Constantino
Collage de El Guarengue, con imágenes tomadas de: https://www.facebook.com/aldemar.valencia.7/videos/3412505105544785/ |
Heredero y par de glorias de la música y la guitarra chocoana como Robertico Valencia, Feliciano “Chano” Palacios, Nicomedes Mena Mayo, Luis “Cayayo” Rentería, Víctor Dueñas, “Mane-Mane” Santacoloma, Julio César “El Gringo” Valdés, Santos Moreno Blandón y Gerardo Rendón; Constantino Herrera Flórez es uno de los músicos más hábiles y creativos que ha parido la tierra chocoana, cuya tradición más vernácula y autóctona llevó siempre consigo durante toda una vida artística dedicada a cultivar, preservar y difundir la música del Chocó, la música del Pacífico y la música del Gran Caribe, entre las cuales se movía con la facilidad y la creatividad propias de su talento inmenso.
Los dedos de su mano izquierda saltaban de cuerda en cuerda, de traste en traste, de tono en tono, con la naturalidad y la agilidad de un colibrí mañanero en la floresta tropical; como si esa mano hubiera nacido para gobernar el mástil de su guitarra y navegar por todos los rumbos de su diapasón sin más carta de navegación que las partituras desplegadas en el atril de su alma. Mientras los dedos de su mano derecha sacaban de cada cuerda que tocaban, pulsaban, acariciaban o rozaban, los sonidos más notables del repertorio inagotable de aquellas partituras, con profundidad y alegría, con sabor y sabiduría. De modo que en cada interpretación suya las canciones sonaban como si hubieran acabado de nacer.
A la magia inmarcesible de sus dedos sobre las seis cuerdas de la guitarra española o las tres cuerdas dobles de la cubana, de las cuales siempre extraía todo el salero y todo el son, se sumaban la hondura de su sentimiento y su memoria musical excepcional, su admirable capacidad para gozar la música, su carcajada sonora, su aguardentosa voz y su buen humor; elementos todos de un conjunto llamado Constantino con el cual se engalanaron cientos de noches quibdoseñas, en guitarreadas de amigos o en conmemoración de cumpleaños de madres y padres a quienes la vida les sonreía cuando Constantino tocaba, cuando Constantino cantaba, cuando Constantino interpretaba, cuando Constantino reía, haciéndolos olvidar de edades y achaques, mediante el bálsamo suave y el eficaz lenitivo de su arte.
La vida artística de Constantino
Herrera Flórez fue una serenata permanente al Pacífico y al Chocó, bajo cuyos
cielos coloridos y aguaceros diluviales Constantino nació; y al Caribe inmenso,
cuyos boleros y sones Constantino en su guitarra para nosotros recreó. Una
serenata que -para tristeza y dolor de todos- este pandémico viernes terminó.
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La memoria de un pueblo se construye a partir de muchos aportantes. El Guarengue es tu medio. Gracias
ResponderBorrarMi admiración Julio César, has descrito al maestro Constantino tal cual era, y lo has hecho con tal estilo y maestría dignos de admirar. Gracias por compartir cada semana tu amor y profundo conocimiento de la rica Tierra Chocoana y su gente...
ResponderBorrarQue siga el Guarengue.
Gracias por tu generoso comentario y por leer El Guarengue, que continuará para compartir nuestra chocoanidad con personas como tú. Saludos.
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