Semblanza
de Ramón Lozano Garcés
Por Alfredo Cújar Garcés [1]
Ramón Lozano Garcés en Kingston, Jamaica, en sus tiempos de Embajador de Colombia en ese país. |
Ramón Lozano Garcés nació en
Quibdó, el 24 de septiembre de 1912, y murió el 22 de septiembre de 1983. Es un
integrante destacado de la denominada Generación Chocoanista, de la cual
también formaron parte, entre otros, Diego Luis Córdoba, Manuel Mosquera
Garcés, Adán Arriaga Andrade y Daniel Valois Arce, quienes salieron del Chocó,
a partir de la década de 1920, a formarse en las más prestigiosas universidades
públicas de Medellín, Bogotá y Popayán, y después de graduados accedieron a
espacios políticos nacionales, desde los cuales trabajaron conjuntamente en la
construcción de un proyecto regional para el Chocó, cuya base fue la conversión
de la entonces Intendencia en Departamento del Chocó. Lozano Garcés se
distinguió como parlamentario inteligente, fogoso y defensor a ultranza de la
soberanía nacional frente a los intereses del capital extranjero en los
recursos mineros y forestales de Colombia. Su denodada lucha por la defensa de
los mineros chocoanos no tiene antecedentes ni parangón en la historia regional.
“Más vale morir de pie que vivir de rodillas” es una de sus frases, que resume
su lucha de toda una vida.
Por su calidad literaria y el
valioso resumen que hace de la trayectoria de Ramón Lozano Garcés, El Guarengue
reproduce este escrito de Don Alfredo Cújar Garcés, quibdoseño eminente y
conocedor como el que más de la vida social, cultural, económica y política del
siglo XX en el Chocó.
Sus ojos fijos en el horizonte, como
escrutando el destino de su pueblo, irradiaban ese tono de humildad que marcó
su vida irremediablemente, su sino vital y humanitario que le acompañaría en el
proceso luminoso de su carrera. En mi retina de niño entonces, quedó para siempre
en el paisaje parroquial la figura de un hombre reflexivo y sereno cruzando la
calle principal de su barrio, Yescagrande. Triunfante o derrotado, como el
soldado que regresa de la guerra con las heridas frescas, pero con la esperanza
viva. Justicia social para su pueblo fue su emblema y su grito en las mil
batallas de su vida. Por eso y para eso nació y vivió. Agotando todas las
fuerzas de su existencia, perdió la última batalla con la muerte, pero no con
la injusticia. Todavía sus amigos luchan por su ideario y sus sueños.
Su destino de líder comenzó desde los 18
años de edad, cuando se involucra en los problemas y conflictos sociales y
económicos de su tierra natal. Estudia Derecho y Ciencias Políticas en la
Universidad de Antioquia, de Medellín, en donde sus calidades intelectuales lo
sitúan en la primera avanzada estudiantil. Allí, en foros y congresos, da
muestra de su condición innata de dirigente y conductor.
A su regreso a la ciudad natal, Quibdó, se
vincula en el sector político que comandaba Adán Arriaga Andrade. Allí encajan
sus ideas de izquierda. El desempeño oficial de algunos cargos públicos lo
compenetra más a fondo con la realidad y el padecimiento del Departamento del
Chocó, la región más pobre de Colombia. Brota del fondo del alma su
inconformidad por el trato y comportamiento estatal con su tierra. No hubo
organización cívica política de la que no hiciera parte Ramón Lozano. Su
postura física y su oratoria engalanada de una prosa fresca y convincente
calaba en el corazón de los chocoanos. Sus dotes íntimas de poeta, escritor y
catedrático, hicieron presencia inconfundible en su elocuencia juvenil, que
despertaba entusiasmo y simpatía popular.
Después de la decepción ocasionada por el
pacto suscrito por Adán Arriaga y Diego Luis Córdoba, en un acuerdo político
denominado “El Eje”, Lozano Garcés se afianza en la arena política regional con
cuerpo y alma. Con Leopoldino Machado, conforman un movimiento político Anti-Eje,
denominado “Binomio”, que los lleva al congreso nacional en varias
oportunidades. No hubo un solo instante en donde no latieran en su corazón los
problemas de su terruño. Apropió como suyo el dolor de los mineros del Chocó, materia
de su predilección de la que era maestro y figura nacional. Los mineros de la región
aurífera del río San Juan hicieron de él su bandera. Compartió con ellos
resonantes triunfos en la lid del derecho y también sus agonías por el despojo
del imperialismo norteamericano a los nativos.
Hubo una etapa crucial de su trayectoria
vital, cuando ejerció el litigio público, en donde la Rama Judicial dominada
por sus adversarios políticos, le cerró todas las puertas. El ejercicio de su
profesión entró en un campo minado en donde Lozano Garcés no podía pisar.
Circuló, entonces, de su autoría, un documento público: “Banderas a media asta”,
que fue constancia de la situación judicial. Lozano Garcés fue acusado también,
por sus detractores, de subversivo, en tiempos del gobierno militar de Gustavo
Rojas Pinilla (1954-1957). Fue vigilado día y noche, en sus actividades civiles
y políticas. Estuvo encarcelado injustamente por defender a los mineros del San
Juan (1956). Esta etapa de su trayectoria lesionó para siempre su corazón.
Ramón Lozano Garcés pudo haber sido rico si
su lucha hubiere estado al servicio de los poderosos y del capital
norteamericano. Pobre, humilde y resignado, despreció las mieles de las cumbres
para compartir con los más humildes de su tierra el plato vacío y desprovisto
de los chocoanos.
Este extraordinario exponente de la
chocoanidad fue de los últimos productos de la racha de valores humanos que se
inició en los albores del siglo XX, hasta los años treinta. Tiempo en que se
dieron ministros, consejeros de estado, contralores, miembros de altas cortes y
embajadores, como él mismo lo fue. Era la época en la que el Chocó surgió como
potencia en la formación de maestros, exportador de metales preciosos y de
talento humano.
Este hombre, humilde y pobre dio la muestra
sublime de su modestia y sencillez cuando acude, en silla de ruedas, apoyado en
el brazo de sus amigos, a la Asamblea Departamental para conseguir la gracia de
una pequeña pensión. Una honda lección de humildad para la historia del Chocó,
y hoy para la tan cuestionada honradez pública.
Queda en el espacio colombiano como un
gigantesco interrogante: ¿hasta cuándo la injusticia y la deuda social con el Departamento
del Chocó? Fue la razón indeclinable de su lucha y de su vida.
[1] Publicada el 1º de julio de 2012, en la página de Facebook Ramón
Lozano Garcés "Centenario": https://www.facebook.com/RamonLozanoGarcesCentenario/
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