Al Maestro con cariño
Afiche promocional de Al Maestro con cariño y Sidney Poitier con su estatuilla del Premio Oscar a Mejor Actor, 1964. Fotos: BBC Mundo. |
A un mes
largo de cumplir 95 años de vida, murió en Bahamas Sidney Poitier, a quien mis
amigos de infancia y yo conocimos comenzando la década de los años 1970 en una
función vespertina del Teatro César Conto, de Quibdó, en una película que
rompió la trillada rutina de la cartelera a la cual teníamos acceso los menores
de edad, que estaba compuesta únicamente de karatekas, cowboys, soldados y
detectives, y uno que otro luchador mexicano enmascarado. To Sir, with
love era el título original de la película de Poitier, el cual aparece
escrito a mano, en una de las escenas finales, en la tarjeta que acompaña un
regalo que los estudiantes le entregan a su maestro, Mark Thackeray (Sidney
Poitier), como símbolo de gratitud inmensa y de enorme afecto hacia quien, sobrepasando
todas las situaciones de irrespeto y patanería de sus estudiantes, les va
mostrando cuál es el camino para ellos deseable, hasta encarrilarlos y
mostrarles que la vida puede valer la pena y que ellos pueden ser felices, a
pesar de las difíciles condiciones en las que crecen en un suburbio de Londres,
en donde se ubica esta escuela pública.
La conmovedora escena tiene lugar en la fiesta de final del curso escolar y concluye con Poitier (el Maestro Tackeray) rompiendo su carta de renuncia a la escuela. “A pesar de estar de acuerdo con afirmaciones sobre el sentimentalismo de la película, y que le da una clasificación mediocre, el Virgin Film Guide asegura: "lo que hace [de esta] una película agradable es la naturaleza mítica del personaje de Poitier. Se las arregla para parecer como una persona real, al mismo tiempo que incorpora todo lo que hay que saber acerca de la moral, el respeto y la integridad"[1]. El personaje de Poitier es en realidad un ingeniero que a causa del desempleo termina convertido en ese maravilloso maestro al cual los rebeldes y a veces hasta pérfidos estudiantes terminan pidiéndole que no los deje, a través de aquel regalo que entregan “Al Maestro con cariño”, título en español de la película.[2]
La filmografía de Sidney Poitier comprende su participación como protagonista o personaje estelar en más de 50 películas. Poitier fue nominado en dos ocasiones al Premio Oscar como Mejor Actor y lo obtuvo en abril de 1964, por su papel protagónico en Los lirios del valle (Lilies of the field). Fue la primera vez que un actor negro recibió este premio en esa categoría: “estaba tan sorprendido que salté dos metros de mi asiento”, le contaría Poitier a The New York Times. Igualmente, en 2002, le fue otorgado el máximo reconocimiento honorífico de los Premios Oscar: el Oscar a su trayectoria como actor. En ese mismo año, como Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama le confirió la Medalla de la Libertad.
2002. Entrega de la Medalla de la Libertad a Sidney Poitier por Barack Obama como Presidente de los Estados Unidos. Foto: EFE. |
Desde que lo vimos en aquella película, sentimos a Poitier como si fuera
alguien cercano a nuestras vidas, y desde entonces no hubo film suyo que
llegara al Teatro César Conto que no hiciéramos todo lo posible por ver.
Pasábamos largos ratos contemplando y comentando las fotos impresas en colores
o en blanco y negro, en tamaño 20x25 cm., que pegaban en las carteleras en las
que anunciaban la pronta exhibición de las películas o su programación,
indicando función, horario, precio y categoría de público permitida; así como
los preciosos afiches del tamaño de una hoja de cartulina, que pegaban en las
vitrinas que el teatro tenía a su entrada junto a las taquillas y en el
espacioso hall donde quedaban las escaleras de caracol hacia el segundo piso y
las entradas para el primero, es decir, para palco y luneta.
Uno de mis
más entrañables amigos de aquella divertida infancia quibdoseña me dijo un día, a
la salida de una de las películas, que él a veces veía a Sidney Poitier como si
fuera un paisano que hubiera triunfado. Le dije que me pasaba igual. Y nos
divertimos mucho repitiendo a lo largo de las semanas, durante los regresos del
colegio a la casa o en los intermedios de la jornada, los diálogos que
recordábamos de la película, intercambiándonos el rol de Poitier y compitiendo
entre nosotros para ver quién imitaba mejor la gestualidad y el tono de su
actuación. La majestad actoral, la naturalidad interpretativa y la fuerza de la
presencia escénica de Sidney Poitier habían hecho efecto en unos muchachos de
Quibdó que ni siquiera habían nacido cuando él ya se estaba consagrando.
Sidney Poitier con Martin Luther King, 1964. Twitter: @BerniceKing |
[1] To Sir, with love: https://es.wikipedia.org/wiki/To_Sir,_with_love_(pel%C3%ADcula)
[2] La
escena completa puede verse en: https://www.youtube.com/watch?v=nXaEf4ktpPA
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