4 voces chocoanistas
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Río Atrato, 2020. Foto: Julio César U. H. |
El esplendor del Chocó, y de Quibdó
en particular, durante la primera mitad del siglo XX y hasta principios de la
década de los años 1960, se marchitó. Se extinguieron las voces claras, enérgicas
y comprometidas que habían enarbolado una bandera chocoanista ante la Nación
colombiana y propuesto caminos de solución para conducir a la región a estadios
mayores de humanidad, de bienestar, de equidad, de inclusión.
El Guarengue presenta cuatro
ejemplos de la época, cuatro voces de aquellos tiempos. Veinte años antes de que el Maestro Miguel Vicente
Garrido convierta este sentimiento en himno de la chocoanidad inconforme, un
alcalde provincial plantea de modo contundente que “el Chocó debe obrar su propia
redención” y que ya llegó la hora de hacerlo. Uno de los gobernantes más
pulcros y progresistas que ha tenido el Chocó se refiere a la incomunicación vial como pecado máximo de Colombia hacia el Chocó. Y las reconocidas voces de dos de los más grandes
parlamentarios de la región y del país, que en su momento ocuparon todo el escenario del Congreso de Colombia.
“Mis
41 años de vida me han enseñado la tristísima lección de que el Chocó es el
hijo bastardo de Colombia, así de los ciudadanos del país como del gobierno
central. Yo estoy convencido de que, para el gobierno central, el Chocó,
nosotros, constituimos una fastidiosa carga. En consecuencia, he llegado tras
mucho pensar a la tristísima conclusión de que el Chocó tiene que obrar su
propia redención. He llegado a la hora (para mi es ya llegada) de dejar a un
lado sentimientos quijotescos y pensar seriamente en presentarnos a labrar
nuestra propia suerte. La naturaleza sabia y pródiga, nos legó un hogar rico
más allá de toda concepción para Colombia… Yo propongo sencillamente a mis
hermanos del Chocó, a su gobierno, así al actual como a los futuros, el
desarrollo de una política intensa y firmemente nacionalista, dentro de la
unidad nacional. Es decir, que trabajemos arduamente nosotros los del Chocó por
el Chocó y para el Chocó”.
Sergio Villa Valencia, Alcalde Provincial del Pacífico. ABC, enero 3 de 1935.
“En
efecto, el pecado máximo de la república es haber mantenido los territorios
nacionales en el mismo estado de absurda incomunicación que durante la colonia;
y, entre ellos, especialmente el Chocó, cuya vecindad a Panamá, cuyas
posibilidades de un canal interoceánico que atraen sobre él las miradas voraces
de las grandes potencias, y cuya prodigiosa riqueza platinífera y aurífera
hacen más inexplicable y peligroso este abandono”.
Adán Arriaga
Andrade, Intendente Nacional del Chocó. ABC, agosto de 1934.
“Me encumbré en los escaños del Congreso
para hacer del Chocó un departamento al igual que Antioquia, Caldas y el Valle
del Cauca; pero quiero denunciar a la madre Colombia que estos hermanos son
injustos: del Chocó sólo se acuerdan para limitarlo en territorio y
acrecentarse ellos, en vez de invadir a su hermano con el pito de las fábricas,
con el mugido de sus ganados y con el oro verde de la energía eléctrica”.
Diego Luis Córdoba. Discurso
pronunciado en
su
homenaje a los treinta años de ejercicio parlamentario.[1]

Ramón Lozano Garcés.
Intervención
como Representante a la Cámara en la sesión
del
día 4 de agosto de 1959, “La situación minera del país”.[2]