lunes, 19 de julio de 2021

20 de julio

 20 de julio

Quibdó, años 1930. La Banda municipal en una procesión. 
Esquina noroccidental del Parque Centenario
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emplete en homenaje a César Conto Ferrer.
Fotos: Archivo fotográfico y fílmico del Chocó.

Hace 20 años, en uno de sus cuentos contados cantados, titulado La Banda, Zully Murillo nos contó que Cecilia Machado contaba que, “por allá en los años 30, un día 20 de julio, Fiesta de la Independencia, en casa de Concha Pino organizaron la fiesta”; para la cual “de amarillo, azul o rojo se vestían las doncellas” y “los hombres de blanco entero” llevaban “en un fajón la bandera”.

Quibdó era entonces una ciudad que, a pesar de su aislamiento geográfico de Colombia, vivía un cosmopolitismo singular para la época, el cual le venía de su contacto permanente con el mundo, a través de los barcos a vapor que surcaban el río Atrato, procedentes de Cartagena; mediante las noticias que el telégrafo inalámbrico, la recién estrenada radio y el periódico ABC contaban a diario; y gracias a cierta vocación ecuménica que los integrantes de las élites de entonces legaron a sus hijos o herederos, quienes entrarían a formar parte de la llamada Generación Chocoanista. Dicho cosmopolitismo, que se reflejaba en la arquitectura y la decoración de las viviendas, en la construcción y diseño de espacios y edificios públicos, en un cierto sibaritismo para el ocio, la comida y la bebida, y en algo de refinamiento cultural en cuanto al gusto por las bellas artes, no empañaba, sin embargo, los rasgos de moralidad y virtud de aquel pueblo grande que, en últimas, era Quibdó. De ahí que, como también lo registra Zully Murillo en su canción: “Reinaban buenas costumbres: no atracaban, no mataban. Respeto hacia los mayores y a la palabra empeñada, y honores para los héroes y la bandera y la patria” …Héroes, bandera y patria que, desde el imaginario republicano dominante, merecían tales honores en memoria de sus patriarcales gestas los unos y de su potente carga simbólica las otras dos.

Así como en 1910 la conmemoración patria del 20 de julio en Quibdó incluyó la inauguración del Parque del Centenario de la Independencia, que aún subsiste y es uno de los pocos referentes espaciales históricos de la ciudad; a finales de 1930, como parte de la entusiasta conmemoración -en la ciudad y en toda la Intendencia- de los cien años de la muerte de Simón Bolívar, habían “principiado los trabajos para erigir una columna simbólica en el Parque del Centenario en homenaje al Libertador” (ABC, Quibdó, 21 de noviembre de 1930, edición Nº 2315). Es el obelisco que aún hoy, sin despertar mayor atención, se levanta en la parte central de este parque, en cuya base suelen depositarse los arreglos florales durante los homenajes de los 20 de julio, que en la actualidad casi siempre se circunscriben a unos cuantos funcionarios de las administraciones departamental y municipal, y a unos cuantos policías y militares, que hasta placas de acrílico han instalado sobre la superficie de mármol del obelisco.

Además del Baile de la Bandera, que Zully Murillo narra en La Banda, en el Quibdó de los años 1930, con la Intendencia como principal promotora de los eventos, el 20 de julio se conmemoraba con celebraciones religiosas y actos culturales, desfiles y ofrendas florales, incluyendo emotivos y patrióticos discursos y, en general, todo tipo de actividades que atrajeran la atención y promovieran la participación  de la población quibdoseña.

Así, por ejemplo, en un momento en el que aún no se había establecido en Colombia la celebración regular del campeonato profesional de fútbol y la práctica de este deporte apenas empezaba a extenderse en el país, principalmente en Bogotá y Barranquilla, y de modo menos amplio en Cali y Medellín; en Quibdó, y como parte de las festividades conmemorativas del 20 de julio de 1934, que ese año cayó un viernes, se programó para el domingo 22 de julio lo que ABC anunció -en su edición 2.856, del 19 de julio de 1934- como una “Gran partida de football”, que se jugaría en la cancha de deportes de la ciudad, ubicada en la Calle 7ª. Los rivales eran el “Kin-K-Yu F.B.C.” y el “Quibdó F.B.C.”, cuyos presidentes cruzaron comunicaciones formales mediante las cuales se pactó el juego entre los dos equipos que, junto a Águilas y Buitres, integrados estos dos por estudiantes del Colegio Carrasquilla, eran los más populares de la ciudad.

En su calidad de presidente del Kin-K-Yu Football Club, Rubén Castro Torrijos, el mismo que compuso clásicos del cancionero chocoano tradicional, como El rey del río (Alfonso Andrade), María La O, Maximina (La máquina de mi abuela) y Juana Blandón; retó formalmente al club oponente, mediante la siguiente comunicación dirigida a su homólogo del Quibdó Football Club:

“Por la presente me es honroso extender a usted el desafío formal para un encuentro de balón-pie con motivo de la fiesta clásica que se avecina. Si usted acepta la invitación, de común acuerdo fijaremos la hora y demás detalles de la partida. Pronto enviaré a usted la lista de los jugadores que capitaneo”.

La nota de Castro Torrijos, fechada el 17 de julio, es respondida al otro día, miércoles 18 de julio, por el presidente del club retado, en los siguientes términos:

“La ciudad, julio 18 de 1934

 

Señor Presidente del Kin-K-Yu F.B.C.

Presente.

 

En contestación a la suya de ayer 17 me es grato manifestar a usted que en nombre del Quibdó F.B.C. acepto el desafío que le hace a dicho equipo, siempre y cuando el campo deportivo esté en condiciones para hacer una partida digna de las festividades que se celebrarán. De acuerdo con el capitán, señor Antonio Cuesta M., designarán la persona que haya de actuar como árbitro en la partida.

 

Pedro Serna V.

Presidente del Quibdó F.B.C.”

No sabemos con qué marcador finalizó la que ABC denominó “una interesantísima partida de balón-pie”. Sabemos sí, por ese mismo diario y otras fuentes de la época, que en el Quibdó de los años 1930 se rendía -con gran fervor- culto a la patria, y que los gobernantes de la Intendencia creían firmemente en el proyecto de integración nacional de la república unitaria proclamada por la Constitución de 1886 y refrendado por el espíritu liberal que empezaba a triunfar en el escenario político; razón por la cual le daban toda importancia a la celebración de efemérides como la del 20 de julio.

Sabemos además que también era músico el presidente del Quibdó Football Club, pues, como lo canta Zully Murillo: "Don Pedro Serna también tocaba en la banda”, al lado de "Abrahán Rentería Key", quien “inició la banda”, de "Abel y Marquitos Blandón", y de "Carlos Borromeo y Juan Bautista Cuesta", quienes también “tocaban en la banda”.

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