lunes, 26 de julio de 2021

¿El pasado en presente?

¿El pasado en presente?

Ruinas del campamento de la empresa minera Chocó Pacífico.
Andagoya, 2019. Foto: JCUH.
En Cien años de soledad, llega un momento de su existencia en el que Úrsula Iguarán siente que las cosas están pasando como si hoy fuera ayer. Entonces proclama a gritos que es “como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio”, ante la estupefacción de su parentela, que en el fondo sabe que más que una lamentación se trata de un augurio. 

Así sucede a menudo con los inevitables parangones entre el presente y el pasado del Chocó, tanto en asuntos simples de la cotidianidad como en materias fundamentales del bienestar y el desarrollo.

He aquí algunos ejemplos de esta sensación de pasado en presente, en cuatro extractos de la prensa regional de hace casi un siglo.

El viejo hospital de Quibdó
“En plena edad media de la higiene”

En una conferencia que dictó en la Escuela Modelo de Quibdó, en la noche del 21de octubre de 1930, El Director de Higiene del Chocó, Médico Antonio José Rodríguez, famoso -entre otras acciones- por el gran impulso que dio a las campañas sanitarias como medio moderno de promoción de la salud pública y prevención de enfermedades, expresó:

“No es posible que sigamos vegetando apaciblemente, a pesar de los esfuerzos del cuerpo médico, en plena edad media de la higiene, mientras que otras naciones de nuestras mismas capacidades económicas viven en la edad moderna. ¿Y qué decir del Chocó, en donde la asistencia pública no existe, hasta el extremo de no tener una sola cama hospitalaria para los pobres que necesitan de ella, en donde no hay acueductos, ni alcantarillados, ni dispensarios, ni hospicios, ni casi nada?"

Periódico ABC, Quibdó. 22 de octubre de 1930.


Foto: JCUH
Durmiendo “el sueño de los atrasados”

El 1º de junio de 1930, José Ángel Córdoba Valencia, quien cuarenta años después sería alcalde de Quibdó, publicó un escrito sobre la importancia de la agricultura para el Chocó y la fugacidad de su riqueza aurífera:

“Un pueblo sin agricultura es un pueblo que aún duerme el sueño de los atrasados, casi de los inválidos. Bien dice Jesús del Corral concerniente al Chocó: tierra fértil aquella como pocas en el continente suramericano, porque, además de grandes capas de vegetales, cuenta con humedad y calor permanentes y eficaces para el desarrollo rápido y vigoroso de cultivos agrícolas tan importantes como los del cacao y del arroz

Es preciso pues, que el gobierno nacional no sólo vea nuestra tierra, sino que la mire. ¿Por qué permanecer todavía en primitivo estado, con montes y selvas tan vírgenes? Cuando el oro haya desaparecido por completo, y apenas de él se vislumbren con ojos de llanto cicatrices imborrables en nuestro suelo, y aún no hayamos conseguido nuevas rentas, nuestro pueblo se quedará estático de terror ante el avance del llamado progreso. Y entonces se dirá mejor: tenemos hambre, ¿qué hacer?"

Periódico ABC, Quibdó. 6 de junio de 1930.


Foto: JCUH
“Calles sucias y a oscuras”

En un momento en el que la ciudad acaba de pasar casi dos meses totalmente a oscuras, debido a un daño en la planta eléctrica que prestaba los servicios de luz y energía eléctrica a la población, una nota de ABC pone de presente que, además de la oscuridad, Quibdó está viviendo también problemas de suciedad:

“Las calles de Quibdó se encuentran llenas de basuras sin que se sepan los motivos, pues es sabido que el municipio paga a algunos empleados para el barrido de ellas. Rogamos a quienes corresponda velar por este aseo se sirvan dictar las órdenes correspondientes a fin de que no continúe Quibdó presentando el espectáculo de sus calles sucias con pedazos de papeles, cáscaras de frutas, etc., etc. Así mismo, se quejan algunos vecinos de los barrios de la falta de luz en sus vecindarios. Llamamos la atención del señor Interventor fiscal de rentas para que se sirva ordenar corregir esta anomalía”.

Periódico ABC, Quibdó. 25 de octubre de 1930.


Mercado, Quibdó 2020
“Cocinas en los muelles” 

Así como ocurre actualmente con el ensordecedor ruido en las inmediaciones de la plaza de mercado de Quibdó,  hace casi un siglo el humo de los fogones de los bogas del transporte comercial, que cocinaban en los muelles de la orilla del Atrato, penetraba hasta el último rincón de las casas del vecindario, según esta nota de ABC:

"Llamamos la atención de las autoridades de policía a fin de que prohíban terminantemente el feo espectáculo que dan los bogas que navegan con canoas del comercio, estableciendo sus cocinas en los muelles de la ciudad. Las familias que viven en los sitios vecinos a los muelles sufren las consecuencias del humo que despiden esas fogatas improvisadas y sabemos que en muchas partes han tenido que prescindir de los adornos interiores, como cortinas, etc., precisamente porque el humo las echa a perder. Cualquier autoridad de policía puede convencerse entrando a cualquiera de las casas vecinas a los muelles. La vida se hace insoportable con la invasión del humo hasta los rincones más apartados de las casas. Es asunto de urgencia".


Periódico ABC, Quibdó. 14 de noviembre de1930.


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