lunes, 1 de abril de 2024

 De la estirpe de Senén Mosquera

Jhon Arias, Jhon Córdoba y Yaser Asprilla, con cuyos goles le ganó Colombia a Rumania el pasado 26 de marzo, son parte actual de la estirpe chocoana cuyo símbolo es Senén Mosquera. FOTOS: X (cuentas de los jugadores). Archivo El Guarengue: foto de Senén Mosquera con Delio "Maravilla" Gamboa". 

“En fin, que ganó Colombia, pero también ganó el Chocó, que sigue reivindicando su fútbol y a sus jugadores, esos mismos que salen al profesionalismo a pesar de las carencias y las dificultades. Que salen y triunfan a pesar de la falta de escenarios o de apoyos sólidos y decididos de parte de los políticos miopes y los dirigentes mediocres”. Wagner Mosquera. El Chocó golea Rumania 3-2. Facebook, 26 de marzo de 2024.

Aún faltaban más de 20 años para que se estableciera en Colombia la celebración regular del campeonato profesional de fútbol, cuando se inauguró en Quibdó, en agosto de 1926, la primera cancha para la práctica de este deporte. “El campo no tiene que envidiar nada a sus similares de otras poblaciones. Queda situado en la esquina que forman la Avenida Istmina y la calle séptima. Está cercado de concreto de más o menos 2 pies de altura. Su pavimento es perfecto y apropiado. Está adornado con columnas. Tiene una superficie de 3.600 metros"[1]

Así describe el diario ABC, en su edición del martes 10 de agosto de 1926, aquel primer campo de fútbol de Quibdó, que fue bautizado con el nombre de Rita María Valencia, en homenaje a quien fuera la Reina de los Estudiantes y promoviera la construcción del campo, interponiendo sus buenos oficios ante sus hermanos, Reinaldo Valencia Lozano, fundador y director del ABC -para que apoyara públicamente la idea- y Jorge Valencia Lozano, Intendente Nacional del Chocó, para que construyera el escenario. “…Dicha cancha, de arena muy fina, tenía graderías de madera y estaba donde hoy se encuentran ubicadas las denominadas casas territoriales, en la Carrera 7ª entre Yescagrande y Pandeyuca”, anota el memorioso escritor, artista y folclorista quibdoseño Américo Murillo Londoño[2].

Popular desde el principio

Como lo explica Luis Fernando González en su clásico trabajo sobre la historia del desarrollo urbano de Quibdó hasta 1950, además de su aporte a la nueva concepción urbana de la ciudad, que incluye la definición y construcción de espacios públicos para el encuentro y la recreación; la cancha de fútbol de Quibdó inaugurada en 1926 propicia una nueva actividad recreativa, festiva y dominical, que se añade a los baños en la quebrada La Yesca y a las retretas en el Parque de la Independencia, posteriormente Parque del Centenario.

Las partidas de fútbol, como se decía entonces, son toda una novedad para la juventud quibdoseña de la época y concitan a la muchachada sin distingos de ninguna clase; aunque los primeros, principales y entusiastas futbolistas serán los estudiantes. Así las cosas, el fútbol en Quibdó nace desde el principio como un deporte popular, a diferencia del resto del país, donde comenzó como un deporte exclusivo de la membresía de los clubes sociales de las élites. González Escobar lo explica así:

“Además de los acostumbrados baños en la quebrada La Yesca, la actividad física había estado muy limitada. Con la construcción de la cancha de fútbol en el año 1926, cambió por completo la actividad de los hombres, especialmente de los estudiantes. Un deporte que en el interior del país entró a través de los clubes sociales, en Quibdó fue una actividad popular desde el inicio”[3].

Partidas inolvidables: El Carrasquilla vs El Team

El fútbol, pues, era tan nuevo en Colombia, que apenas empezaba a extenderse en el país, principalmente en Bogotá y Barranquilla, aunque también en Cali y Medellín, Manizales y Pereira. De hecho, para entonces, como puede leerse en el archivo del periódico ABC, de Quibdó, todavía era frecuente escribir en inglés el nombre de este deporte: football.

De manera que la inauguración temprana de la primera cancha de fútbol en Quibdó es otro hito o indicio que marca la conexión que en aquella época mantenía a la ciudad a tono con las innovaciones de la modernidad, gracias al transporte regular de mercancía, novedades y pasajeros desde y hacia Cartagena, el Sinú, Barranquilla y los grandes sabanales de los actuales Córdoba y Sucre, a través del río Atrato. De aquella primera época quedan registros del ABC sobre la actividad futbolística en la primera cancha de Quibdó.

En julio de 1928, en el marco de la fiesta de la independencia nacional, el equipo del Colegio Carrasquilla y el Team 20 de Julio disputan la denominada Copa de Plata[4]. En octubre del mismo año, con motivo de las Fiestas Patronales de San Francisco de Asís, la Copa Carrasquilla es disputada por los mismos equipos[5]. En ambos torneos, el equipo carrasquillero es derrotado por el Team.

Partidas inolvidables: Kin-K-Yu F.B.C. vs Quibdó F.B.C.

Nuevamente, como parte de las festividades conmemorativas del 20 de julio de 1934, que ese año cayó un viernes, se programó para el domingo 22 de julio lo que el periódico ABC anunció -en su edición 2.856, del 19 de julio de 1934- como una “Gran partida de football”, que se jugaría “en la cancha de deportes de la ciudad, ubicada en la Calle 7ª”.

Los rivales eran el “Kin-K-Yu F.B.C.” y el “Quibdó F.B.C.”, cuyos presidentes cruzaron comunicaciones formales para pactar el juego entre los dos equipos que, junto a Águilas y Buitres, integrados ambos por estudiantes del Colegio Carrasquilla, eran en ese momento los más populares de la ciudad.

En su calidad de presidente del Kin-K-Yu Football Club, Rubén Castro Torrijos, el mismo que compuso clásicos del cancionero chocoano tradicional, como El rey del río (Alfonso Andrade), María La O y Juana Blandón; retó formalmente al club oponente, mediante la siguiente comunicación dirigida a su homólogo del Quibdó Football Club:

Por la presente me es honroso extender a usted el desafío formal para un encuentro de balón-pie con motivo de la fiesta clásica que se avecina. Si usted acepta la invitación, de común acuerdo fijaremos la hora y demás detalles de la partida. Pronto enviaré a usted la lista de los jugadores que capitaneo”.[6]

La nota de Castro Torrijos, fechada el 17 de julio, es respondida al otro día, miércoles 18 de julio, por el presidente del club desafiado, en los siguientes términos:

“La ciudad, julio 18 de 1934

 

Señor Presidente del Kin-K-Yu F.B.C.

Presente.

 

En contestación a la suya de ayer 17 me es grato manifestar a usted que en nombre del Quibdó F.B.C. acepto el desafío que le hace a dicho equipo, siempre y cuando el campo deportivo esté en condiciones para hacer una partida digna de las festividades que se celebrarán. De acuerdo con el capitán, señor Antonio Cuesta M., designarán la persona que haya de actuar como árbitro en la partida.

 

Pedro Serna V.

Presidente del Quibdó F.B.C.”[7]

No sabemos con qué marcador finalizó la que ABC denominó “una interesantísima partida de balón-pie”. Sabemos sí que también era músico el presidente del Quibdó Football Club, el famoso integrante y después director de la Banda Intendencial y de la Banda Franciscana de Quibdó, Don Pedro Serna.

Partidas inolvidables: Águilas vs Buitres

La primera vez que la naciente clase obrera del Chocó celebró el 1° de mayo, que en ese momento se denominaba el Día del Obrero, fue entre el 29 de abril y el 1° de mayo de 1935. La Sociedad Obrera del Chocó, que sería reconocida jurídicamente un poco más de tres meses después, fue la organizadora y promotora de tan histórica celebración, todo un acontecimiento en Quibdó.

El lunes 29 de abril de 1935, el periódico ABC informa con entusiasmo evidente: “Mañana será la fiesta de los obreros. En esta ciudad habrá grandes festejos. Con inusitado entusiasmo se ha comenzado a celebrar desde hoy el Día del Obrero, de conformidad con el siguiente programa…”. Y el programa incluye, cómo no, una “formidable partida de football, galantemente obsequiada por los equipos ‘Águilas’ y ‘Buitres’, integrados por estudiantes del Colegio Carrasquilla”. La partida se jugó a las 10 de la mañana, después de una misa campal contratada por la Intendencia, a la cual asistieron “las autoridades, cuerpos colegiados y representantes del obrerismo”.

Escuela Normal Superior de Quibdó, 1943. Como se puede observar, la construcción de la famosa cancha de la Normal apenas está comenzando. FOTO: Archivo fotográfico y fílmico del Chocó.
El campo de la Normal

Entre 1941 y 1942, fueron inauguradas las instalaciones de la Escuela Normal Superior de Quibdó en las afueras de la ciudad, en terrenos aledaños al río Cabí. Aunque al principio no estuvo del todo lista y mucho menos adecuada, se construyó allí una cancha de dimensiones más amplias y reglamentarias que la inaugurada en 1926, que hasta entonces había sido el escenario único y emblemático del fútbol en Quibdó.

Desde la década de 1950, el campo de fútbol de la Normal se convirtió en punto de referencia y escenario de cita dominguera de los quibdoseños. Los espectadores de aquellos inolvidables partidos y campeonatos locales y regionales fueron testigos, domingo a domingo, de la creciente calidad del fútbol chocoano. Y también, por supuesto, del crecimiento de Quibdó alrededor de este nuevo hito urbano. Las lomas del barrio Nicolás Medrano y los montes de La Playita, a orillas del río Cabí, se fueron literalmente tragando la amplitud original de la Normal.

De la estirpe

Un nuevo Quibdó había surgido, en el cual la Normal ya no quedaba lejos. En este Quibdó, tener futbolistas chocoanos en los campeonatos del ámbito nacional había dejado de ser, paulatinamente, una ilusión, para volverse una realidad permanente. Senén Mosquera, un chocoano nacido en Buenaventura, se convertiría en un arquero épico, memorable e histórico del histórico Millonarios. Y, en gran medida, en una especie de símbolo o mito fundacional del profesionalismo del futbolista chocoano... Jhon Arias, Jhon Córdoba y Yaser Asprilla, con cuyos goles le ganó Colombia a Rumania el pasado 26 de marzo, son parte actual de la estirpe chocoana que simboliza Senén Mosquera.

De esa estirpe forman parte Silvio y Víctor Dueñas, Carlos Cuesta, Deiver Machado, Carlos Sánchez, Jackson Martínez, Francisco Maturana, Alexis García, Tressor Moreno, Wason Rentería, Carmelo Valencia,  Borracho, Motorró, Arrancamonte, Ramón Cuncún, Chucha, Tuco, Perucho, Pichirilo, Cerveleón, Patricio, Nando Garcés y Lucho Cuesta, Francis Mena, Chucho Perea, Acisclo, Güevayo, Pandereta, Camilito y Camilo Blanco, Tuta, Lágrima, Jorge Murillo, Lorenzo Mosquera, Tunununo, Nene Rojas, Coco Arce, Viejo Vence, Chirola, Emiro González, Euclides Pacheco, Chin, Gustavo Mesa, Fulton López, Harold Mena, Nicolás Moreno, el Chivo, Feliciano, Hilton Murillo, Solís, Cupica, Calidad, Héctor Perea, Albertico, Zipotarro, Papora, Froilán, Eulalio, Cacha y Memo Arbeláez; entre muchísimos otros que abrieron e iluminaron el camino a la gloria que hoy avizoran sus paisanos cuando juegan por la Copa Amistades del San Juan, en Andagoya; o por la Copa Faraón, de Cértegui. 

Al campo de fútbol y posteriormente Estadio de la Normal, le siguió la cancha del Chipi-chipi, arrinconada en una zona céntrica de Quibdó, cuyo auge comenzó hace un poco más de treinta años y en la cual se ha vuelto cada vez más frecuente situar el nacimiento de cuanta figura futbolística emerge del Chocó. Un estadio fallido en las goteras de la población de Yuto se erige como el símbolo de la desidia estatal en relación con el fútbol regional y con el deporte chocoano en general. 

A la gloria se sigue llegando por un camino bastante azaroso, que los futbolistas de la región recorren principalmente por su propia cuenta y la de su familia. Es el eterno sino, hasta ahora inmodificable, de la talentosa estirpe de Senén Mosquera.


[1] Periódico ABC N° 1238. Quibdó, 10 de agosto de 1926. Citado en: González Escobar, Luis Fernando. Quibdó, contexto histórico, desarrollo urbano y patrimonio arquitectónico. Centro de publicaciones Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, febrero 2003. 362 pp. Pág. 213. Valga anotar que, aunque esté en desuso, pavimento también se refiere al suelo que se interviene para dejarlo plano, afirmado y sólido, con materiales distintos al concreto. Así que, si bien el cerramiento del campo era en concreto, la cancha no lo era.

[2] Américo Murillo Londoño (Mis memorias). “Vida y Obra de Jorge Valencia Lozano I parte”. El Manduco, marzo 2024. https://elmanduco.com.co/vida-y-obra-de-jorge-valencia-lozano-i-parte-por-americo-murillo-londono-mis-memorias/

[3] González Escobar, Luis Fernando. Quibdó, contexto histórico, desarrollo urbano y patrimonio arquitectónico. Centro de publicaciones Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, febrero 2003. 362 pp. Pág. 173.

[4] Periódico ABC N° 1718. Quibdó, 27 de julio de 1928. Citado en: González Escobar, Luis Fernando. Obra citada, pág. 173

[5] Periódico ABC N° 1773. Quibdó, 6 de octubre de 1928. Citado en: González Escobar, Luis Fernando. Obra citada, pág. 173

[6] ABC, Quibdó. Edición 2.856, 19 de julio de 1934.

[7] Ibidem.

4 comentarios:

  1. Un reporte excepcional. Lo felicito por el cubrimiento de tantos y tan variados temas de lo regional con sumo acierto y claridad. Contar siquiera con dos o tres periodistas así, favoreceria grandemente el despegue mental del pueblo y la sensatez en el trabajo periodístico investigativo de proyección para el desarrollo humano sensible y sensato del chocoano. Gracias maestro Julio César

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  2. Un relato bien contado

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  3. Excelente recorrido por el fútbol chocoanos; celebro la inclusión en el listado de "cacha" también conocido entre sus vecinos de la Yescagrande como "cachivirí", a mi juicio, el futbolista más hábil que se ha visto por estos lares.bQue buen artículo.

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  4. Higinio Mosquera Lozano10 de abril de 2024, 2:13 p.m.

    Muy bueno para que no se pierda en la oralidad la historia.

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Sus comentarios son siempre bienvenidos. Gracias.