantes enumerada y nombrada en los avisos que anunciaban a cada comparsa, los cuales eran portados por alumnas uniformadas de algún colegio de Quibdó. Es más, solo accidentalmente y fugazmente, alguna cámara pasó a mil por uno de esos avisos, desconociendo que cada uno de ellos era sustancia informativa, documental y significativa para la construcción de secuencias.

Las 12 banderas.
Imagen tomada de: http://sanpachobendito.org/2018/

Y así pasó, aunque más grave por el nombre del desfile, con las banderas. En ningún momento las banderas fueron protagonistas visuales ni habladas de la transmisión: poco aparecieron, no hubo detalles sobre las mismas, sobre su correspondencia con los barrios, sobre su significado, etcétera, etcétera. Únicamente, en unas tres ocasiones, Elías Córdoba reiteró –ante la recurrente inquietud de la presentadora- que no cualquiera las portaba y que su habilidad para “batirlas” o moverlas era condición sine qua non para ser abanderado. De modo que ni se vieron las banderas, en tanto protagonistas objetuales y simbólicas de un desfile que por algo se llama de banderas, ni los televidentes –expertos o legos en San Pacho- supieron nada de ellas.

Alcalde de Quibdó, Ministra de Cultura y Presidente la FFFQ,
en el Desfile de Banderas. Tomada de: @RutaQAlcaldia.
Tampoco fue narrado en la transmisión, aunque entre las primeras imágenes de la misma estuvo la entrevista al Alcalde de Quibdó, a la Ministra de Cultura y al Presidente de la FFFQ, cuál era el orden del desfile, por qué, con qué alcance y peso simbólico o funcional. Así como se quedó en lugar común aquello de La Mujer (así con mayúsculas) como tema del desfile y de las fiestas; aparte de una explicación algo anodina del presidente y de un intento de profundizar que no cuajó, por parte de Elías y de Wagner.

En fin, sin detrimento de la calidez, talento, fluidez, telegenia y simpatía de las presentadoras; sin detrimento de la pericia y precisión de los camarógrafos, a pesar de los múltiples obstáculos que debían salvar para lograr sus imágenes; hay que decir, como contribución a la próxima vez, que esta vez la transmisión no fue un documento memorable y digno de repaso. Porque le faltó sustancia y narración, porque aún con su buena forma no consiguió fondo.

Carroza llevada desde Pasto al Desfile de Banderas,
por los delegados del Carnaval de Blancos y Negros.
Foto Libia Gómez Rentería, tomada de @LILUGORE
Habrá entonces de actuar con diligencia comunicacional y documental, etnográfica y argumentativa, la FFFQ; para brindarle a Telepacífico, y a todo medio similar que a Quibdó llegue con fines sanpacheros, herramientas suficientes para una producción previa y al aire, antes, durante y después de publicar sus contenidos, que los ponga realmente a tono con lo que significa cada elemento material e inmaterial de la Fiesta de San Pacho y que les facilite sumergirse e insertarse en el sentido de la misma, a tal punto que sus productos sean documentos y narraciones memorables, que deleiten a sus usuarios a la vez que nutren, enriquecen y amplían los registros y archivos de la fiesta, como lo establece el PES (Plan Especial de Salvaguarda) en la ya citada línea de acción N° 4[2]. Del mismo modo, la FFFQ debe cuidar un poco más la puesta en escena del desfile, para que nada ni nadie se interponga en la misma y así este luzca como un conjunto y no como una agrupación dispersa de elementos sueltos.

Así, con toda seguridad, Telepacífico logrará transmisiones como las que hace del Carnaval de Blancos y Negros, de Pasto, tan organizadas, documentadas y estructuradas, que quienes nunca hemos ido allá quedamos siempre perfectamente enterados acerca de qué es de lo que nos estamos perdiendo.

¡Paz y bien!



[1] UNESCO, United Nations Educacional, Scientific and Cultural Organization. CONVENTION FOR THE SAFEGUARDING OF THE INTANGIBLE CULTURAL HERITAGE. INTERGOVERNMENTAL COMMITTEE FOR THE SAFEGUARDING OF THE INTANGIBLE CULTURAL HERITAGE. Seventh session, Paris, December 2012. NOMINATION FILE NO. 00640 FOR INSCRIPTION ON THE REPRESENTATIVE LIST OF THE INTANGIBLE CULTURAL HERITAGE OF HUMANITY IN 2012. Pp. 9-10. Consultado en: https://ich.unesco.org/es/RL/fiesta-de-san-francisco-de-asis-en-quibdo-colombia-00640

[2] "4. Documentation and communication. This line of action aims to document the Festival, its visual expressions, musical productions and research. This action is a necessary complement to a communications project which allows easy access to information by different audiences, for which it is essential to place information on the web, produce a biannual newsletter, and the modification of a physical space for keeping the records and archives of the Festival". Ibidem, pág. 10.

lunes, 17 de septiembre de 2018


¡Eternamente Yolanda!


¡Señora Muerte que se va llevando
todo lo bueno que en nosotros topa!...
Solos —en un rincón— vamos quedando

los demás... ¡gente mísera de tropa!
[…]
León de Greiff. SEÑORA MUERTE.

Este sábado 15 de septiembre, Día del amor y la amistad en Colombia, habría cumplido 60 años. Su vida no llegó hasta aquí y ahora, porque cuatro días después de haber cumplido 43 años (también era sábado y también era el Día del amor y la amistad, también estábamos en la mitad de la semana 38 del año), en una acción premeditada, planificada y ejecutada con la abyección suma y el total detalle acostumbrados por este tipo de individuos y empresas criminales, en el atrio de la iglesia de Nuestra Señora de La Merced, en el Parque Nariño, en Tumaco, Yolanda Cerón Delgado fue miserablemente asesinada por un sicario, obviamente emisario de paramilitares, a quien otro canalla de su misma ralea esperaba en una moto para garantizar la huida de ambos hacia el aeropuerto, rumbo a Cali; adonde lograron viajar, como si nada hubiera pasado, a eso de las dos de la tarde de aquel infeliz miércoles 19 de septiembre de 2001.

Los famosos y casi siempre inútiles retenes, y los autodenominados planes candado empezaron –como siempre- cuando ya no se usaba, cuando ya todo estaba consumado; cuando ya estaba hecho sin remedio alguno este mal del tamaño de todas las aguas juntas de todas las ensenadas, radas, caños, quebradas, ríos y esteros del Litoral Pacífico tumaqueño; cuando ya el alma nos lloraba en volúmenes de aguacero patiano o mireño, atrateño o guapireño, a todos sus amigos, colegas, hermanos y compañeros, incluidos los que después fuimos deliberadamente borrados o barridos –como con escobas de yaré, potre, matamba, quitasol, milpesos o amargo- de la historia oficial que han escrito y publicado sobre Yolanda, en la cual no aparecemos ni por los rincones de las casas, los patios o los pampones de Salahonda, mucho menos en la casa del obispo o en alguna otra de las que habitó Yolanda; no obstante lo cual, a veces nos asomamos por las rendijas de la memoria campesina de aquellos hombres y de aquellas mujeres que nos conocieron trabajando, soñando, caminando, riendo, viviendo y llorando con ella, y con ella y con nosotros trabajaron y soñaron, caminaron y rieron, lloraron y vivieron, en aquellos tiempos en los que sonaba raro pregonar derechos étnicos, en aquellos tiempos en los que no teníamos hojas de ruta, sino metodologías; en aquellos tiempos, en fin, en los que a aquellas palabras fundacionales, como juntos y organizados, dinámica y movimiento, comunidad y territorio, fraternidad y solidaridad, playa y manglar, todavía no se les había desgastado el sentido.

Memorial de Yolanda Cerón en el Parque Nariño, de Tumaco.
El entonces Obispo de Tumaco, Gustavo Girón Higuita, publicó esa misma tarde un comunicado oficial sobre el desventurado acontecimiento:

“Comunico con dolor a toda la Diócesis de Tumaco, a la Iglesia Católica Colombiana, a las autoridades del Departamento de Nariño, a las autoridades nacionales de Colombia y a todas las entidades extranjeras que apoyan la acción evangelizadora, social y humanitaria que cumple nuestra Diócesis la dolorosa noticia del asesinato de la Hermana YOLANDA CERÓN, Directora de la Pastoral Social de esta Diócesis.

Al mediodía del 19 de septiembre de este año 2001, en la puerta de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, situada en el Parque Nariño, Tumaco, fue víctima la Hermana Yolanda de un sicario que de varios disparos terminó con su vida en forma instantánea”.


Yolanda había nacido el 15 de septiembre de 1958 y se sentía orgullosa de que ello hubiera ocurrido en el municipio de Arboleda (Berruecos), al nororiente del departamento de Nariño, por la importancia de estas tierras en la historia aborigen, desde la época precolombina; por los sucesos que allí ocurrieron durante la colonia española y la guerra de independencia; por el valor de sus bienes materiales de interés arqueológico y cultural; y –sobre todo- por los que siempre exaltaba como atributos de la gente de Arboleda, los cuales Yolanda encarnaba de modo superlativo: sencillez, laboriosidad y honestidad, y a los cuales se sumaban en ella, de modo incontrovertible, a lo largo y ancho de su cuerpo pequeño y de su alma infinita, la inteligencia, el compromiso y la generosidad. Años después de este dolor, su papá se expresó así sobre Yolanda, en un acto de conmemoración celebrado en su pueblo:

“A mi hija Yolanda yo siempre le decía La Negra. Ella fue muy querida y la que más se destacó de sus demás hermanas por su inteligencia. Era muy estricta y le gustaba que sus hermanas y sobrinos hicieran las cosas bien. Sus estudios primarios los realizó en la escuela urbana de esta población; luego no sé cómo le hizo, pero, se fue a estudiar al Colegio María Goretti en Pasto, donde yo le apoyé en lo que pude; luego de eso entró a la Compañía de María de La Enseñanza, donde hizo sus votos de pobreza; luego la mandaron a trabajar a Tumaco,

Yo nunca supe que ella estaba en peligro donde trabajó, nadie me informó, cosa que yo creo habría podido evitar la forma en que terminó la vida de mi Negra; pero, como el día que supe que la mataron, dije: “Dios me la dio, Dios mismo me la quitó, bendito sea”. Siempre he aprendido que debemos hacer la voluntad de Dios más que la nuestra”. (Pedro Antonio Cerón, Arboleda, septiembre 2011).

Dedicatoria de Yolanda en un libro
de Pedro Casaldáliga y José María Vigil
que me regaló de cumpleaños cuando trabajábamos juntos.
Por esas marcas de ancestro, por esos atributos y por la seriedad con la que siempre tomó su formación académica, espiritual y religiosa, Yolanda fue digna aspirante, postulante, novicia, juniora y monja de La Enseñanza (Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, ODN), orden famosa por haber sido el primer instituto religioso de carácter educativo para la mujer, fundado en Burdeos (Francia), en 1607, por Juana de Lestonnac (1556 – 1640), quien era sobrina nada más y nada menos que de Montaigne.

La profesión religiosa de Yolanda ocurrió el 1° de mayo de 1990, en la Comunidad de La Rosa, en Pasto, en la Iglesia del Pilar; comunidad en la que había empezado su formación y que fue su casa por siempre, aún después de haberse retirado de la Orden con el propósito de subsanar sus dilemas de conciencia acerca de dónde podía cumplir mejor su vocación misionera. Una vocación cimentada, como ella misma lo decía con frecuencia, en la vivencia directa del Éxodo bíblico en aquel primer contacto con las comunidades negras, allá en la entonces escuelita (hoy Institución educativa agroecológica) de La Playa de Salahonda (Municipio de Francisco Pizarro, Departamento de Nariño), a donde llegó con el mismo e indeleble acento pastuso que ni las mares del sur pudieron aplacar. Una de sus compañeras monjas de la época anotó al respecto:

“Sus cambios interiores tan notorios, a partir de la oración y de la vida, se perfilaron con nitidez en su primera estadía en la Costa Pacífica, al hacer su práctica pastoral en La Playa de Salahonda. Varias veces nos repitió con la seriedad y la convicción que la caracterizaban: Es que me resuena lo del Éxodo: “He visto la miseria de mi pueblo, he oído sus clamores. Conozco sus Sufrimientos” (Ex. 3,7).

Dibujo de Javier Pulgarín Toro.
Tomado de DECIBELES DE LUZ,
Ed. Lealon, Medellín, junio de 2003
Transcurridos más o menos dieciocho meses de su primera estadía allí, en el último quinquenio de los años 80 del siglo pasado, Yolanda regresó al Pacífico, de donde ya nunca más se iría, pues en una noche por venir las coordenadas de su vida se despejarían.

Una sábana cobijaba y moldeaba su inocente cuerpo menudo y fresco, mientras oía el escarceo incesante de las olas, a pocos metros de su cama. Llegaban a su mente las descomunales presencias vegetales de los guandales, sajales, cuangariales y naidizales, y de sus entornos magníficos, exuberantes y rebosantes de vida. Jamás había pensado que las mares y las playas fueran infinitas. Jamás había pensado que pudieran encontrarse, juntas, tanta vida, tanta gente tan negra y tan buena, tanta injusticia y tanto dolor. Jamás había pensado que en medio de todo aquello, tan literalmente nuevo para ella, tan caliente, tan fresco, tan húmedo, a la vez, pudieran florecer, sin dificultad alguna, tanta esperanza y tanta paz, tanto futuro negro y bonito erigiéndose sobre los palafitos de la infamia y el abandono, sobre las ruinas de los derechos conculcados…

Se despertó sin sobresalto alguno, como si desde el fondo de sus sueños hubiera viajado en un potrillo manso a través de las aguas calmas de una quebrada montuna, con un sombrero de piangüera cubriendo su cabeza. Sintió que sus ojos profundos y curiosos estaban repletos de todo lo que había soñado, bien fuera persona, animal o cosa. Resonaban en sus oídos las músicas de la vida de aquella selva que se asomaba a esa mar que sentía acariciándole la piel con olas hechas a su medida y que se la recorrían y tocaban como si fuera una marimba embelesada en los brazos de un currulao, de una juga o de un bunde. La boca le sabía a resurrección y ese pedazo del mundo olía a todo lo bueno que existir pudiera en materia de aromas y fragancias naturales.

Y así, sin sobresalto alguno, colmada de vida y de emociones, en aquella noche de esplendente luna, Yolanda Cerón Delgado vivió su epifanía, en su cuerpo todo y en toda su alma, a lo largo y ancho de su ser. Y supo entonces, aunque no lo dijera tal cual sino después de muchos años, en otra noche épica por la inmarcesible presencia del amor, que su hora había llegado: que tenía que regarse como verdolaga en playa por todo el territorio diocesano de Tumaco, para hablar de cuanto fuera necesario para que a la gente no le negaran nunca más lo suyo, sobre todo sus derechos. Si los problemas son de todos, tenemos que solucionarlos entre todos y por ello nos toca trabajar unidos, entre todos, fue el resumen que a su alma alborozada le dictó su cabeza.

Lo que pasó después lo saben maestras y maestros de escuela y de colegio, líderes comunales, jóvenes, catequistas, cantaoras y vecinos, sacerdotes y religiosas de los ríos Patía Grande y Mira, Telembí y Magüí, Tapaje e Iscuandé, Satinga y Sanquianga, Mejicano y Gualajo, Rosario, Mataje y Caunapí.

Poema y dibujo de Javier Pulgarín Toro.
Tomados de DECIBELES DE LUZ,
Editorial Lealon, Medellín, junio de 2003.
Dieciocho años después de su muerte, podemos sonreír cuando recordamos su palabra, su obra y su misión; nos estremecemos cuando evocamos su ser completo de mujer; y podemos revivir con detalles todo lo bueno que en cada uno de nosotros dejó. Sin embargo, cada vez que viene a nuestra mente el mediodía de aquel miércoles de espanto se hacen presentes la aflicción y la amargura, la pesadumbre y la melancolía, el quebranto y la tribulación; aunque también, cómo no, las nostalgias buenas llenan los mejores rincones del alma, para que podamos decir: ¡Eternamente Yolanda!

lunes, 10 de septiembre de 2018


Del amor y la amistad

Y vieron los comerciantes asociados en Fenalco que el mes de septiembre no redituaba para ellos como los demás meses del año, porque era un mes totalmente ordinario en lo laboral, exento de lunes festivos y sin ningún motivo especial para el incremento del consumo. Y entonces convirtieron, hace casi 50 años, el antiguo Día de los novios en el Día del amor y la amistad, y prescribieron que se celebrara -todos los años- el tercer sábado de septiembre. Y lo amenizaron desde el principio con una creciente avalancha de elementos de estrategia comercial, promoción y publicidad usuales en los demás casos ya establecidos (días del padre y de la madre, por ejemplo). Y así septiembre, sin perder su ordinariez laboral y sin quebrantar su abstinencia de lunes festivos, tuvo también su día importante de celebración, jolgorio y consumo; por obra y gracia de Fenalco, la casa de origen del ministro que actualmente ostenta la cartera de la defensa nacional con cara de bravucón y pendenciero, como si de defensa no fuera, sino de guerra y pelea.

De este modo, de los sentidos regalos de los novios y las novias, inspirados más en el amor y en la pasión naturales que en la reacción al bombardeo publicitario de los comerciantes y mercachifles; pasamos a las tarjetas y esquelas de mensajes prefabricados y con motivos diferenciados para hombre o mujer: carros, animales, pipas, libros, veleros, para el primer caso; flores y atardeceres para el segundo. En ambos casos con mensajes impersonales y pretendidamente universales.

Ese renglón de la expresión romántica y de amistad alcanzó una de sus cúspides comerciales con las famosas tarjetas Timoteo, nacidas en Bogotá en 1984; así como tuvieron su época las llamadas credenciales, que fueron una versión plástica de las tarjetas y esquelas de papel, hechas del tamaño de una tarjeta de crédito, lo cual motivó su nombre. Las postales, con o sin mensaje preimpreso, tuvieron también su apogeo: atardeceres en sitios indeterminados, parejas de cuerpo entero o en primer plano casi siempre a contraluz, así como senderos florecidos, bucólicas escenas de campos y animales y sembradíos de trigo, fueron, entre otros, los motivos principales de las postales.

Hasta que entramos en la era digital y todo lo anterior quedó atrás y el mercado de los mensajes de amor y amistad, cómo no, se trasladó a este nuevo escenario; al igual que se institucionalizó el juego del Amigo secreto, que ha llegado a niveles insospechados de reglamentación, empezando por el costo mínimo del regalo. Por esta vía, paulatinamente se dejó de hablar de un día y hoy se habla del mes del amor y la amistad.

Durante este mes, Fenalco estimula de mil maneras el consumo y publica los resultados de su encuesta anual sobre diversos tópicos de la celebración. Así, en la encuesta de 2017, se estableció que los colombianos le compran regalos de amor y amistad preferencialmente a esposo(a), novio(a): 50%; y a su amigo(a) secreto(a): 35%. También se concluyó que, en orden de preferencia, los regalos preferidos son: ropa y calzado (25,3), invitación a comer (21.0%), chocolate o dulces (19.1%), bisutería y joyas (12.3%), seguidos por cosméticos, rancho y licores, tecnología, tarjetas, flores, viajes y pasajes, y -en el último lugar- un artículo que también tuvo su momento de ridícula gloria: los peluches (3.0%). En estos regalos se gastan menos de 50 mil pesos, en el 41% de los casos; entre 50 y 100 mil en el 27%, entre 100 y 200 mil en el 21% y en el 11% de los casos una suma superior a los 200 mil pesos.

Y así vamos, entre mediciones y promociones, entre descuentos y ofertas comerciales, entre planes prediseñados para enamorados o amistados, para amistados enamorados o para enamorados amistados, entre montos mínimos de regalos de amigo secreto cada vez más astronómicos y reglamentos oficinescos cada vez más estrafalarios, entre precios insólitos de ramos de flores que parecen reimportados del San Valentín de Miami…al ritmo de Fenalco (la fuerza que une), que ya no solamente nos guía por los vericuetos mercantiles del amor y la amistad, sino que nos provee de ministros, como Sabas ayer y Guillermo hoy, en el primer y tercer mandato del Mandamás; mientras sus ventas siguen aumentando entre 20% y 40%, en el llamado fin de semana del amor y la amistad, cuyo sábado mercantil se prolonga hasta un poco más allá de la medianoche, debido a la recién introducida estrategia de las ciudades despiertas, que consiste en que esos templos del consumo que son los centros comerciales venden hasta la 1 o 2 de la madrugada del domingo.

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Sin embargo, nos queda la poesía, para nuestra fortuna existencial, para relativizar esta determinación mercantil y para cantarle (con vino o sin él, con aguardiente o ron, con whisky o con cerveza, o solamente con agua helada) al amor, inspiración de todo el bien del que somos capaces; y a la amistad, inefable fraternidad entre parientes que no lo son.


Para el amor, Jorge Artel, Sor Juana Inés de la Cruz y Mario Benedetti y un atrevido yo que quiere compartir con ustedes, de entre todos sus poemas, dos.































Para la amistad, Miguel Hernández y Joan Manuel Serrat.



Por el amor y la amistad, mirándonos a los ojos: ¡Salud!


lunes, 3 de septiembre de 2018


La alegría de leer

82 años de existencia cumple este jueves 6 de septiembre de 2018 la Escuela Normal Superior de Quibdó, en cuya Escuela Anexa viví el milagro maravilloso e inolvidable de aprender a leer; luego de que la Maestra Olaya culminara –con la cartilla Coquito- la tarea que había empezado mi mamá con periódicos, revistas y figurines de los que usaba para guiar la elección de los modelos de vestidos de sus clientas, que posteriormente cosería en su vieja máquina Singer.

Sin duda, aprender a leer es una de las cosas más significativas que a uno le pueden pasar en la vida; como significativo y emocionante es contemplar la primera lectura cancaneada de una hija o de un hijo, previa pregunta de si uno quiere que le digan qué dice ahí o previa triunfal confesión de que Yo ya sé leer, ¿quiere que le muestre? En ambos casos, el de uno y el de la prole, lo que sigue de ahí en adelante, durante meses y a veces años, es la lectura voraz, permanente y en voz alta de todo lo legible que a uno se le atraviese.

En mi caso, saber leer (y escribir, claro) se convirtió en una herramienta fundamental para incrementar mis niveles de eficiencia como mandadero oficial de la casa, que ya ejercía desde que estaba terminando de aprender a hablar. Leer también me sirvió para ejercer con plena potestad el puesto de ayudante de costura de mi mamá, quien, a medida que iba tomando las medidas de talle, busto, cintura, largo, hombros, sisa, cuello y demás para los futuros vestidos de sus clientas, me las iba dictando; y yo las iba apuntando en la libreta dispuesta para estos menesteres, que era la misma en donde mi mamá llevaba registros de pagos, abonos y deudas, tanto de su oficio de modista, como de los fiados de las diversas tiendas.

De ese modo, viví no solamente la milagrosa emoción de saber que sabía leer; sino que, además, fui encontrándole a la lectura utilidades prácticas como las antedichas y aquella otra, sensacional, que nadie me había contado que existía y que descubrí cuando –en la clausura de ese primer año escolar- me dieron como premio de Aprovechamiento un hermoso, inolvidable y literalmente fabuloso libro de Fábulas para niños. A través de las páginas de ese amado libro, que leí tantas veces hasta aprenderme todas las moralejas, Iriarte, Esopo y Samaniego me iniciaron en la ruta del inconmensurable placer de leer por leer, leer por el puro de gusto de disfrutar la lectura, leer por soñar…, gracias a aquel libro grande y colorido, de manufactura perfecta y olor a nuevo, que terminó tristemente ahogado en una creciente de la quebrada La Yesca.

Gao-Malí-Foto ONU por Harandane Dicko.
Tomada de: 
http://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals/goal-4-quality-education.html
Pero, quizás hay algo todavía más impactante que aprender a leer o ver leer por primera vez a una hija o un hijo: es ver leer por vez primera a un adulto, cuando, en un proceso de alfabetización, vencido el pudor y ganada la certidumbre, cancanea sus primeras palabras y frases, y escribe por primera vez su nombre sin vacilaciones ni automatismo, a sabiendas de que ahí dice lo dice y no lo que le dicen que dice.

Por lo dicho, lastima la conciencia y hiere la dignidad humana que en el mundo haya todavía por lo menos 750 millones de adultos[1] que carecen de competencias básicas de alfabetización, entre ellos 102 millones de jóvenes (15-24 años); según lo expone la Nota conceptual de la UNESCO[2] para el Día Internacional de la Alfabetización de 2018[3].

Aunque, como también lo anota la UNESCO, se ha conseguido a escala mundial un aumento de la tasa de alfabetización de adultos (más de 15 años) desde el 81% en el año 2000 hasta el 86% en 2016. En Colombia, esta tasa es de 94.2%, o sea que en el país hay 2.7 millones de personas analfabetas, las cuales viven principalmente en zonas secularmente abandonadas por el estado y profundamente agobiadas por la violencia y el conflicto armado, ubicadas en los departamentos de Guainía, Vaupés, Vichada, Bolívar, Magdalena, Cauca y Chocó.


Además de lo anterior, seis de cada diez niños y adolescentes (617 millones) no alcanzan el nivel mínimo de competencia en lectura (no pueden leer ni escribir una oración simple) y matemáticas. Y, remata la UNESCO, “si no se toman medidas, muchos de los aproximadamente 267 millones de niños y jóvenes sin escolarizar formarán parte de la futura población de adultos analfabetas”. Es decir, llegarían a los 15 años sin haber aprendido a leer y escribir, con lo cual pasarán a engrosar la cifra del analfabetismo mundial. Que es lo que cotidianamente sucede, por ejemplo, en la Región Pacífica Colombiana, “donde aproximadamente sólo uno de cada diez niños logra terminar sus estudios de primaria y bachillerato, muchos no tienen acceso a una escuela y más del 5% de quienes ingresan se deben retirar antes de terminar el año escolar”.[4]

Por todo ello, nada tan pertinente como la idea de celebrar un día internacional dedicado a la alfabetización, la cual se gestó en la Conferencia Mundial de Ministros de Educación sobre la Erradicación del Analfabetismo, realizada en Teherán (Irán) del 8 al 19 de septiembre de 1965. La Conferencia General de la UNESCO declaró el 8 de septiembre Día Internacional de la Alfabetización, durante su 14ª sesión celebrada el 26 de octubre de 1966, con el fin de recordar a la comunidad internacional la importancia de la alfabetización como una cuestión de dignidad y derechos humanos.[5]

Y por todo ello, sobre todo porque es un asunto de dignidad y derechos humanos, es también pertinente que este año el tema elegido por la UNESCO sea La alfabetización y el desarrollo de competencias; como una manera de enfatizar en el estrecho vínculo que debe existir entre el acto mismo de leer y las utilidades prácticas del mismo, es decir, aquellas competencias que leer debe aportarle a todo nuevo lector joven o adulto para el trayecto completo de su vida. Lo cual, como tantas cosas, fue perfectamente sintetizado por Gabo hace ya casi 25 años en su famosa proclama Por un país al alcance de los niños:

Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética -y tal vez una estética- para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía”.[6]




[1] Más o menos 1% de la población mundial.
[2] Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. https://es.unesco.org/
[4] Defensoría del Pueblo. Colombia. Problemática humanitaria en la región pacífica colombiana. Agosto de 2016 Bogotá D.C., Colombia. 212 pp. Pág. 92. http://defensoria.gov.co/public/pdf/Informepacificoweb.pdf Consulta: 03.09.208.
[6] En: http://www.plandecenal.edu.co/cms/media/herramientas/colombia_al_filo_de_la_oportunidad.pdf Proclama leída por Gabriel García Márquez, en el acto oficial de entrega al Gobierno Nacional de los resultados de la Misión de sabios o Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, julio de 1994.