lunes, 15 de junio de 2020


Semblanza de Ramón Lozano Garcés
Por Alfredo Cújar Garcés [1]
Ramón Lozano Garcés en Kingston, Jamaica,
en sus tiempos de Embajador de Colombia en ese país.

Ramón Lozano Garcés nació en Quibdó, el 24 de septiembre de 1912, y murió el 22 de septiembre de 1983. Es un integrante destacado de la denominada Generación Chocoanista, de la cual también formaron parte, entre otros, Diego Luis Córdoba, Manuel Mosquera Garcés, Adán Arriaga Andrade y Daniel Valois Arce, quienes salieron del Chocó, a partir de la década de 1920, a formarse en las más prestigiosas universidades públicas de Medellín, Bogotá y Popayán, y después de graduados accedieron a espacios políticos nacionales, desde los cuales trabajaron conjuntamente en la construcción de un proyecto regional para el Chocó, cuya base fue la conversión de la entonces Intendencia en Departamento del Chocó. Lozano Garcés se distinguió como parlamentario inteligente, fogoso y defensor a ultranza de la soberanía nacional frente a los intereses del capital extranjero en los recursos mineros y forestales de Colombia. Su denodada lucha por la defensa de los mineros chocoanos no tiene antecedentes ni parangón en la historia regional. “Más vale morir de pie que vivir de rodillas” es una de sus frases, que resume su lucha de toda una vida.

Por su calidad literaria y el valioso resumen que hace de la trayectoria de Ramón Lozano Garcés, El Guarengue reproduce este escrito de Don Alfredo Cújar Garcés, quibdoseño eminente y conocedor como el que más de la vida social, cultural, económica y política del siglo XX en el Chocó.


Sus ojos fijos en el horizonte, como escrutando el destino de su pueblo, irradiaban ese tono de humildad que marcó su vida irremediablemente, su sino vital y humanitario que le acompañaría en el proceso luminoso de su carrera. En mi retina de niño entonces, quedó para siempre en el paisaje parroquial la figura de un hombre reflexivo y sereno cruzando la calle principal de su barrio, Yescagrande. Triunfante o derrotado, como el soldado que regresa de la guerra con las heridas frescas, pero con la esperanza viva. Justicia social para su pueblo fue su emblema y su grito en las mil batallas de su vida. Por eso y para eso nació y vivió. Agotando todas las fuerzas de su existencia, perdió la última batalla con la muerte, pero no con la injusticia. Todavía sus amigos luchan por su ideario y sus sueños.

Su destino de líder comenzó desde los 18 años de edad, cuando se involucra en los problemas y conflictos sociales y económicos de su tierra natal. Estudia Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Antioquia, de Medellín, en donde sus calidades intelectuales lo sitúan en la primera avanzada estudiantil. Allí, en foros y congresos, da muestra de su condición innata de dirigente y conductor.

A su regreso a la ciudad natal, Quibdó, se vincula en el sector político que comandaba Adán Arriaga Andrade. Allí encajan sus ideas de izquierda. El desempeño oficial de algunos cargos públicos lo compenetra más a fondo con la realidad y el padecimiento del Departamento del Chocó, la región más pobre de Colombia. Brota del fondo del alma su inconformidad por el trato y comportamiento estatal con su tierra. No hubo organización cívica política de la que no hiciera parte Ramón Lozano. Su postura física y su oratoria engalanada de una prosa fresca y convincente calaba en el corazón de los chocoanos. Sus dotes íntimas de poeta, escritor y catedrático, hicieron presencia inconfundible en su elocuencia juvenil, que despertaba entusiasmo y simpatía popular.

Después de la decepción ocasionada por el pacto suscrito por Adán Arriaga y Diego Luis Córdoba, en un acuerdo político denominado “El Eje”, Lozano Garcés se afianza en la arena política regional con cuerpo y alma. Con Leopoldino Machado, conforman un movimiento político Anti-Eje, denominado “Binomio”, que los lleva al congreso nacional en varias oportunidades. No hubo un solo instante en donde no latieran en su corazón los problemas de su terruño. Apropió como suyo el dolor de los mineros del Chocó, materia de su predilección de la que era maestro y figura nacional. Los mineros de la región aurífera del río San Juan hicieron de él su bandera. Compartió con ellos resonantes triunfos en la lid del derecho y también sus agonías por el despojo del imperialismo norteamericano a los nativos.

Hubo una etapa crucial de su trayectoria vital, cuando ejerció el litigio público, en donde la Rama Judicial dominada por sus adversarios políticos, le cerró todas las puertas. El ejercicio de su profesión entró en un campo minado en donde Lozano Garcés no podía pisar. Circuló, entonces, de su autoría, un documento público: “Banderas a media asta”, que fue constancia de la situación judicial. Lozano Garcés fue acusado también, por sus detractores, de subversivo, en tiempos del gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla (1954-1957). Fue vigilado día y noche, en sus actividades civiles y políticas. Estuvo encarcelado injustamente por defender a los mineros del San Juan (1956). Esta etapa de su trayectoria lesionó para siempre su corazón.

Ramón Lozano Garcés pudo haber sido rico si su lucha hubiere estado al servicio de los poderosos y del capital norteamericano. Pobre, humilde y resignado, despreció las mieles de las cumbres para compartir con los más humildes de su tierra el plato vacío y desprovisto de los chocoanos.

Este extraordinario exponente de la chocoanidad fue de los últimos productos de la racha de valores humanos que se inició en los albores del siglo XX, hasta los años treinta. Tiempo en que se dieron ministros, consejeros de estado, contralores, miembros de altas cortes y embajadores, como él mismo lo fue. Era la época en la que el Chocó surgió como potencia en la formación de maestros, exportador de metales preciosos y de talento humano.

Este hombre, humilde y pobre dio la muestra sublime de su modestia y sencillez cuando acude, en silla de ruedas, apoyado en el brazo de sus amigos, a la Asamblea Departamental para conseguir la gracia de una pequeña pensión. Una honda lección de humildad para la historia del Chocó, y hoy para la tan cuestionada honradez pública.

Queda en el espacio colombiano como un gigantesco interrogante: ¿hasta cuándo la injusticia y la deuda social con el Departamento del Chocó? Fue la razón indeclinable de su lucha y de su vida.


[1] Publicada el 1º de julio de 2012, en la página de Facebook Ramón Lozano Garcés "Centenario": https://www.facebook.com/RamonLozanoGarcesCentenario/

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