Negro soy Jorge
Artel Negro
soy desde hace muchos siglos. Poeta
de mi raza, heredé su dolor. Y
la emoción que digo ha de ser pura en
el bronco son del grito y
el monorrítmico tambor. El
hondo, estremecido acento en
que trisca la voz de los ancestros, es
mi voz. La
angustia humana que exalto no
es decorativa joya para
turistas. ¡Yo
no canto un dolor de exportación! Humano litoral Helcías
Martán Góngora Humano
litoral, cerca del alma. Próximo
en sangre al corazón está y
su callada ruta de belleza transita
el sueño hacia la claridad. Va
por las venas circulando como
heredado manantial en
donde siempre yo me hundo para
encontrarme la verdad de
los varones de mi raza que
son hermosos como el mar, como
los mástiles erguidos y
hermanos de la tempestad. Y
las mujeres de mi estirpe hechas
de fuego matinal, archipiélago
inexpresable que
ciñe el brazo de un cantar y
son morenas islas vírgenes junto
al islote maternal. Vuelto
al agreste mediodía ardo
en la hoguera tropical –entre
el rumor de los tambores que
agita un viento secular– y
en la liturgia del ancestro soy
el varón elemental en
cópula con la selva y
en guerra con la ciudad. Reforestación Sonia
Solarte Orejuela Primero
arrancaremos la
mala hierba del miedo y
el dolor de viejos recuerdos, desponzoñaremos
los sentimientos, desalambraremos
la piel, derribaremos
las barricadas defensivas del
corazón y el pensamiento. No
habrá más retenes ni guardias en ellos boicoteando
los encuentros Dejaremos
de ser rehenes del pasado, jubilaremos
a los policías de la ternura y
volaremos las celdas que
encarcelan nuestros sueños. Después,
en la llamarada de los instantes será
grato desamarrar los brazos, ofrendarnos
libres las caricias, desvendar
los labios y al besarnos fundir
nuestra lumbre al aliento eterno. La
brisa esparcirá por los senderos el
aroma a campo de nuestros cuerpos ¡Ah,
mi aire, mi sol! será
verde florecido nuestro lecho, firmamento
abierto nuestra unión.
Fertilizadas
nuestras almas en
paz, con luz y alegría sembraremos
en la tierra las
semillas del cielo que
fecundarán las estrellas y
amamantarán los senos del viento. Descubriremos
los manantiales del verbo, beberemos
en sus fuentes el elixir de la vida. Poesía
será la bendición y
el pan nuestro de cada día en
nuestro bosque encantado donde
anidarán aves de todos los confines, trinaremos
juntos cantos y versos con
la venia y la gracia del Amor.
Buenos días Julio César, excelente relación metafórica La que se muestra en estas poesías.
ResponderBorrarGracias por compartirla.
Saludos.