2ª Vuelta
Como una mancha luctuosa en el mapa de Colombia con el que la Registraduría Nacional ilustró los resultados electorales de este domingo 29 de mayo de 2022, en los comicios para la presidencia de la república, el departamento de Antioquia salta a la vista.[1] Es el único del país en donde ganó “un señor de limitado alcance intelectual”, “candidato in pectore”[2] del amo y señor del poder político del país desde hace veinte años, de quien Antioquia es cuna y sustento ideológico y electoral.
Por supuesto, este exalcalde de Medellín -capital de Antioquia- cuyos modales se asemejan más a los de un muchacho buscapleitos de un colegio de bachillerato o a los de un sheriff de aquel condado en el que convirtió su dudosa alcaldía, que a los de un adulto responsable o un político con capacidad mínima para pensar y resolver problemas, perdió las elecciones. Y, aunque en su discurso truculento para reconocer la victoria de su oponente, proclamó estar tranquilo y aceptar la derrota, en su semblante eran evidentes la frustración y la piedra (-para usar un vocablo de su jerga de origen-), así como unas ganas inocultables de explotar y despachar su fracaso con parte del amplio repertorio de vulgaridades o palabrotas que deben reposar en su reducido léxico, algunas de las cuales han pasado a ser parte de la grosería verbal nacional.
El candidato que se vanagloriaba de tener alias en vez de nombre y que se pavoneaba como si -por ser una reedición de su presidente eterno- tuviera asegurada la victoria en forma de segundo lugar y consiguiente paso a la segunda vuelta electoral; fue derrotado por “un populista de derecha que pregona que hay que acabar con los ladrones, mientras que la Fiscalía lo tiene imputado en un caso por corrupción y ha tenido que afrontar 37 investigaciones disciplinarias en la Procuraduría”[3]. A este cantinflesco personaje, que obligó a la prensa a llamarlo ingeniero, para validar así sus banales ocurrencias de disco rayado y carente de sentido, “le llegará sin ningún esfuerzo la votación de [alias] Fico, con el gobierno y Uribe incluidos, sin pagar el menor costo por ello”[4]; pues en los últimos días previos a las elecciones se consolidó -de modo público y notorio- como el plan C de la secta seudodemocrática. El periodista Félix de Bedout lo resumió con total precisión: “Quemado tempranamente el plan A, hundido estrepitosamente el plan B, se activa el plan C”[5].
Vamos a decirlo sin ambages ni rodeos, sin maquillajes ni eufemismos. Los partidarios del capo que detenta el poder político del país hace dos décadas ansían someternos a seguir malviviendo en el país que este Don innombrable de su camorra criolla construyó a su amaño para reinar desde sus ubérrimos y feudales dominios, con la impune complicidad de gobernantes, legisladores y jueces convertidos en simples consiglieri o mandaderos de su fullera majestad; sustentado en el ciego fanatismo de iglesia de garaje de millones de hombres y mujeres que resignaron su condición de ciudadanos con derechos, para devenir en siervos sin tierra ni heredad de esta mafiosa gleba de sacristanesco y arepero acento y de aguadeño sombrero, vasallos sin voz alguna más que para asentir y confirmar su obsecuencia, testaferros de voto obligatorio y prepagado.
Está en nuestras manos ciudadanas evitar que logren su cometido, impedir que el mapa de la Registraduría termine, luctuosamente y totalmente, teñido del color que hoy solamente tiene Antioquia. ¡Vive la France!
[1] El mapa ilustrativo de los resultados de las elecciones del 29 de mayo de 2022 para la presidencia de Colombia se puede ver en:
https://resultados.registraduria.gov.co/presidente/0/colombia
[2]
Los Danieles, 29 de mayo 2022. Daniel Coronell. El Contragolpe.
https://cambiocolombia.com/opinion/los-danieles/el-contragolpe
[3] Ibidem.
[4] Ibidem.
[5] Cuenta de Twitter de Félix de Bedout:
https://twitter.com/fdbedout/status/1531037946018779141?s=20&t=GMHsS632z2waPelIGznJbw
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