lunes, 7 de noviembre de 2022

 La irresponsabilidad social de Caracol TV

~FOTOS: Pinterest, Caracol TV y RCN TV.

La contratación de Marbelle como una de las figuras de su nuevo concurso de cantantes aficionados, por parte del canal colombiano Caracol TV, es uno de los actos de racismo abierto y consciente más deleznables y groseros, cínicos y agresivos, que se hayan producido -dentro de la industria nacional del entretenimiento- en la historia reciente del país; equiparable únicamente al protagonizado -contra la actual Vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez- por la propia Marbelle, una mujer que se autopromociona y presenta como cantante y que, además de racista, suele ser bastante procaz y tosca tanto en sus nada atractivas formas como en sus bastante escasos contenidos.

Este despreciable acto de irresponsabilidad institucional de Caracol TV con la sociedad colombiana, la cual con su sintonía le proporciona el índice de audiencia necesario para la obtención de sus cuantiosas ganancias monetarias anuales, fue resumido por Mónica Rodríguez, en un texto publicado en su cuenta de Twitter el pasado 31 de octubre, dos días antes de la primera emisión del refrito televisivo: “Así es la vida. Premian el racismo y la vulgaridad. El rating vale más que la moral”[1]. Con toda razón, pues no se puede entender de otra manera que un canal privado de TV, de propiedad de uno de los tres grupos económicos más poderosos del país, no se haya dado cuenta de la enorme insensatez y el irrespeto infinito que implica -para amplios sectores de la sociedad colombiana en general y afrocolombiana en particular- un acto tan desafortunado y contrario a la ética como darle tribuna televisiva, en horario estelar, a alguien que sistemáticamente y de manera reiterada y prolongada en el tiempo cometió el delito de racismo contra la Vicepresidenta Márquez, con la desfachatez y el descaro de la autodenominada cantante; quien, además, vilipendió alevosamente al ahora Presidente de Colombia, Gustavo Petro, cada vez que quiso, como quiso y con las vulgaridades que quiso, dentro de su amplio repertorio; incluyendo una promesa incumplida de marcharse del país si ambos dignatarios fueran elegidos, promesa esta que Caracol TV, ampliando su falta de ética y cordura, su irresponsabilidad social e institucional, utilizó como leitmotiv para la campaña publicitaria de expectativa de su nuevo programa, junto a la imagen de la infame racista.

Caracol TV cree que la repartición de unos premios a quienes considera titanes de la sociedad y de regalos navideños -que le regalan para que los regale- a niños colombianos de todas las regiones, son expresiones de responsabilidad social corporativa, cuando es notorio que el móvil de estas acciones es más publicitario que solidario. Pero, no ve su total falta de dicha responsabilidad institucional, con todo y lo buena persona corporativa que presume ser, en el hecho de contratar e imponer como estrella a alguien que se ensañó en su racismo contra Francia y se encarnizó en su desprecio contra Petro, hasta convertirse en paradigma de racismo, clasismo e intolerancia política. De este modo, Caracol TV no solamente desestima un bien común -reconocido mediante precepto constitucional- como es el carácter pluriétnico y multicultural de la nación colombiana; sino que también irrespeta y subvalora a su teleaudiencia, sometiéndola a la desventurada decisión de tratar de sacarle partido y rentabilidad, en sintonía y utilidades, a la comisión de un delito, que debe parecerle menor o que seguramente considerará saldado mediante la babosa e insípida disculpa que -obligada por la justicia- balbució la presunta cantante en su momento, gracias a la generosidad de Francia Márquez, quien bien pudo haber continuado con el proceso judicial sin aceptar la tal conciliación esa, quimérico escenario que no es más que una demostración de la exigua importancia que en el sistema se le da al racismo como delito.

Siervos obsecuentes de la dictadura del rating, medios masivos de comunicación como Caracol TV, que en la realidad son empresas vinculadas a conglomerados financieros y empresariales en donde las utilidades mandan la parada; hace muchísimo tiempo que retiraron de sus horizontes las fronteras o límites éticos que antiguamente contribuían a cierto grado de autorregulación y autocontrol. Fenómenos como las fake news y el clickbait reemplazaron cualquier consideración deontológica o ética y se erigieron en puntas de lanza para la multiplicación infinita de las ganancias y de las fortunas de los empresarios de los medios, mediante la obsecuencia de sus empleados, los productores, los creativos, los directores, los periodistas, etcétera, etcétera. De ahí que acciones tan demenciales y dañinas como la imposición de Marbelle dizque como mentora, en su nuevo concurso de cantantes, barriendo debajo de la alfombra institucional la ignominia de su racismo y cohonestando así con él, no generen ninguna duda en Caracol TV ni le inspiren a sus directivos -y menos a sus propietarios- la más ínfima consideración moral o ética.

Habrá, pues, que ver si somos capaces, entre todos, de conducir al fracaso comercial a este nuevo concurso de Caracol TV, mediante la sencilla acción de no sintonizar ese canal en los días y en los horarios en los que el programita ese es transmitido y evitando a toda costa participar en tendencias digitales favorables al mismo o en la lectura de contenidos que lo promocionen. De paso, podríamos dejar de ver -así como una vez lo hicimos con el de RCN- su noticierito de pacotilla, tendencioso y recargado a la derecha; con presentadoras a las que -salvo contadas excepciones- uno no les cree ni la hora y que miran a la cámara, es decir, al televidente, con chocante aire de superioridad moral o con ínfulas de top model; con titulares y entradas mal redactadas y mal escritas en la pantalla, repleto de frases de cajón (“¿qué es lo último, Winton de Farías?”) y formulitas insignificantes y absurdas (como esa de que Fulanito “nos amplía”); no vaya y sea que un mediodía de estos la inculta esa promocionada al estrellato por Caracol TV termine convertida -mediante los titulares amañados de su noticiero- en “la polémica cantante”, cuando todos sabemos -hasta ellos mismos- que no pasa de ser una mediocre y patética racista.


[1] Twitter: Mónica Rodríguez. @MONYRODRIGUEZOF.

https://twitter.com/MONYRODRIGUEZOF/status/1587090927025328129

12 comentarios:

  1. I do totally agree with you. Black lives matter.

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  2. Total mente de acuerdo con este artículo, en conclusión la invitación para todos es que no veamos ese nuevo programa de caracol tv en rechazo a la racista de la tal cantante que ni su nombre voy a mencionar.

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  3. La lección es no sintonizar ese programa y en lo sucesivo al canal

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  4. Es un desdicha tener que soportar aquellos que por el dinero acumulado, olviden que la ética y moral son dos elementos que aunque parecidos, cada uno cuenta, se encadenan y perderlos es idéntico al aceptar Caracol una aparecida como Marvel, solo cantó y se convirtió en icono de la música colombiana " con collar de perlas". Me gustaría que en unisono acuerdo no sé sintonice Caracol y ver irrisorio programa

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  5. Que miedo tener tanto odio hacia una persona......

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    1. Huy sí, es inexplicable el odio de miss carrilera a un gran ser humano como lo es nuestra Francia Márquez

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  6. De acuerdo, esa tipa no merece nada

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  7. Estoy de acuerdo con este artículo. Sin defensa ningún grupo policito, no apruebo la ignorancia de una persona racista. Desde el primer día que la vi, solo quité el canal y dejé de ver su programa.

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  8. Desde el primer día , dejé de ver Caracol

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  9. Totalmente de acuerdo. Tampoco lo veo

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Sus comentarios son siempre bienvenidos. Gracias.