¿El pasado en presente?
Ruinas del campamento de la empresa minera Chocó Pacífico. Andagoya, 2019. Foto: JCUH. |
He aquí algunos ejemplos de esta sensación de pasado en presente, en cuatro extractos de la prensa regional de hace casi un siglo.
El viejo hospital de Quibdó |
En una conferencia que dictó en la Escuela Modelo de Quibdó, en la noche del 21de octubre de 1930, El Director de Higiene del Chocó, Médico Antonio José Rodríguez, famoso -entre otras acciones- por el gran impulso que dio a las campañas sanitarias como medio moderno de promoción de la salud pública y prevención de enfermedades, expresó:
“No es posible que sigamos vegetando apaciblemente, a pesar de los esfuerzos del cuerpo médico, en plena edad media de la higiene, mientras que otras naciones de nuestras mismas capacidades económicas viven en la edad moderna. ¿Y qué decir del Chocó, en donde la asistencia pública no existe, hasta el extremo de no tener una sola cama hospitalaria para los pobres que necesitan de ella, en donde no hay acueductos, ni alcantarillados, ni dispensarios, ni hospicios, ni casi nada?"
Periódico ABC, Quibdó. 22 de octubre
de 1930.
Foto: JCUH |
El 1º de junio de 1930, José Ángel Córdoba Valencia, quien cuarenta años después sería alcalde de Quibdó, publicó un escrito sobre la importancia de la agricultura para el Chocó y la fugacidad de su riqueza aurífera:
“Un pueblo sin agricultura es un pueblo que aún duerme el sueño de los atrasados, casi de los inválidos. Bien dice Jesús del Corral concerniente al Chocó: tierra fértil aquella como pocas en el continente suramericano, porque, además de grandes capas de vegetales, cuenta con humedad y calor permanentes y eficaces para el desarrollo rápido y vigoroso de cultivos agrícolas tan importantes como los del cacao y del arroz.
Es preciso pues, que el gobierno nacional no sólo
vea nuestra tierra, sino que la mire. ¿Por qué permanecer todavía en primitivo
estado, con montes y selvas tan vírgenes? Cuando el oro haya desaparecido por
completo, y apenas de él se vislumbren con ojos de llanto cicatrices
imborrables en nuestro suelo, y aún no hayamos conseguido nuevas rentas,
nuestro pueblo se quedará estático de terror ante el avance del llamado progreso.
Y entonces se dirá mejor: tenemos hambre, ¿qué hacer?"
Periódico ABC, Quibdó. 6 de junio de 1930.
Foto: JCUH |
En un momento en el que la ciudad acaba de pasar casi dos meses totalmente a oscuras, debido a un daño en la planta eléctrica que prestaba los servicios de luz y energía eléctrica a la población, una nota de ABC pone de presente que, además de la oscuridad, Quibdó está viviendo también problemas de suciedad:
“Las
calles de Quibdó se encuentran llenas de basuras sin que se sepan los motivos,
pues es sabido que el municipio paga a algunos empleados para el barrido de
ellas. Rogamos a quienes corresponda velar por este aseo se sirvan dictar las
órdenes correspondientes a fin de que no continúe Quibdó presentando el
espectáculo de sus calles sucias con pedazos de papeles, cáscaras de frutas,
etc., etc. Así mismo, se quejan algunos vecinos de los barrios de la falta de
luz en sus vecindarios. Llamamos la atención del señor Interventor fiscal de
rentas para que se sirva ordenar corregir esta anomalía”.
Periódico ABC, Quibdó. 25 de octubre de 1930.
Mercado, Quibdó 2020 |
Así como ocurre actualmente con el ensordecedor ruido en las inmediaciones de la plaza de mercado de Quibdó, hace casi un siglo el humo de los fogones de los bogas del transporte comercial, que cocinaban en los muelles de la orilla del Atrato, penetraba hasta el último rincón de las casas del vecindario, según esta nota de ABC:
"Llamamos
la atención de las autoridades de policía a fin de que prohíban terminantemente
el feo espectáculo que dan los bogas que navegan con canoas del comercio,
estableciendo sus cocinas en los muelles de la ciudad. Las familias que viven
en los sitios vecinos a los muelles sufren las consecuencias del humo que
despiden esas fogatas improvisadas y sabemos que en muchas partes han tenido
que prescindir de los adornos interiores, como cortinas, etc., precisamente
porque el humo las echa a perder. Cualquier autoridad de policía puede
convencerse entrando a cualquiera de las casas vecinas a los muelles. La vida
se hace insoportable con la invasión del humo hasta los rincones más apartados
de las casas. Es asunto de urgencia".
Periódico ABC, Quibdó. 14 de noviembre
de1930.
Triste, pero es la realidad que se vive, parece que el tiempo estuviera retrocediendo.
ResponderBorrarLos guarengues del biche aguardienticoycerveza
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