¿Construyendo país?
Æ Es escasa la trascendencia de los compromisos establecidos en Quibdó, empezando porque para acordar reuniones y eventos no habría sido necesaria tanta parafernalia ni tan abundante comitiva; siguiendo con que los compromisos incluyen restaurar un colegio cuyo nombre ni siquiera fueron capaces de escribir bien; y culminando con que para ellos no parecen existir los planes de desarrollo con enfoque territorial. Ello indica que, con esta micro-gerencia del Presidente, inspirada en los también eternos y etéreos consejos comunales de su Jefe, no se está realmente construyendo país; sino literalmente sembrando para la próxima cosecha electoral.
Cuatro hechos marcaron la visita del
Presidente a Quibdó, este sábado 3 de noviembre de 2018: el Chocó cumplía 71
años de ser departamento, después de haber sido intendencia durante 40 años; en
el recinto de la reunión N° 14 de lo que el gobierno llama talleres Construyendo país estaba presente el Jefe del Presidente; el
Presidente aprovechó la oportunidad para venderle al auditorio su ley de
financiamiento como panacea para todos los males presupuestales de la política
social del gobierno; y, por último, fue notorio y evidente, por parte del
Presidente, su equipo y su Jefe, el ninguneo al Comité Cívico por la dignidad y
la salvación del Chocó y a los acuerdos suscritos entre el Estado colombiano y
dicho comité.
En ninguna de sus dos intervenciones
centrales mencionó el Presidente la efeméride de la creación institucional del
Departamento. Ni al principio, cuando hizo un resumen de su gestión durante la
semana que terminaba, con énfasis en su asistencia a eventos y en sus logros
policiales referidos a la captura de delincuentes, cuyos alias pronuncia con
una emoción notoria y digna de mejores destinos; ni al final, cuando leyó un
resumen impreso, que le suministraron sus empleados, de “los principales
compromisos del taller”. Es extraño que este aniversario no haya merecido ni
siquiera una pizca adicional de diplomática demagogia de parte del Presidente y
uno no puede evitar imaginarse cómo y cuánto hubiera sido el discurso, si el
aniversario fuera, por decir algo, el de Antioquia y en Antioquia.
El Jefe del Presidente, con quien el Presidente
juega al policía bueno y al policía malo, intercambiándose los roles según
convenga a la situación; estuvo ahí sentado, en la sección de invitados
especiales del auditorio, casi siempre acompañado de una alcaldesa que está
entre sus más furibundas hinchas; ocupado la mayor parte del tiempo con su
teléfono celular, aunque no mucho en Twitter. Marrullero y morrongo como
siempre, habló solamente cuando su Presidente le dio la palabra, súbitamente. Y
no se refirió más que a lo que él cree que se debe hacer para abrir la
carretera al mar y “los puertos”,
como el de Tribugá, adobando la fórmula -al final- con un inusitado espíritu
ecologista. ¿Por qué no aplicaría esa fórmula, que tan coloquialmente le
presentó a su Presidente, durante sus primeros ocho años de gobierno? “Gracias, Doctor Uribe, Presidente, muchas gracias por sus palabras…”, respondió el
Presidente a la intervención, invocando sin sonrojos la majestad que a su Jefe le
reconoce.[1]
Tanto al principio como al final, así como
en algunos intersticios de las más de ocho horas que duró la reunión, el
Presidente promocionó reiteradamente su ley de financiamiento; evitando, eso
sí, mencionar cosas como el IVA a toda la canasta familiar y otra cantidad de
malezas del montón que deliberadamente sembraron él y su equipo de Hacienda por
todas partes de la misma. Según él, faltan 14 billones de pesos para poder
financiar Familias en acción, alimentación escolar, subsidios de gas y energía
eléctrica y otros programas sociales. Y la única manera de obtenerlos es
sacándoselos a los propios beneficiarios de dichos programas.
Tomada de: https://www.eltiempo.com/opinion/caricaturas/beto-barreto/convenciendo-caricatura-de-beto-barreto-288422 |
De ese modo, lo que para ciudadanos rasos
de aquellos que abundan en el Chocó, de los que bordean la línea de pobreza y
realizan el milagro mensual de subsistir con menos de la mitad de un salario
mínimo, no es más que otro mísero acto de empobrecimiento y expoliación en
contra de su vida y la de sus familias; es para el Presidente, quien cuando era
candidato negó hasta la saciedad que haría lo que ahora está haciendo, dizque
un pacto: “así que los invito a ese pacto por los recursos, ese pacto para poder
financiar el año 2019 y sentar las bases para tener grandes recursos sociales
que permitan darle continuidad a los programas que son tan importantes, como el
subsidio al adulto mayor, las familias en acción, los subsidios del gas, los
subsidios de energía, la atención integral a la niñez, el PAE, la formación y
los programas de atención a la población universitaria, entre otros, que son los
programas que entre todos tenemos que
trabajar para conseguirles los recursos”[2].
Seguramente, en ejercicio del juego de
roles entre el Presidente y su Jefe, una parte de las malezas de su ley de
financiamiento serán arrancadas selectivamente, con la mano, como el IVA a la
canasta familiar. Pero, otras igual de onerosas, permanecerán y terminarán
siendo ley. De ello se encargarán la secta de la eterna presidencia y su jefe,
que es el Jefe del Presidente, quien no gratuitamente fingió ser conciliador
con esos congresistas con los que negoció modificaciones a la Jurisdicción
Especial para la Paz, no dando como siempre puntada sin dedal. De nuevo, en el
juego de roles, actuará el mesías que dentro de muy poco empezará a cobrar en
especies votivas locales y regionales esta supuesta salvación.
Por otra parte, fue tal la ninguneada del
Presidente, su Jefe y su equipo, al Comité cívico por la dignidad y la
salvación del Chocó, el cual ha orientado y conducido con acierto los paros
cívicos de 2016 y 2017, que ni siquiera fueron capaces de mencionarlo con su
nombre propio, en el documento de compromisos que al final de la reunión fue
leído por el propio Presidente: sector
cívico y liderazgo cívico es como
lo denominan, al mencionarlo en dos puntos en los que se expresa que el
Ministerio del Interior instalará “la
comisión de seguimiento intersectorial para los acuerdos con el sector cívico”
y “las 10 mesas de seguimiento a los
acuerdos con el liderazgo cívico”[3].
Tomada de la cuenta de twitter: @karenabudi |
En lugar de haber mandado una avanzada preparatoria
de la reunión para que, durante los dos días previos a la misma, filtrara la
lista de participantes y los contenidos de sus intervenciones, clasificara y
nombrara los temas de la reunión según sus propias categorías y nomenclaturas; el
Presidente, su Jefe y su equipo bien pudieron haberle encargado la misión de
que, en conjunto con el mencionado Comité Cívico, con la participación
complementaria de otros voceros, líderes, sectores, funcionarios locales y
regionales, y ciudadanos de a pie; revisaran juiciosamente, objetivamente, con
verdadera atención y real interés, el estado de avance en el cumplimiento
gubernamental de los acuerdos derivados de los paros cívicos de los dos años
anteriores. Pues quien los conozca sabe que dichos acuerdos son un compendio panorámico
que resume con significativa integralidad el conjunto de obras y programas que
el Chocó requiere para empezar su tránsito por los caminos del desarrollo. El
semanario quibdoseño Chocó 7 días, en el editorial de su edición publicada la
víspera de la reunión, resumió el asunto así: “…con ocasión de la visita que el presidente Iván Duque realiza a Quibdó
el día de mañana, [afirmamos] que el gobierno nacional debe cumplir los
acuerdos firmados en los paros cívicos que el Chocó realizó en los años 2016 y
2017… La totalidad de los acuerdos
firmados debe ser el compromiso esencial del gobierno de Iván Duque y el Chocó
espera que en el taller Construyendo País en el día de mañana el primer
mandatario en forma clara así lo reafirme”[4].
En este escenario, queda claro que, si de
este modo hubiesen actuado, la presencia del Presidente y su Jefe, de la
Vicepresidenta, de 13 ministros, 2 viceministros y demás altos dignatarios
estatales de la copiosa comitiva que desde Bogotá viajó a la reunión; además
del grupo de parlamentarios, alcaldes y alcaldesas del Chocó, el Gobernador y
muchos funcionarios o contratistas de la región; hubiera sido más provechosa y
fructífera. Pues no parecen tan apetecibles, maduros y sustanciosos los frutos
de la reunión, cuando de 34 compromisos -contando individualmente aquellos que
los relatores incluyeron en un mismo punto por pertenecer a un mismo
ministerio- 14 se refieren a programar (agendar,
como les gusta decir, sin que los apene el barbarismo) y realizar reuniones o
eventos, entre los cuales están los antes mencionados con el movimiento cívico.
12 compromisos se refieren a infraestructura y servicios, sin incluir
carreteras ni hospitales ni electrificación de municipios. Y 8 compromisos se
refieren a la ampliación de cobertura de algunos programas sociales, entre los
cuales es el de alimentación escolar el más significativo.
Es escasa la trascendencia de los compromisos
establecidos en Quibdó, empezando porque para acordar reuniones y eventos no
habría sido necesaria tanta parafernalia ni tan abundante comitiva, siguiendo con que incluyen restaurar un colegio cuyo nombre ni siquiera fueron capaces de escribir bien y culminando con que para ellos no parecen existir los planes de desarrollo con enfoque territorial. Ello indica que,
con esta micro-gerencia del Presidente, inspirada en los también eternos y
etéreos consejos comunales de su Jefe, no se está realmente construyendo país; sino literalmente sembrando para
la próxima cosecha electoral.
[2] Conclusiones del Presidente Iván Duque al término del Taller
Construyendo País en Quibdó, Chocó - 3 de noviembre de 2018. En: https://www.youtube.com/watch?time_continue=591&v=TPeuCcWpPBc
(publicado por la Presidencia de la República).
[3] Ídem. Ibidem.
[4] Chocó 7 días. Editorial. Edición N° 1190, Quibdó, noviembre 2 a 8
de 2018.
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