lunes, 12 de noviembre de 2018


El que no conoce su historia…

¿Cuántos de los centenares de quibdoseños que a diario se reúnen en el Parque Centenario saben por qué este se llama así y quién es César Conto Ferrer, aquel a quien Quibdó declara “su dilecto hijo”, según reza la inscripción en el templete donde está su busto, en la esquina noroccidental del parque, bajo el cual tantos se guarecen del sol y de la lluvia?

¿Saben quién es Manuel Mosquera Garcés aquellos que usan el parque que lleva su nombre como estación de preludio para sus rumbas de fin de semana, en la Zona Rosa de Quibdó; o aquellos que en diciembre lo colman para que sus niños disfruten de los arreglos navideños y de los juegos infantiles?

¿Saben los estudiantes quibdoseños, sus padres y madres, sus docentes y directivos, quiénes fueron exactamente los personajes con cuyos nombres están bautizadas instituciones educativas como Manuel A. Santacoloma, Rogerio Velásquez, Miguel A. Caicedo, Nicolás Rojas Mena, Lisandro Mosquera, Miguel Vicente Garrido, Ramón Lozano Garcés, Armando Luna Roa…?

Cuando cantamos el Himno del Chocó, ¿sabemos quiénes son “Carrasquilla y Mallarino, Holguín, Conto y Jorge Isaacs” y por qué “son tus hijos más gloriosos, intelectuales sin par”? ¿Tenemos claras las razones por las que “…en la gesta libertaria, Buch, Montalvo y muchos más eternizaron sus nombres, que la historia acoge ya"?

Foto: Julio César U. H., reproducción de una imagen incluida
en un Informe de la Prefectura Apostólica del Chocó (1925), archivo personal.
Es tan probable como lamentable que, en múltiples casos, la respuesta a las anteriores preguntas sea no. Así como es casi infructuosa la búsqueda de edificios, entidades o lugares de Quibdó y del Chocó que lleven nombres de mujeres, en homenaje a su memoria.

Para subsanar esos vacíos que no deberían existir si se pretende cultivar una identidad regional sólida y fundamentada en la memoria, existe la Historia como disciplina, como ciencia y como pasión; como relato veraz y crítico de los acontecimientos anteriores y actuales; como depósito material de las evidencias escritas, gráficas y sonoras de dichos acontecimientos; como compilación vívida de las voces que desde la oralidad saben del ayer y del presente, y conocen de memoria dónde, quién, cuándo, cómo y por qué.

Gonzalo Díaz Cañadas, Presidente
de la Academia de Historia del Chocó,
con el Gobernador del Departamento,
cuyo apoyo será decisivo para esta nueva etapa
de la Academia. Tomada de: @elmanducochoco
Por lo dicho, hay que saludar con alegría y complacencia la noticia de que el pasado 3 de noviembre, en el marco de la efeméride del septuagésimo primer aniversario de la creación del Departamento del Chocó, se haya reactivado la Academia de Historia del Chocó, luego de dos décadas de inactividad; bajo la Presidencia de Gonzalo Díaz Cañadas, experimentado periodista y connotado impulsor de la recuperación, cuidado y organización de importantes elementos del patrimonio histórico y cultural regional, que hoy reposan en la Universidad Tecnológica del Chocó Diego Luis Córdoba, por ejemplo en el Archivo Fotográfico y Fílmico del Chocó, ideado, estructurado y montado por Díaz Cañadas, con diversos apoyos de entidades estatales y con el auspicio permanente de la Universidad.

Precisamente, el grupo de profesionales e intelectuales chocoanos que han asumido su reactivación han considerado la posibilidad de “articular la Academia de Historia a un instituto que tiene la Universidad y que está también bastante decaído, que es el Centro de Estudios Afrocolombianos e Indígenas, que funciona en el Bloque 11, Edificio de Investigaciones, y que tenía destinado todo un piso para su operación. Con el tiempo, este centro también decayó; pero, se conservan aún unos espacios importantes que podrían servir de albergue a la Academia, como es el Centro de Documentación que tiene la Universidad en este sitio. Allí se encuentra localizada la Colección Chocó, que es la colección de escritores y autores chocoanos que posee la Universidad Tecnológica del Chocó y que la sacó de su biblioteca general para convertirla en una colección especializada. Pensamos que allí puede operar la Academia. Allí se encuentra también localizada la Hemeroteca del Chocó, la Hemeroteca Efraín Gaitán Orjuela, que hemos logrado organizar y que la conforman 65 periódicos regionales. Allí también se deposita parte del Archivo Fotográfico y Fílmico. Y recientemente hemos recibido todo el archivo de Codechocó. El Centro de documentación de Codechocó, que por muchos años funcionó en una sede especial, fue entregado recientemente a la Universidad Tecnológica del Chocó. Hay información allí también importante a partir de todo el proceso de reconstrucción de Quibdó, y del Chocó[1]; como lo explica, bastante animado, el nuevo Presidente de la Academia de Historia del Chocó.

Foto: Julio César U. H.,
reproducción de una imagen incluida en un Informe
de la Prefectura Apostólica del Chocó (1925),
archivo personal.
Si se concretara la articulación de la Academia de Historia del Chocó a la Universidad y esta la acogiera y la albergara del modo explicado por Díaz Cañadas; además de espacios de reunión y de trabajo individual, los académicos y sus aliados tendrían a la mano un completo elenco de archivos y fondos documentales básicos para el desarrollo de sus trabajos. A los cuales se sumarán próximamente el Centro de Documentación del Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico, IIAP, y la Colección Especial del Chocó Biogeográfico, que el Instituto heredó del Proyecto Biopacífico. Así como una colección especial que será estructurada con los archivos personales y familiares de Diego Luis Córdoba, los cuales serán donados a la Universidad por su hijo, Diego Córdoba Zuleta, a principios del año entrante: “fotografías, discursos, diplomas y algunas cosas que conserva su hijo, porque ya su biblioteca había sido donada al Congreso de la República[2].

Hacen parte de la Academia en esta nueva etapa el doctor Mario Serrato Valdés, quien fue elegido Vicepresidente. Él es un abogado chocoano, de Andagoya, que vive en Bogotá. Salomón García, Ingeniero Agrónomo, que fue Director de Incora acá, es el Secretario General. Dos profesores de la Universidad Tecnológica del Chocó: Sergio Antonio Mosquera, historiador, y Néstor Emilio Mosquera (Millo), que también viene trabajando en estos temas de investigación histórica. Ana Gilma Ayala Santos, historiadora de las fiestas de San Pacho. El profesor César Aguilar, de Bahía Solano. Y Diego Córdoba Zuleta, el hijo de Diego Luis Córdoba”.[3]

Con el propósito de obtener recursos que permitan materializar esta nueva etapa de la Academia de Historia del Chocó, sus directivos adelantarán gestiones ante la Gobernación del Chocó y sus secretarías de Cultura y de Educación; así como aspiran a establecer convenios con entidades como el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la Biblioteca Nacional de Colombia, el Banco de la República y el SENA. Dichas gestiones se harán en el marco de un plan de acción que se articule a las políticas y escenarios públicos regionales en materia de historia y cultura, el cual será liderado por Víctor Hugo Moreno, Asesor Técnico de un colectivo de estudios históricos del Chocó, creado como unidad de apoyo por Augusto Cicerón Mosquera, quien fue el impulsor primigenio de la Academia y promotor de su actual revitalización.

Dentro de las actividades concretas, hemos identificado como prioritaria la convocatoria al
Tomada de: https://www.universocentro.com/portals/0/R84/limites1.jpg
Primer Encuentro de Profesores de Historia del Departamento del Chocó, profesores que estén vinculados a la educación media y superior en estas lides de historia; necesitamos identificarlos y tener con ellos la posibilidad de creación de una red de trabajo que permita trabajar con ellos y poderlos actualizar en materia de nuevos retos regionales en materia de historia política
[4]. Este encuentro está programado para julio de 2019 y serviría como punto de partida para dinamizar la creación de comités de historia en todos los municipios del Chocó, que es una de las acciones misionales de la Academia.

Aspira la Academia a revivir su Boletín, como órgano difusor de la producción académica de sus miembros, aliados e invitados. Igualmente, a realizar exposiciones itinerantes como la de Historia musical del Chocó, basada en un trabajo de Douglas Cújar Cañadas, con la participación de Elías Córdoba Valencia, Leonidas Valencia, Octavio Panesso Arango y Ramón Garcés Herazo; Istmina 190 años y Quibdó y su catedral, con el apoyo del Archivo Fotográfico y Fílmico del Chocó; y otra sobre patrimonio bibliográfico y documental, donde se expondrían ediciones originales o antiguas de libros chocoanos.

Hacer visible a la Academia de Historia del Chocó y posibilitar el acceso de la gente a sus acciones es otro gran propósito de sus directivos, en esta nueva etapa. Para ello, se aspira a contar con un sitio web y a hacer presencia en redes sociales; así como a contar con un nuevo logo para su identificación y posicionamiento.

Un ciclo de conferencias sobre diversos temas de historia regional complementará esa labor comunicativa y de proyección social de la Academia. Para lo cual se contará con aportes de Luis Fernando González Escobar, Arquitecto, Doctor en Historia, que es uno de los más reconocidos investigadores de temas chocoanos, con una conferencia sobre Camilo Mayo Caicedo, quien fue el primer arquitecto afrocolombiano del país; así como de otros conferencistas, tales como Alfonso Carvajal (sobre la Biblioteca del Darién), Alejandra Orozco y Gonzalo Díaz (sobre Patrimonio Audiovisual colombiano y chocoano); Carlos Valencia Garcés (acerca de la obra de Juancho Velasco, el Poeta del Atrato); y María Paula García Mosquera (Archivo digital de Manuel Mosquera Garcés e importancia de los archivos).

Esas y otras acciones de la Academia de Historia del Chocó siembran esperanza y nos hacen soñar con que un día sea un rotundo y verdadero sí la respuesta a todas las preguntas enunciadas al principio. Nos hacen soñar con que un día se develen y reconozcan las acciones de tantas mujeres chocoanas hoy invisibles. Nos hacen soñar con que un día haya, en el parque que lleva su nombre, aunque sea una placa que informe al transeúnte quién fue Manuel Mosquera Garcés.


[1] Entrevista telefónica a Gonzalo Díaz Cañadas, noviembre 09 de 2018.
[2] Ídem. Ibidem.
[3] Ibidem.
[4] Ibidem.

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