lunes, 19 de diciembre de 2022

 Cuando la Normal 
quedaba lejos de Quibdó

*Sede recién inaugurada de la Normal de Varones de Quibdó, 1942. En la mitad, dormitorios y comedores. A la derecha, Escuela Anexa. FOTO: Archivo fotográfico y fílmico del Chocó.

Desde 1936, año en el que fue oficialmente fundada y comenzó sus labores educativas, hasta 1942, la Normal Superior de Quibdó -que en un decreto presidencial de 1940 figura como Escuela Normal Rural de Varones de Quibdó y en el informe del Intendente del Chocó, de 1942, es mencionada como la Escuela Normal de Institutores- funcionó en una casona de madera contigua al templo parroquial, hoy Catedral San Francisco de Asís, en la esquina nororiental de la Calle 26 (Alameda Reyes) con Carrera 2ª, en la capital del Chocó. En dicha casona funcionó también, a principios del siglo XX, el Colegio Carrasquilla, y a finales de la década de 1970 funcionaron allí oficinas y salones de clase de la naciente Universidad Tecnológica del Chocó “Diego Luis Córdoba”; en un momento en el que la edificación ya se estaba desvencijando, de modo que, al subir las escaleras o al caminar por el hall central, la vieja casa crujía completa con cada paso que uno daba.

Las edificaciones originales de la Normal de Quibdó, que hace unos años terminaron demolidas para darle paso a una nueva sede, fueron construidas a partir de 1939 e inauguradas entre 1941 y 1942. El edificio principal recibió, en su momento, grandes elogios por la calidad de su diseño, moderno, funcional y adaptado a las características bioclimáticas de su ubicación, en los montes aledaños al río Cabí, en las afueras de Quibdó, a más o menos un kilómetro y medio de la ciudad. Así mismo, fueron de buen recibo por su acertado diseño los dormitorios y comedores de la Normal, posteriormente convertidos en aula máxima o auditorio, y la Escuela Anexa, una bella casona diseñada también con espacios generosos y amplios ventanales por donde circulaban holgadamente tanto el aire fresco que provenía del río y del bosque como los niños que en ella estudiaban, de lunes a viernes de 8 a 11 de la mañana y de 2 a 4 de la tarde.

Sede del Banco de la República en Quibdó construida en 1937.
FOTO: Archivo Fotográfico y fílmico del Chocó.

La Normal “definió para Quibdó junto con el Banco de la República la transición hacia la arquitectura racionalista introducida por los arquitectos del interior del país”[1]. Es obra del famoso arquitecto bogotano Alberto Wills Ferro[2], quien la diseñó como parte de su trabajo en la sección de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas. Wills Ferro, a quien también se debe el diseño de la Biblioteca Nacional y de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, ambos edificios en Bogotá, entre otras obras de su numerosa cosecha; perteneció a las primeras promociones de arquitectos graduados en la Universidad Nacional de Colombia, de las cuales también formó parte el profesional chocoano Camilo Mayo Caicedo, quien diseñó el Hotel de Turismo Citará (actual Universidad Antonio Nariño) y el edificio de la Beneficencia del Chocó, conocido como El Ocho Pisos, los dos en Quibdó. Mayo Caicedo es reconocido como el primer profesional negro graduado de arquitecto en Colombia; fue profesor y funcionario de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, en donde se jubiló finalizando la década de 1980.[3]

En su informe de 1942, el Intendente Nacional del Chocó, Dionisio Echeverry Ferrer, anota que “la Escuela Normal de Institutores es costeada con fondos nacionales y este año principió a funcionar en los cuatro modernos pabellones de su edificio en las vecindades del río Cabí, a un kilómetro de la ciudad. La dotación de este edificio es casi completa; para su comunicación con la ciudad se construyó un tramo de carretera correspondiente y se dotó al establecimiento de un bus para la movilización del profesorado. Los primeros grados fueron concedidos en 1940 y los graduados alcanzaron el número de 15; en 1941 se expidieron grados a 14 normalistas más”[4].

Cuando se fijó el sitio donde quedaría la Normal y se dio comienzo a su construcción, había en Quibdó una opinión generalizada acerca de la enorme distancia que la separaba de la ciudad. Mucha gente consideraba el sitio como una lejura. Antes de su entrada en funcionamiento, para cubrir el trayecto que la separaba de la ciudad se abrió un camino en medio del monte, entre el costado occidental de una colina en donde posteriormente se situó parte del barrio Nicolás Medrano y otra conocida como la Loma de San Martín, donde -en ese momento- se estaban terminando de construir las obras del acueducto de Quibdó: un tanque metálico que los obreros remachaban y soldaban a pleno sol, la caseta de máquinas y las oficinas administrativas, al igual que una garita de portería o vigilancia y una explanada amplia para labores de disposición y alistamiento de materiales de trabajo. El acueducto empezaría a funcionar a la par con la Normal, en 1942, y su diseño se debe al ingeniero chocoano Luis Felipe Valencia Lozano[5], hermano del famoso intendente Jorge Valencia Lozano y del fundador del periódico ABC -memoria de más de tres décadas de la vida de Quibdó y del Chocó-, el escritor, periodista, abogado y político Reinaldo Valencia Lozano.

Las instalaciones del acueducto y de la Normal debían ser, pues, conectadas con la ciudad mediante una vía apropiada, que redujera significativamente el tiempo de llegada hasta allá. Con ese fin, el presidente Eduardo Santos expide el Decreto 1687 de 1940 (septiembre 05), “por el cual se delega a la Intendencia Nacional del Chocó la construcción de un trayecto de carretera”[6]. “…Para dar al servicio en el año próximo los nuevos pabellones construidos para la Escuela Normal Rural de Varones de Quibdó, hoy clausurada debido a las pésimas condiciones higiénicas del local en que venía funcionando, es indispensable la construcción de un ramal que comunique la mencionada Escuela con la carretera Istmina-Quibdó, y el trayecto de esta misma carretera entre el punto de encuentro del ramal y la ciudad de Quibdó… dicho trayecto de carretera es igualmente necesario para la obra del acueducto de Quibdó”; se lee en los dos considerandos del decreto, firmado también por Jorge Eliécer Gaitán como ministro de Educación [7].

El artículo 2º del decreto 1687 de 1940 fija en dieciocho mil pesos ($18.000) el costo de la obra e indica de qué partidas del presupuesto vigente serán tomados y establece que el dinero será girado “al Tesorero de la Intendencia del Chocó, quien, para su manejo, deberá llenar los requisitos que exija la Contraloría General de la República”; así como “queda obligado a rendir las cuentas de inversión de los fondos de que se trata, a la Auditoría Fiscal de Obras Públicas”, según lo determina el artículo 4º del decreto. El artículo 3° dispone que, “en la ejecución de esta obra, la Intendencia del Chocó se ceñirá a las normas establecidas por la Dirección General de Carreteras y Ferrocarriles Nacionales del Ministerio de Obras Públicas, y rendirá informes mensuales a esta dependencia y a la Dirección de Edificios, sobre el adelanto de la misma”.[8]

La obra fue efectivamente concluida y el bus escolar que el Intendente Echeverry Ferrer menciona en su informe de 1942 fue igualmente adquirido y dado al servicio de los profesores, pues los alumnos estudiaban inicialmente bajo la modalidad de internado. A finales de la década de 1950, se clausura el internado y entonces el bus escolar pasa también al servicio de los estudiantes, quienes debían adquirir un boleto para abordar el vehículo, cuyo bajo costo era casi simbólico, para facilitar el acceso de los muchachos a dicho transporte. No obstante, con el paso de los años y el deterioro del bus, que terminó convertido en chatarra dentro de su garaje, las caminatas diarias desde y hacia la Normal y su Escuela Anexa se convirtieron en parte de la rutina habitual de niños y jóvenes de la época.

En una ciudad que escasamente llegaba hasta el denominado Puente de García Gómez, situado al comienzo de la vía hacia la ciudad de Istmina, la construcción del ramal de carretera que conectó a la Normal y al acueducto con dicha vía, y de este modo con la ciudad, disminuyó la sensación de lejura de la Normal de Quibdó; aunque durante muchos años pareció cosa de aventura el tránsito diario dos veces de ida y dos veces de regreso, pues tanto la Normal como su Escuela Anexa funcionaban en doble jornada, de niños que desde los siete años aprendían a caminar la ruta de un kilómetro o más entre sus casas y el colegio, al igual que se convertían en verdaderos baquianos para sortear los imprevistos que en el recorrido se les presentaban: en invierno, calles pantanosas y encharcadas, aguaceros diluviales, tempestades y tormentas; en verano, canículas feroces y calles polvorientas; en cualquier tiempo, perros que asustaban o mordían y locos que tiraban piedras...

Cancha de fútbol de la Normal de Quibdó, 1970. Desde la década de 1960, una cita dominguera de los quibdoseños era en el campo de fútbol de la Normal. La foto está tomada de norte a sur. La loma donde se ven espectadores con sombrillas y paraguas conduce al naciente barrio Nicolás Medrano. La selva al fondo pertenece al área del río Cabí, donde en ese momento está creciendo el barrio La Playita. FOTO: Archivo fotográfico y fílmico del Chocó.

Desde entonces, se conoció como La Ye al punto de confluencia entre la vía de la Normal y el acueducto con la carretera de Quibdó hacia Istmina. La Ye pasó a ser un punto de referencia en la nomenclatura urbana informal para ubicar viviendas cuando, por el poblamiento de la Loma de las Brisas y sectores aledaños, y el crecimiento del barrio Nicolás Medrano, Quibdó se fue extendiendo hacia el suroriente. Este crecimiento se incrementó año tras año de modo que, hacia la década de 1970, después del gran incendio del sector céntrico de la ciudad, se fueron poblando las colinas hacia el oriente, en el área de influencia de las microcuencas de las quebradas La Aurora y La Yesca.

Del mismo modo, hacia el suroccidente nacería el populoso conglomerado periurbano de La Playita, a orillas del río Cabí, río del cual se abastece el acueducto; casi simultáneamente con el barrio Niño Jesús, una urbanización de viviendas unifamiliares de una planta, con patio incluido, cuyos adjudicatarios fueron principalmente maestros, policías y funcionarios públicos, construida por el Instituto de Crédito Territorial, ICT, del cual fue subgerente Alberto Wills Ferro, el mismo arquitecto que diseñó la Normal de Quibdó.

El barrio Niño Jesús terminó de construirse en la década de 1970, mediante sucesivas etapas de urbanización adelantadas por el ICT, incluyendo Los Balcones, un conjunto construido y ubicado linealmente  en la misma calle y al frente de la 2ª Etapa, famoso por sus viviendas de dos plantas y el balcón esquinero de sus fachadas. Junto a los conjuntos de viviendas de las carreras primera, segunda y tercera y del barrio La Yesquita, conocidas como La Remodelación, mediante las cuales se reconstruyeron los sectores destruidos por el incendio de octubre de 1966; el Niño Jesús fue el primer barrio de urbanización masiva y homogénea en Quibdó, una ciudad que para entonces aún buscaba renacer de aquellas tristes y trágicas cenizas.

Paso de la quebrada La Yesca, en el camino hacia el barrio Niño Jesús, 1970. Sobre la Loma de San Martín se ven el tanque metálico original del acueducto de Quibdó y el tanque de concreto construido posteriormente. FOTO: Archivo fotográfico y fílmico del Chocó.

El creciente poblamiento del suroccidente de la ciudad, generado por la urbanización planificada del barrio Niño Jesús y la urbanización espontánea e improvisada de sus alrededores, de La Playita, del lomerío de San Martín y del tramo que del barrio La Yesquita conducía a este nuevo Quibdó; hizo necesaria la apertura de una vía alterna a la de la Normal, para comunicar este sector con el centro de la ciudad. Esta vía era indispensable, porque, además de los barrios tradicionales, en el centro de la ciudad se ubicaban los establecimientos de comercio y servicios, las oficinas públicas, las iglesias, los parques y los cafés, los bares y los bailaderos, además del malecón del río Atrato, que fue toda una novedad en la arquitectura paisajística de la ciudad de hace medio siglo. Este camino, posteriormente convertido en una de las avenidas mejor construidas de la ciudad, incluía un paso por la quebrada La Yesca, cuyas crecientes impedían el tránsito y hacían obligatorio el uso de canoas para cruzarla. Su construcción en concreto y pavimento rígido incluyó un puente sobre La Yesca.

La nueva vía, abierta para comunicar con la ciudad el barrio Niño Jesús y sectores aledaños, se convirtió también en una alternativa de recorrido para los estudiantes de la Normal Superior y de su Escuela Anexa que vivían en barrios del occidente y el sur, reduciendo aún más la sensación de lejura, que ya no existía para profesores y alumnos que vivían en esta novedosa zona de Quibdó, quienes habían pasado a ser parte del vecindario del establecimiento educativo que alguna vez abasteció de maestros los rincones más recónditos de Colombia.


[1] González Escobar, Luis Fernando. Quibdó, contexto histórico, desarrollo urbano y patrimonio arquitectónico. Centro de publicaciones Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, febrero 2003. 362 pp. Pág. 306. El Banco de la República al que se refiere esta cita es el edificio antiguo de la esquina suroriental de la Alameda Reyes con Carrera2ª, de Quibdó, construido en 1937, en donde actualmente funcionan un preescolar y una escuela taller.

[2] Resúmenes de la vida personal y profesional del arquitecto Alberto Wills Ferro pueden leerse en: https://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Wills_Ferro y en: https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-343/un-arquitecto-una-obra-alberto-wills-ferro; artículo este último que enfatiza en el diseño y construcción de la Biblioteca Nacional de Colombia.

[3] González Escobar, Luis Fernando. Facultad de Arquitectura Universidad Nacional de Colombia - Sede Medellín. Camilo Mayo Caicedo, el primer arquitecto “negro” de Colombia. En: Universidad Nacional de Colombia 150 años. Pág. 33-49. Consultado el 14 de diciembre de 2022, en:

https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/60800/Camilo_Mayo_Caicedo_primer_arquitecto_negro_de_Colombia.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[5] Lea en El Guarengue detalles sobre la construcción del acueducto de Quibdó y el trabajo del ingeniero Luis Felipe Valencia Lozano, en el artículo Los comienzos del acueducto de Quibdó: https://miguarengue.blogspot.com/2022/03/los-comienzos-delacueducto-de-quibdo.html

[6] República de Colombia. Ministerio de Justicia y del Derecho. Sistema único de información normativa. SUIN-Juriscol.

https://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Decretos/1331764

[7] Idem. Ibidem.

[8] Ibidem. Todas las citas del párrafo son tomadas de esta misma fuente.

2 comentarios:

  1. Es grato recordar un antes en todo nuestro territorio.

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  2. Significativa información , esta institución es cuna de excelentes maestros y estudiantes.
    ¡Felicitaciones! 👋👋👋

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