San Pacho en Quibdó:
De devoción colonial
a patrimonio de la humanidad
Doce barrios de Quibdó, llamados barrios franciscanos, presiden -sucesivamente y durante un día cada uno- las Fiestas de San Pacho, entre el 21 de septiembre y el 2 de octubre de cada año. Estos doce días constituyen una especie de núcleo territorial de la celebración y forman parte de los casi veinte días que dura en su totalidad la fiesta, la cual empieza el 19 de septiembre con la lectura del bando y concluye el 5 de octubre con el ritual de bajada de banderas, un día después de la majestuosa y solemne procesión religiosa, que es presidida por una vívida imagen del santo que hace casi un siglo fue traída de España y que durante el resto del año permanece en la Catedral que lleva su nombre. Tomás Pérez, Kennedy, Las Margaritas, La Esmeralda, Cristo Rey, El Silencio, César Conto, Roma, Pandeyuca, Yesquita, Yescagrande y Alameda Reyes son los nombres de los doce barrios franciscanos cuyas banderas son batidas incesante y cadenciosamente, al ritmo de la chirimía chocoana, en el desfile del 20 de septiembre, que marca el comienzo de la programación barrial junto con la solemne misa inaugural.
A finales de la primera década del siglo XX, recién terminada en Colombia la llamada Guerra de los Mil días y consumada con inicua intervención estadounidense la secesión de Panamá, Quibdó se convierte en capital de la Intendencia Nacional del Chocó y empieza a vivir un rápido crecimiento que terminará convirtiendo aquel pequeño poblado de otrora en un emplazamiento urbano moderno, conectado mercantilmente con el mundo entero, dueño de una activa vida social y cultural: todo un sueño de modernidad. “Es en este escenario de inicios del siglo XX donde la Fiesta de San Francisco de Asís comienza a adquirir relevancia y se convierte en manifestación que le confiere identidad a la población afrochocoana, que representa aproximadamente el 90% de las familias del pequeño poblado, que para ese momento no superaba los 4.000 habitantes y que fundamentalmente era población que mantenía una alta movilidad y estacionalmente vivía en espacios rurales”[2].
A la intervención entusiasta y con fines devocionales de los Misioneros Claretianos, se sumarán el entusiasmo y espíritu creativo de mujeres y hombres de los barrios, cuyos liderazgos han ido emergiendo en los espacios festivos populares, paulatinamente configurados por fuera del epicentro de la Carrera Primera, paralela al río Atrato, donde se desarrolla toda la actividad comercial, social y política bajo el control y dominio de las elites. A la dinámica surgida de la suma del entusiasmo misionero y los nuevos liderazgos de arraigo barrial se incorporan también las ideas de equidad social y reivindicación racial de los primeros profesionales negros y mestizos, quibdoseños y chocoanos, que han accedido a la educación superior y que han empezado a ocupar instancias de administración y gobierno regional, además de comenzar a brillar en el escenario político nacional. Será en ese contexto en el que, simbólicamente, la Fiesta de San Pacho devendrá en escenario de protagonismo y predominio de nuevos sujetos sociales, así como en espacio de metafórica disolución temporal y transitoria de las diferencias del plano social en el ámbito y en el lenguaje del carnaval. De este modo, “es hacia la década de los treinta cuando se introducen igualmente otras innovaciones en la fiesta, como por ejemplo la banda de San Francisco de Asís, y se asumen Los Gozos o Himno del Santo. Estas innovaciones tienen la marca de la acción que despliega el misionero y en ello cumple papel importante el Padre Nicolás Medrano, personaje de primer orden en la historia de la fiesta y quien, además de aportar en la configuración de lo básico del ritual en los aspectos de su liturgia, al mismo tiempo introduce elementos asociados al modo como se asume la fiesta en la calle”[3].
Finalizando la tercera década del siglo XX, el peso específico de la fiesta se ha incrementado de modo significativo y evidente. Los rituales de vecindario y de fraternidad barrial introducidos a la fiesta por los sectores populares terminan siendo reconocidos y refrendados, validados y asumidos, por parte de la iglesia y de la nueva dirigencia regional de origen negro y mestizo, así como por sectores progresistas de las elites. Ello incide positivamente en el posicionamiento de las fiestas dentro del calendario anual de la sociedad quibdoseña, con suficiente prestancia para que su celebración motive vacaciones intendenciales, como las que ordena el entonces Intendente del Chocó, Heliodoro Rodríguez, mediante la promulgación del Decreto N° 254 de 1930 (1° de octubre), por el cual se conceden vacaciones con motivo de las festividades de San Francisco: “El Intendente Nacional del Chocó, en uso de sus atribuciones legales, decreta: Artículo único. Con motivo de las festividades del Santo Patrono de la ciudad de Quibdó, San Francisco de Asís, decláranse en vacaciones las oficinas públicas los días 3 y 4 del presente mes. Publíquese y ejecútese”[4].
El martes 7 de octubre de 1930, en un artículo titulado Las fiestas de San Francisco Patrono de Quibdó, el emblemático periódico quibdoseño ABC, del ilustre Don Reinaldo Valencia Lozano, publicó un balance o resumen de la celebración de la fiesta de ese año, que corrobora lo dicho sobre el progresivo aumento de su importancia, su expansión a toda la sociedad y las mejoras evidentes en su estructura y organización:
“La fiesta del patrono de la ciudad va
tomando día por día mayores ímpetus. Los que se mantenían al margen hoy
participan de ella, y todo promete que en los años venideros tendrá resonancia
que ni siquiera se imaginan. Gentes de todos los contornos, con la proximidad
de la fiesta –única de Quibdó– acuden presurosos a participar de ella. Y los
nativos que pueden hacerlo costean viajes, no importa la distancia, para
desempeñar ciertos papeles que les tocan, en sus barrios. Los festejos de San
Francisco han tomado algo más de tres días. Nadie ha tenido en cuenta los
agudos momentos por los que atraviesa el país y la fiesta se hizo con esplendor
no visto.
Como números de sensación vimos el
descenso efectuado desde la torre del reloj al parque del Centenario por la
aplaudida artista señora Teresa Medina de Echavarría, del Circo Imperial de
Variedades. Se usó para ello una manila en vez del cable de acero que se
acostumbra, y estuvo a punto de sufrir grave percance por haber cedido la
cuerda más de lo esperado. Este número, que dio muestras del gran valor de esta
artista, conquistóle a la compañía el aprecio de todas las capas sociales, que
con entusiasmo no registrado antes han llenado el cupo de su teatro provisional
para presenciar las tres funciones que llevan hasta ahora dadas. Para Quibdó ha
sido una fortuna la llegada del circo en horas en que ni siquiera se podía
contar con la diversión cinematográfica.
La procesión que la lluvia impidió el
sábado, se verificó el domingo con gran solemnidad. Los barrios, como siempre,
vistieron sus mejores galas, luciendo, ante todo, magníficos trabajos
ejecutados por hábiles manos de mujer. La bendición de los campos ayer, desde
la colina de la Virgen, solemnísima, y las artillerías no cesaron en sus
descargas en todos estos números. En el acto habló en nombre de la junta
organizadora de las fiestas el señor Balbino Arriaga Castro. Su oración versó
sobre 'la ley' y al final fue muy aplaudido.
Las fiestas concluyeron con un último
rugido del Goliat, cañón de la época de los españoles, que se conserva y dispara
en muy determinadas fechas. La banda de San Francisco alertó a la ciudad con
magníficos estrenos musicales y en cuanto a las murgas, que con frecuencia
salían a las calles, pusieron una nota alegre en todos los semblantes.
Felicitamos a la junta organizadora de estos festejos en honor del patrono de Quibdó y muy especialmente al Reverendo Padre Miró, párroco de la ciudad, por sus esfuerzos que a cada momento puso en acción para que la fiesta resultara digna de Quibdó y de su patrono”[5].
[1] Plan Especial de Salvaguardia de las Fiestas de San Francisco de Asís en Quibdó. Fundación Fiestas Franciscanas de Quibdó/Ministerio De Cultura. Quibdó, junio 2011.
[2] Ídem. Ibidem.
[3] Ídem. Ibidem.
[4] Vacaciones intendenciales por fiestas franciscanas. Periódico ABC, Quibdó, 2 de octubre de 1930.
[5] Las
fiestas de San Francisco Patrono de Quibdó. Periódico ABC, Quibdó, 7 de octubre
de 1930.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Sus comentarios son siempre bienvenidos. Gracias.