De la estirpe de Senén
Mosquera
|
★Jhon Arias, Jhon Córdoba y Yaser Asprilla, con cuyos goles le ganó Colombia a Rumania el pasado 26 de marzo, son parte actual de la estirpe chocoana cuyo símbolo es Senén Mosquera. FOTOS: X (cuentas de los jugadores). Archivo El Guarengue: foto de Senén Mosquera con Delio "Maravilla" Gamboa". |
“En
fin, que ganó Colombia, pero también ganó el Chocó, que sigue reivindicando su
fútbol y a sus jugadores, esos mismos que salen al profesionalismo a pesar de
las carencias y las dificultades. Que salen y triunfan a pesar de la falta de
escenarios o de apoyos sólidos y decididos de parte de los políticos miopes y
los dirigentes mediocres”. Wagner Mosquera. El Chocó golea Rumania 3-2. Facebook, 26 de marzo de 2024.
Aún faltaban
más de 20 años para que se estableciera en Colombia la celebración regular del
campeonato profesional de fútbol, cuando se inauguró en Quibdó, en agosto de
1926, la primera cancha para la práctica de este deporte. “El campo no tiene
que envidiar nada a sus similares de otras poblaciones. Queda situado en la
esquina que forman la Avenida Istmina y la calle séptima. Está cercado de
concreto de más o menos 2 pies de altura. Su pavimento es perfecto y apropiado.
Está adornado con columnas. Tiene una superficie de 3.600 metros".
Así describe el diario ABC, en su edición del martes 10 de agosto de 1926, aquel primer campo de fútbol de Quibdó, que fue bautizado
con el nombre de Rita María Valencia, en homenaje a quien fuera la Reina de los
Estudiantes y promoviera la construcción del campo, interponiendo sus buenos
oficios ante sus hermanos, Reinaldo Valencia Lozano, fundador y director del
ABC -para que apoyara públicamente la idea- y Jorge Valencia Lozano, Intendente
Nacional del Chocó, para que construyera el escenario. “…Dicha cancha, de arena
muy fina, tenía graderías de madera y estaba donde hoy se encuentran ubicadas
las denominadas casas territoriales, en la Carrera 7ª entre Yescagrande y Pandeyuca”,
anota el memorioso escritor, artista y folclorista quibdoseño Américo Murillo Londoño.
Popular
desde el principio
Como lo explica
Luis Fernando González en su clásico trabajo sobre la historia del desarrollo
urbano de Quibdó hasta 1950, además de su aporte a la nueva concepción urbana
de la ciudad, que incluye la definición y construcción de espacios públicos
para el encuentro y la recreación; la cancha de fútbol de Quibdó inaugurada en
1926 propicia una nueva actividad recreativa, festiva y dominical, que se añade
a los baños en la quebrada La Yesca y a las retretas en el Parque de la
Independencia, posteriormente Parque del Centenario.
Las partidas de fútbol, como se decía entonces, son toda una novedad para la juventud quibdoseña de la época y concitan a la
muchachada sin distingos de ninguna clase; aunque los primeros, principales y entusiastas futbolistas serán
los estudiantes. Así las cosas, el fútbol en Quibdó nace desde el principio como
un deporte popular, a diferencia del resto del país, donde comenzó como un
deporte exclusivo de la membresía de los clubes sociales de las élites. González
Escobar lo explica así:
“Además
de los acostumbrados baños en la quebrada La Yesca, la actividad física había
estado muy limitada. Con la construcción de la cancha de fútbol en el año 1926,
cambió por completo la actividad de los hombres, especialmente de los
estudiantes. Un deporte que en el interior del país entró a través de los
clubes sociales, en Quibdó fue una actividad popular desde el inicio”.
Partidas
inolvidables: El Carrasquilla vs El Team
El fútbol,
pues, era tan nuevo en Colombia, que apenas empezaba a extenderse en el
país, principalmente en Bogotá y Barranquilla, aunque también en Cali y
Medellín, Manizales y Pereira. De hecho, para entonces, como puede leerse en el
archivo del periódico ABC, de Quibdó, todavía era frecuente escribir en inglés el
nombre de este deporte: football.
De manera que la
inauguración temprana de la primera cancha de fútbol en Quibdó es otro hito o indicio que
marca la conexión que en aquella época mantenía a la ciudad a tono con las innovaciones de la modernidad, gracias al transporte regular de mercancía, novedades y pasajeros desde y hacia Cartagena, el Sinú, Barranquilla y los grandes sabanales de los actuales Córdoba y Sucre, a través del río Atrato. De aquella primera época
quedan registros del ABC sobre la actividad futbolística en la primera cancha
de Quibdó.
En julio de
1928, en el marco de la fiesta de la independencia nacional, el equipo del
Colegio Carrasquilla y el Team 20 de Julio disputan la denominada Copa de Plata.
En octubre del mismo año, con motivo de las Fiestas Patronales de San Francisco
de Asís, la Copa Carrasquilla es disputada por los mismos equipos.
En ambos torneos, el equipo carrasquillero es derrotado por el Team.
Partidas
inolvidables: Kin-K-Yu F.B.C. vs Quibdó F.B.C.
Nuevamente, como
parte de las festividades conmemorativas del 20 de julio de 1934, que ese año
cayó un viernes, se programó para el domingo 22 de julio lo que el periódico ABC
anunció -en su edición 2.856, del 19 de julio de 1934- como una “Gran partida
de football”, que se jugaría “en la cancha de deportes de la ciudad, ubicada en
la Calle 7ª”.
Los rivales
eran el “Kin-K-Yu F.B.C.” y el “Quibdó F.B.C.”,
cuyos presidentes cruzaron comunicaciones formales para pactar el juego entre
los dos equipos que, junto a Águilas y Buitres, integrados ambos por
estudiantes del Colegio Carrasquilla, eran en ese momento los más populares de
la ciudad.
En su calidad
de presidente del Kin-K-Yu Football Club, Rubén Castro Torrijos, el mismo que
compuso clásicos del cancionero chocoano tradicional, como El rey del río
(Alfonso Andrade), María La O y Juana
Blandón; retó formalmente al club oponente, mediante la siguiente comunicación
dirigida a su homólogo del Quibdó Football Club:
“Por
la presente me es honroso extender a usted el desafío formal para un encuentro
de balón-pie con motivo de la fiesta clásica que se avecina. Si usted acepta la
invitación, de común acuerdo fijaremos la hora y demás detalles de la partida.
Pronto enviaré a usted la lista de los jugadores que capitaneo”.
La nota de
Castro Torrijos, fechada el 17 de julio, es respondida al otro día, miércoles 18
de julio, por el presidente del club desafiado, en los siguientes términos:
“La
ciudad, julio 18 de 1934
Señor
Presidente del Kin-K-Yu F.B.C.
Presente.
En
contestación a la suya de ayer 17 me es grato manifestar a usted que en nombre
del Quibdó F.B.C. acepto el desafío que le hace a dicho equipo, siempre y
cuando el campo deportivo esté en condiciones para hacer una partida digna de
las festividades que se celebrarán. De acuerdo con el capitán, señor Antonio
Cuesta M., designarán la persona que haya de actuar como árbitro en la partida.
Pedro
Serna V.
Presidente
del Quibdó F.B.C.”
No sabemos con
qué marcador finalizó la que ABC denominó “una interesantísima partida de
balón-pie”. Sabemos sí que también era músico el presidente del Quibdó
Football Club, el famoso integrante y después director de la Banda Intendencial
y de la Banda Franciscana de Quibdó, Don Pedro Serna.
Partidas
inolvidables: Águilas vs Buitres
La primera vez
que la naciente clase obrera del Chocó celebró el 1° de mayo, que en ese
momento se denominaba el Día del Obrero, fue entre el 29 de abril y el 1° de
mayo de 1935. La Sociedad Obrera del Chocó, que sería reconocida jurídicamente
un poco más de tres meses después, fue la organizadora y promotora de tan histórica
celebración, todo un acontecimiento en Quibdó.
El lunes 29 de
abril de 1935, el periódico ABC informa con entusiasmo evidente: “Mañana será
la fiesta de los obreros. En esta ciudad habrá grandes festejos. Con inusitado
entusiasmo se ha comenzado a celebrar desde hoy el Día del Obrero, de
conformidad con el siguiente programa…”. Y el programa incluye, cómo no, una
“formidable partida de football, galantemente obsequiada por los equipos ‘Águilas’
y ‘Buitres’, integrados por estudiantes del Colegio Carrasquilla”. La partida
se jugó a las 10 de la mañana, después de una misa campal contratada por la
Intendencia, a la cual asistieron “las autoridades, cuerpos colegiados y
representantes del obrerismo”.
|
Escuela Normal Superior de Quibdó, 1943. Como se puede observar, la construcción de la famosa cancha de la Normal apenas está comenzando. FOTO: Archivo fotográfico y fílmico del Chocó. |
El campo de
la Normal
Entre 1941 y 1942,
fueron inauguradas las instalaciones de la Escuela Normal Superior de Quibdó en
las afueras de la ciudad, en terrenos aledaños al río Cabí. Aunque al principio
no estuvo del todo lista y mucho menos adecuada, se construyó allí una cancha
de dimensiones más amplias y reglamentarias que la inaugurada en 1926, que
hasta entonces había sido el escenario único y emblemático del fútbol en
Quibdó.
Desde la década
de 1950, el campo de fútbol de la Normal se convirtió en punto de referencia y
escenario de cita dominguera de los quibdoseños. Los espectadores de aquellos
inolvidables partidos y campeonatos locales y regionales fueron testigos,
domingo a domingo, de la creciente calidad del fútbol chocoano. Y también, por
supuesto, del crecimiento de Quibdó alrededor de este nuevo hito urbano. Las
lomas del barrio Nicolás Medrano y los montes de La Playita, a orillas del río
Cabí, se fueron literalmente tragando la amplitud original de la Normal.
De la
estirpe
Un nuevo Quibdó
había surgido, en el cual la Normal ya no quedaba lejos. En este Quibdó, tener
futbolistas chocoanos en los campeonatos del ámbito nacional había dejado de
ser, paulatinamente, una ilusión, para volverse una realidad permanente. Senén
Mosquera, un chocoano nacido en Buenaventura, se convertiría en un arquero épico,
memorable e histórico del histórico Millonarios. Y, en gran medida, en una especie de símbolo
o mito fundacional del profesionalismo del futbolista chocoano... Jhon Arias, Jhon
Córdoba y Yaser Asprilla, con cuyos goles le ganó Colombia a Rumania el pasado 26
de marzo, son parte actual de la estirpe chocoana que simboliza Senén
Mosquera.
De esa estirpe forman
parte Silvio y Víctor Dueñas, Carlos Cuesta, Deiver Machado, Carlos Sánchez, Jackson Martínez, Francisco
Maturana, Alexis García, Tressor Moreno, Wason Rentería, Carmelo Valencia, Borracho, Motorró, Arrancamonte, Ramón Cuncún, Chucha, Tuco, Perucho,
Pichirilo, Cerveleón, Patricio, Nando Garcés y Lucho Cuesta, Francis Mena, Chucho Perea, Acisclo, Güevayo,
Pandereta, Camilito y Camilo Blanco, Tuta, Lágrima, Jorge Murillo, Lorenzo
Mosquera, Tunununo, Nene Rojas, Coco Arce, Viejo Vence, Chirola, Emiro
González, Euclides Pacheco, Chin, Gustavo Mesa, Fulton López, Harold Mena,
Nicolás Moreno, el Chivo, Feliciano, Hilton Murillo, Solís, Cupica, Calidad, Héctor
Perea, Albertico, Zipotarro, Papora, Froilán, Eulalio, Cacha y Memo Arbeláez;
entre muchísimos otros que abrieron e iluminaron el camino a la gloria que hoy avizoran
sus paisanos cuando juegan por la Copa Amistades del San Juan, en Andagoya; o por
la Copa Faraón, de Cértegui.
Al campo de fútbol y posteriormente Estadio de la Normal, le siguió la cancha del Chipi-chipi, arrinconada en una zona céntrica de Quibdó, cuyo auge comenzó hace un poco más de treinta años y en la cual se ha vuelto cada vez más frecuente situar el nacimiento de cuanta figura futbolística emerge del Chocó. Un estadio fallido en las goteras de la población de Yuto se erige como el símbolo de la desidia estatal en relación con el fútbol regional y con el deporte chocoano en general.
A la gloria se sigue llegando por un camino bastante azaroso, que los futbolistas de la región recorren principalmente por su propia cuenta y la de su familia. Es el eterno sino, hasta ahora inmodificable, de la talentosa estirpe de Senén Mosquera.