lunes, 11 de abril de 2022

 Sobre el racismo 

contra Francia Márquez

Twitter: @FranciaMarquezM

Cuatro mujeres encabezan el escuadrón de ataque contra la candidata a la vicepresidencia de Colombia Francia Márquez: una bastante grosera y que se autoproclama cantante; otra que es senadora y funge de primera dama de la ganadería nacional; una tercera que trabaja como periodista y que estuvo a punto de ser fórmula vicepresidencial de un candidato que puso a la prensa a que lo llamara ingeniero; y otra que es abogada, fue fiscal y congresista. Los medios de comunicación, cómo no, han reproducido y amplificado los insultos con los que estas mujeres han zaherido a Francia Márquez, la mayoría de las veces sin incluir para beneficio de sus audiencias información de contexto que les permita entender que las agresiones verbales contra Francia Márquez hace rato que rebasaron el mundo de las sátiras, usuales en las campañas electorales, para alcanzar niveles bastante bajos e innobles de segregación racial y discriminación social, de desprecio por motivos de género y de subvaloración por cuestiones de origen geográfico y pertenencia territorial… El actual presidente del senado de Colombia ajustó el preocupante panorama introduciendo la infame modalidad de elegir como método de descalificación la insinuación de supuestos vínculos de Francia Márquez con grupos armados ilegales[1].

A pesar de la gravedad de la situación, las instancias oficiales que podrían hacer algo para detenerla han permanecido en silencio, como si nada pasara, al igual que sectores de la sociedad que se rasgaron las vestiduras cuando Francia Márquez se refirió a un expresidente como representante del neoliberalismo y de la rancia tradición política de los mismos con las mismas. Todo ello, a pesar de la vigencia de la Ley 1482 de 2011, que “tiene por objeto garantizar la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que son vulnerados a través de actos de racismo o discriminación”[2].

Dado el carácter estructural y sistemático del racismo, el diablo está en los detalles cuando de desnudarlo se trata. Por ello, esta edición de El Guarengue está dedicada a bucear en las turbias aguas de la ofensiva racista de las cuatro mujeres antes mencionadas, con énfasis en el papel de los medios de comunicación en los dos primeros casos. Deber ético y obligación moral de todos es combatir el racismo, venga de donde viniere, usando los medios que tengamos a nuestro alcance.

Fotos: El Tiempo, El Colombiano,
Twitter: @Marbelle30

1
El solapado racismo de los eufemismos

La primera dama del gremio ganadero nacional, recién reelegida como senadora de la república, es una de las agresoras más enconadas de Francia Márquez. Hace quince días, en un tuit, la mandó a que se cambiara el nombre arguyendo como motivo el colonialismo francés en países del continente africano. Para el diario El Colombiano, de Medellín, el insultante y agresivo mensaje de la desaprensiva senadora uribista no fue tal, sino una “polémica propuesta”, según lo dejó consignado en el titular de lo que convirtió en una noticia donde el enfoque no fue el racismo, sino la falta de inmediatez de la respuesta de Francia Márquez frente a la ofensa. Aunque en el subtítulo y texto de la “noticia” se usa la palabra insulto para referirse al poco cabal tuit de la senadora agresora, en el título de la misma, que es lo más visible y con lo que suelen quedarse los usuarios de este tipo de medios, El Colombiano opta por sacar del cajón un eufemismo y echar mano del mismo: “Que se cambie el nombre: la polémica propuesta de Cabal a Francia Márquez”, reza su polémico titular.[3] No obstante y por fortuna, cuatro días después, mediante un artículo firmado por Daniel Rivera Marín, Editor General Multimedia, El Colombiano enmendó la plana y explicó claramente y con un titular -esta vez sí preciso- “El inaceptable racismo con que atacan a Francia Márquez”[4].

Por su parte, un portal de noticias y variedades llamado Pulzo ignora olímpicamente el contenido y el contexto racistas de un nuevo insulto de la autodenominada cantante Marbelle hacia Francia Márquez. Luego de que Francia dijera que lo que le incomoda a otro de sus agresores, el actual presidente del senado, “es que hoy una mujer que podría ser la que tiene en su casa trabajando como empleada del servicio vaya a ser su vicepresidenta”, la agresora citó la declaración en su cuenta de Twitter añadiendo el comentario: “A ver! Prepare unos huevos pericos y le creo”, seguido de emoticones de risotada y burla… El mismo día, 7 de abril, Pulzo publica en su sección de entretenimiento una nota informativa sobre esta nueva agresión, bajo el título: “Marbelle mantiene dura actitud contra Francia Márquez: "Prepare unos huevos pericos"; y resume el hecho así: “La cantante de música popular tuvo una nueva reacción punzante a una declaración de la candidata a la vicepresidencia del Pacto Histórico en medios”[5].

Llamar “dura actitud” y “reacción punzante” a lo que claramente es un ignominioso agravio racista convierte al portal Pulzo en cómplice y caja de resonancia del agravio. En vez de contextualizar y explicar lo que claramente sabe que es un insulto más en la seguidilla racista de la atacante contra Francia Márquez, Pulzo elige el atajo del eufemismo, de la falsedad nominal y de la digresión: clasifica la noticia como de entretenimiento, banalizando así la ignominia, reduciéndola a un mero asunto de farándula e incrementando, de paso, la intensidad de la agresión, mediante la amplificación de sus alcances y mediante la decisión editorial de ignorar que se trata de un acto de racismo en el contexto de una campaña política claramente orientada a despreciar y a subestimar la candidatura vicepresidencial de Francia Márquez por ser ella una mujer negra y de origen social pobre.

En uno y otro caso, en El Colombiano con la senadora y su tuit poco cabal, y en Pulzo con la nota sobre el nuevo insulto de la presunta cantante, el tratamiento informativo del hecho no tiene la menor intención de poner de presente —como es su deber hacerlo— el carácter racista de las expresiones dirigidas contra Francia Márquez por sus agresoras, ni mucho menos explicarles a sus audiencias las implicaciones éticas y también legales de dichas conductas. Más bien, dada la preponderancia que tiene la reproducción de los insultos y su calificación falaz, con expresiones vagas y ambiguas, con eufemismos, el propósito cumplido termina siendo la amplificación de audiencias para las groserías segregacionistas de estas dos mujeres de la farándula nacional contra Francia Márquez. Es decir, un acto adicional de racismo, solapado con maromas verbales, por parte de dos medios informativos poseedores de audiencias numéricamente significativas y de una responsabilidad social inexcusable.

2
Paola Ochoa y sus lágrimas de cocodrilo

En medio de las risotadas de sus compañeros de la “mesa”, encabezados por el director del noticiero matinal de la emisora de radio donde trabaja, Paola Ochoa, frecuentemente famosa por las burradas y desaguisados que profiere, mediante los cuales hace gala de sus opiniones excluyentes y burlescas en los más delicados temas; “aseguró que el candidato a la Presidencia tendría que elegir a un hombre debido a que cualquier mujer se vería muy estrato seis al lado de Francia Márquez, fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro por el Pacto Histórico. La que ponga él (Federico Gutiérrez), si llega a poner una mujer, llámese como se llame: Dilian Francisca Toro, María Lorena Gutiérrez, en fin, cualquiera; se va a ver muy mona, muy maja y muy estrato seis comparada con Francia, dijo Ochoa”; tal como lo registró con detalle una nota de El Tiempo sobre el incidente, al comienzo de la cual la intervención evidentemente racista y clasista de la periodista es considerada no más que un comentario polémico por el diario de mayor circulación nacional: “El comentario polémico de Ochoa se dio en medio de una conversación sobre la fórmula vicepresidencial de Federico Gutiérrez”[6], anota la información de El Tiempo.

La censura nacional frente a la burla clasista y el ataque racista de la señora Ochoa, su director Morales y sus demás compinches de emisora contra Francia Márquez, en la mañana del 24 de marzo, no se hizo esperar en un sector de las llamadas redes sociales y alcanzó la categoría de tendencia en Twitter. Cuando el escándalo ya era mayúsculo, la agresora principal optó por disculparse, al otro día, el viernes 25 de marzo. En una rebuscada perorata radial, en la que dijo de todo menos una disculpa directa a Francia Márquez y una aceptación clara del tinte racista y clasista de su grotesco comentario del día anterior, Ochoa mezcló cuanto ingrediente justificativo de su agresión se le ocurrió, incluyendo el consabido yo no soy racista, si hasta tengo un amigo negro; que en su caso consistió en contar, en  tono condescendiente, que ella había vivido los últimos ocho años “en una ciudad donde el 80% de la población eran personas de raza negra” y que “por ello mismo, la inmensa mayoría de mis amigos hoy —de los amigos de mis hijos, de los profesores de mis hijos, así como de todos mis vecinos— son justamente personas afro o de color”[7].

Paola Ochoa remató su mañanera monserga radial trasladando la responsabilidad de su reprochable agresión racista y clasista contra Francia Márquez a la volatilidad de las palabras habladas y a la ligereza auditiva de la gente: “es muy fácil que alguien se quede únicamente con un pequeño fragmento y sin ningún tipo de contexto”, afirmó convencida de su verdad. Acto seguido le dio paso a su director Morales, quien cerró el capítulo apoyando su conclusión: “Yo entiendo lo que usted quiso decir y hay que entender el contexto de lo que usted dijo”; y afirmando —con su característica arrogancia y como si ese fuera el caso— que “se contribuye al debate público escuchando puntos de vista diferentes, que es lo que intento todos los días”[8].

Pero, la desfachatez no tiene límites. Dos días después, a la media noche del domingo 27 de marzo, el portal digital de El Tiempo publicó la columna que habitualmente escribe Paola Ochoa y que circula los lunes en el periódico impreso.[9] “Carta a Francia Márquez” se tituló esta vez su escrito semanal de opinión, en el cual la señora Ochoa tampoco presenta realmente una disculpa y mucho menos una petición de perdón por su ligereza y su burda descalificación de Francia Márquez. Por el contrario, en su “carta”, Ochoa no solamente repite una expresión con sesgo clasista, sino que le endilga a Francia un supuesto desamor hacia ella, utilizando para hacerlo la reiteración sucesiva, tipo retruécano, de una frase que, con ligeras variaciones, repite por cinco veces en el texto: “Yo sí te amo a ti, aunque tú no me ames a mí”, en el primer párrafo. “Aunque tú no me quieras a mí, yo sí te amo a ti Francia” (sic), en el segundo párrafo y en el quinto. “Yo sí te amo a ti, Francia Márquez, aunque tú no me ames a mí”, en el sexto párrafo.

Totalmente empecinada en lucirse y en validar su errática perspectiva respecto a la cuestión racial y étnica, la señora Ochoa termina esta nueva perorata con un párrafo en el que pretende equiparar sus problemas y su historia de segregación con la historia de segregación y los problemas que ha vivido Francia Márquez a lo largo de su vida: “Sea cual sea el origen étnico o condición social a la que pertenezcamos, nos unen los mismos problemas como mujeres, los mismos miedos y demonios, la misma historia de segregación y odio”. Su condescendencia la hace perder de vista que el racismo no se ejerce contra alguien no racializado, como ella; y que es imposible sufrir discriminación de clase cuando se pertenece a la clase que ejerce la discriminación… “Por eso y por mucho más te amo, Francia Márquez. Aunque tú a mí no me ames”, insiste Paola Ochoa en su falaz cantinela y así cierra su “carta”, bañada en lágrimas de cocodrilo.

Poco o ningún peso tienen las disculpas cuando las palabras que las originan han sido tan confusas que lo único que de ellas quedó claro fue que era necesario disculparse porque había un motivo para hacerlo. Poco o ningún peso tienen las declaraciones de amor cuando nacen de la impostura o del fingimiento y se hacen simplemente para usarlas como alfombra debajo de la cual barrer la basura que intencionalmente se arrojó.



3
Las morales de Viviane

La exfiscal general de Colombia, exembajadora, exrepresentante a la cámara, exsenadora, excandidata a la presidencia, exesposa dos veces de un exguerrillero del M-19 y exasesor de las AUC, excatólica y exalumna de un colegio de monjas católicas, expromotora de un referendo para prohibir la adopción de niños por parte de parejas homosexuales y personas solteras: la abogada colombiana Viviane Morales Hoyos, Embajadora delegada permanente de Colombia ante la Unesco, dedicó su más reciente columna en el diario El Tiempo a Francia Márquez, a quien —aunque reconoce como un fenómeno político— descalifica de diversos modos, mediante un raciocinio que pretende mostrar que el discurso de Francia no solamente es una simple repetición de una moda gringa, sino que, además, es inconveniente para la democracia colombiana denunciar el racismo estructural y la desigualdad histórica existente en el país.

La versión digital de la columna de Viviane Morales fue publicada el 4 de abril a las 8 p.m., bajo el título: “Francia Márquez: ¡qué ancestros ni qué ocho cuartos!” y con el subtítulo: “Su discurso, muchas veces poético, otras patético, es una caja de resonancia de la izquierda woke”.[10] La versión impresa, al otro día, fue publicada con el subtítulo modificado y recortado: La ideología ‘woke’.

Como en el dicho popular, por el desayuno se sabe lo que va a ser el almuerzo. El visible y literal irrespeto hacia los ancestros que Francia invoca; la descalificación, con el epíteto “patético”, del discurso de Francia; y su menosprecio al considerarlo simple repetición del discurso de la izquierda chic de los campus universitarios del norte de los Estados Unidos…son los elementos componentes del conjunto del título y el subtítulo de la columna de Viviane Morales. Leerlos anuncia claramente su opinión y sería suficiente para no ahondar en la zozobra de saber que también Viviane Morales, esta vez con argumentos de corte intelectual, entra a engrosar la lista de pesos pesados del poder nacional empeñados en desacreditar a una mujer que los tiene muertos del susto con su presencia y sus palabras en el escenario político electoral, que ellos han ocupado siempre y exclusivamente como si fuera de su propiedad.

Como bien lo resume Catalina Ruiz-Navarro[11], columnista de El Espectador, Viviane Morales considera que “el discurso de Márquez es un pastiche del progresismo neoyorkino y californiano, que su lucha antirracista es un derivado de Black Lives Matter, un movimiento instrumentalizado por académicos neomarxistas que no quieren superar una “guerra racial”. Morales toca los puntos de siempre del discurso antiderechos: que hablar de raza y género es contrario y hasta nocivo para la democracia y que señalar que hay opresores y oprimidos nos divide”[12].

Intencionalmente, ignora Viviane Morales los fundamentos de filosofía Ubuntu en los que está cifrado el discurso de Francia y las raíces comunitarias del mismo que están sembradas en la historia y en la tradición de los pueblos negros de Colombia. Ignora intencionalmente que denunciar y combatir el racismo estructural no es un asunto de guerra racial, y que no atenta contra la democracia poner de presente la evidente desigualdad social que caracteriza a nuestro país. Y todo eso siendo Viviane Morales una abogada prominente, que sabe de sobra por qué la actual constitución política de Colombia declaró a la nación como multiétnica y pluricultural, por qué introdujo los derechos humanos, económicos y sociales como parte del bloque constitucional y porque optó por un Estado social de derecho; cosas estas de elemental cultura política y ciudadana como para que una eminencia jurídica como ella las pase por alto en su afán de descalificación.

“Soy porque somos es entonces mucho más que un eslogan de campaña, ha sido una estrategia espiritual, social e histórica de supervivencia, lo que mantuvo a muchos pueblos resistiendo a pesar de la infinita adversidad del conflicto interno colombiano, y como postura política tiene el potencial de hacer realidad el proceso de paz en Colombia”[13]. Desconocer el origen del discurso de Francia Márquez y afirmar que se inscribe en la ideología woke y, por tanto, se inscribe en las filas de ese “enemigo de la democracia que enmascara tentaciones totalitarias” es no solamente descabellado, también es malintencionado e incoherente.

Quizás haciendo honor al plural de su apellido, es evidente que Viviane Morales aplica una moral diferente a cada persona o situación, según convenga a sus intereses ideológicos. Es imposible comprender cómo quien ha representado a Colombia ante una organización como la UNESCO, cuyo lema es “construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres” y parte de cuya visión estratégica es reforzar “los vínculos entre las naciones promoviendo el patrimonio cultural y la igualdad de todas las culturas”[14], recurre a la sinuosa urdimbre de un discurso pretendidamente erudito para perseguir un fin tan poco edificante como es la subvaloración y la invalidación de la figura política de una mujer negra afrocolombiana como Francia Márquez, y desdibujar por esta vía su representación étnica y social, de género y territorial.


[1] NOTICIAS RCN.COM | abril 06, 2022. Las fuertes acusaciones del presidente del Senado contra Francia Márquez: https://www.noticiasrcn.com/elecciones/presidente-del-senado-lanza-fuertes-acusaciones-contra-francia-marquez-415129

[8] Ibidem.

11 comentarios:

  1. ¡Qué lástima! Ya quisieran ellas estar en la posición de doña Francia Márquez.
    Gracias por la información.
    Saludos

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  2. Valiosa producción la que pones a nuestro alcance, apreciado Julio. Mi reconocimiento.
    No debemos sorprendernos. Muchos nos desprecian, nos subestiman, nos tienen como inferiores, porque se quedaron en el pasado y, lo que es peor, en un pasado fundado en la ignominia de la esclavización.

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    1. Gracias, José Lorenzo, por leer y apreciar El Guarengue.
      El racismo es un problema realmente estructural de nuestra sociedad.
      Saludos.

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  3. Julio, además de escribir sabroooso, nos deleita con tu agudo y acertado análisis lingüístico de los tuits, comentarios y escritos de las cuatro abanderadas de la arremetida clasista y racista contra esa gran representante de nuestra raza y de la Colombia ignorada, acallada, avasallada y profunda.
    Esa llama de esperanza encendida seguirá creciendo por todos los rincones de Colombia y ya casi se verán los resultados.
    Un abrazo, mi hermano de vida y de salón.

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    1. Gracias, querido Rafa, hermano mío, por ser asiduo de El Guarengue y por valorarlo tan positivamente. Confiemos en que triunfen la paz y la esperanza. Un abrazo.

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  4. Intetesante articulo julio, bendiciones

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  5. Realmente lo que tienen es miedo que la historia cambie, ya que nunca se imaginaron que alguien AFRO fuera a llegar a competir con ellas que se consideran de la clase privilegiada de este país, ya que a los Afros siempre nos ven como los esclavos, porque sus mentes se quedaron en la época de la esclavitud, pero tienen una mujer aguerrida y competente para asumir la vicepresidencia y que les ha demostrado con hechos que es más inteligente que ellas, prueba de ello es la forma como responde a las agresiones gasistas e infamias que ya quieren inventar, les va a doler mucho pero será la próxima visipresidenta del pais

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