Descuidos, olvidos e indolencias
en la protección del patrimonio cultural
de Quibdó y del Chocó
Un tercer aniversario fue totalmente ignorado por la institucionalidad pública y la sociedad local y regional: el centenario de la inauguración del monumento a César Conto Ferrer en el Parque Centenario de la capital del Chocó, un templete construido por el arquitecto catalán Luis Llach, donde -aun en contra de la cerril oposición de los misioneros claretianos, que lo consideraban un impío- fueron depositados los restos de César Conto repatriados de Guatemala, adonde había sido desterrado por los gobiernos conservadores en cobro por su liderazgo en el Radicalismo liberal de finales del siglo XIX, tanto en el campo político como en el campo militar, a través de su participación en las guerras interpartidistas.
Tedeum
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FOTO: Gobernación del Chocó. |
Las banderas del departamento y de sus municipios decorando la nave central del templo y los alrededores del altar fueron un acierto simbólico en el escenario de la celebración religiosa; al igual que las ofrendas presentadas como regalos y adornadas con los colores del pabellón chocoano. No así la torta o ponqué de cumpleaños con los colores de la bandera departamental y el canto de “cumpleaños feliz” de las reuniones de oficina: la torta por su evocación de las reparticiones que ya sabemos y la canción porque tiene un inevitable dejo de banalización del acontecimiento, que pudo evitarse si se hubieran entonado solamente, además del himno, uno o dos temas significativos de la tradición musical regional, como “Yo soy chocoano (de nacimiento)”, “Chocó tierra de quereres (Grito al Chocó)”, e incluso el mismo “Lamento Chocoano”, que tan ligado está a la historia de nuestra pesadumbre como región y como pueblo.
¿Homenaje a Diego
Luis?
Terminada la misa, siguiendo las usanzas del protocolo, autoridades civiles, eclesiásticas y militares (la Gobernadora, el Obispo, un oficial de policía y otro de la Armada) caminaron por la Carrera Primera, desde la Catedral San Francisco de Asís hasta el costado suroccidental del Parque Centenario, para rendir el clásico homenaje a quien tanto tuvo que ver con la creación del Departamento del Chocó.
En un mensaje de su cuenta oficial de X, la Gobernación del Chocó expresó: «Hoy rendimos homenaje a Diego Luis Córdoba, padre de nuestro Departamento. Honramos su legado y su invaluable contribución al Chocó, que sigue inspirándonos en la lucha por justicia, igualdad y progreso. Con respeto y gratitud, recordamos su visión».[1]
Las fotografías que acompañan ese mensaje en X no dejan ver el penoso estado de ruina y deterioro en el que se encuentra el monumento al “padre del departamento, educador y faro de la raza”. Un monumento que, en la actualidad, cuando llega la tarde, se convierte en parte del mobiliario de un par de ventorrillos instalados en su frente, tapándolo: uno de fresas con crema “del malecón” y otro de cervezas micheladas que “refrescan tu mente y tu corazón”; como reza una carpa roja que permanece al lado del monumento antes de la instalación vespertina de esta pequeña y rentable cantina. Tampoco dejan ver las fotos la chambonada cometida al reteñir con colores y métodos inapropiados las letras de algunos textos inscritos en el mármol del monumento; ni los daños que ha sufrido en sus bases, en su emplazamiento, en sus contornos y en el conjunto de elementos que lo acompañan.
Mucho menos dichas fotos permiten ver el estado de ruina del Parque Centenario, su completo deterioro, su desaseo generalizado, su patética suciedad, producto de su utilización como plaza de mercado satélite para la venta de todo tipo de fritangas y chucherías, aguas azucaradas y licores; que han llegado a tal abigarramiento que el monumento a Diego Luis Córdoba, el obelisco en homenaje a la independencia nacional (totalmente deslucido y deteriorado) y el templete construido en homenaje a César Conto a duras penas alcanzan a verse desde el costado opuesto de la Primera o desde el atrio de la Catedral.
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Quibdó-Parque Centenario. FOTOS: Julio César U. H., octubre 28 y 31 de 2024. |
De La Presentación
al Integrado, del Integrado al Cañizales
Precisamente por eso, y también desde el punto de vista de los hitos del patrimonio histórico del Chocó, es importante preguntarnos si -aparte del buen gusto, la fastuosidad, la creatividad, la solemnidad y la gallardía de los desfiles conmemorativos de los 90 años del IEFEM y de los 60 años del Cañizales- hubo tiempo, ocasión y medios para que la comunidad educativa de estos colegios y la ciudadanía de Quibdó y del Chocó rememoraran en tan maravillosas efemérides el significado que ambos colegios tienen dentro de la historia del acceso de las mujeres afrochocoanas a la educación formal.
¿Hubo ocasión para recordar que, frente a la exclusión -por motivos raciales y de clase- de la cual eran víctimas las niñas y jóvenes chocoanas por parte del colegio de las monjas de La Presentación; el Consejo Administrativo de la Intendencia Nacional del Chocó, a instancias de Diego Luis Córdoba, con el apoyo del Intendente, Adán Arriaga Andrade, y de su Director de Educación Pública, Vicente Barrios Ferrer, creó -en marzo de 1934- sendos colegios para señoritas, en Istmina y Quibdó…y que el de Quibdó se convirtió en el Instituto Pedagógico Femenino, que junto al Colegio de Bachillerato y el Politécnico Femenino conformarían el Instituto Femenino Integrado, IFI; que derivó en el actual IEFEM…?
La fundación del actual IEFEM es un hito histórico sinigual en los procesos de universalización de la educación pública para las mujeres en el Chocó y de las luchas institucionales en contra de la discriminación por motivos de género, de raza y de clase en la educación chocoana. ¡Bien vale tanta alegría por estos 90 años!
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Placa conmemorativa de la fundación y los fundadores de la Normal Superior Manuel Cañizales, de Quibdó. FOTO: Julio César U. H., abril 2019. |
El inolvidable
olvido de los 100 años del monumento a César Conto
Desde la esquina suroccidental del Parque Centenario, de Quibdó, Diego Luis Córdoba nos rememora los grandes hitos de la historia chocoana en el siglo XX. Desde su monumento, en la esquina suroccidental, César Conto Ferrer nos recuerda las luchas del radicalismo liberal -en el siglo XIX- por el acceso popular y universal a derechos como la educación, la salud, el voto, el trabajo… “El monumento es un templete inaugurado el 12 de octubre de 1924 para recibir los repatriados restos de este poeta, maestro, político, periodista, diplomático, filólogo y patricio liberal, que habían llegado a la ciudad el día anterior, en un barco a vapor llamado Quibdó, que los trajo desde Cartagena, adonde habían llegado procedentes de Ciudad de Guatemala, en donde el jueves 2 de julio de 1891 murió este protagonista de decenas de batallas contra la hegemonía conservadora, forzosamente exiliado por combatir el oscurantismo, la teocracia y el cogobierno eclesiástico, en defensa de las ideas liberales, la Constitución de Rionegro, la república federal “y, como alimento de ella la educación popular, sin tributos al escolasticismo, libre, laica, científica”.
[..]
Por sus ideas, expresadas con vehemente claridad en los debates públicos y en sus magistrales y fogosos escritos de prensa, principalmente en El Liberal, de Popayán, y por su valentía y arrojo con las armas en la mano cuando no quedó otro camino, en las guerras civiles interpartidistas del último cuarto del siglo XIX; Conto se había convertido en una de las figuras más temidas por los conservadores más godos entre los godos de la época, como el cartagenero Rafael Wenceslao Núñez Moledo y el noviteño Carlos Holguín Mallarino, ambos presidentes de la república, quienes lo hostigaron hasta conseguir que su única escapatoria fuera el destierro hacia un país que, afortunadamente, lo acogió como un defensor de la libertad, como un ser humano bueno y como un intelectual. [4]
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Monumento a César Conto en el Parque Centenario. Quibdó, 31 de octubre de 2024. FOTO: Julio César U. H. |
“El Chocó debe
pedir cuentas a los que lo dirigen”
El Chocó fue creado como departamento mediante la ley 13 del lunes 3 de noviembre de 1947. Cinco días después, el escritor Arnoldo Palacios escribió en la famosa revista Sábado: «La creación del Departamento del Chocó es para la patria como admirar el amanecer a la orilla de un río. Porque el alma del hombre se llenó de alegría, y la alegría es signo de progreso. […] Esperamos la cooperación de todos los colombianos para la prosperidad del nuevo Departamento del Chocó, en bien de la patria».[5]
Un poco más de medio siglo después, en una entrevista concedida en Quibdó, en abril de 1998, el mismo Arnoldo Palacios expresó: «El Chocó debe pedir cuentas a los que lo dirigen. No tienen excusas, ya que son de nuestro pueblo, no son extranjeros».[6]
Un cuarto de siglo después de aquella entrevista, setenta y siete años después de la creación del Departamento del Chocó, por cosas como estas del desprecio al patrimonio y a la historia, uno podría decir que las palabras de Arnoldo Palacios mantienen su vigencia.
[5] Arnoldo Palacios. Heraldos de un nuevo día. Revista Sábado, 8 de noviembre de 1947. En: Cuando yo empezaba. Arnoldo Palacios. Biblioteca Digital de Bogotá. Edición digital: Bogotá, febrero de 2014. ISBN: 978-958-8877-13-6. 155 páginas. Pág. 45-52
[6] Arnoldo Palacios. Entrevista en Chocó 7 días.
Quibdó, abril de 1998. Edición N° 142.
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