La ministra de Ciencia y el
infortunio
de una nota periodística[1]
Mábel Torres el día de su posesión como Ministra de Ciencia, en Quibdó. Foto: Presidencia de Colombia. |
Es lamentable la reacción desbordada, antes
que la reflexión y el análisis crítico, ante las declaraciones de una ministra
que aspira a convertir en realidad procesos que permitan incorporar de manera
sostenible al desarrollo del país la única fuente excepcional de riqueza que
tenemos: nuestra biodiversidad.
La nota de prensa “La ministra de Ciencia y
su dudosa promesa contra el cáncer”, publicada el pasado 10 de enero, abordó
aspectos de su formación académica, de su trayectoria investigativa, del uso de
extractos de la flora nativa y de las expectativas en campos sensibles como el
cáncer y su tratamiento.
Después de leerlo tengo la percepción de
que el documento es sesgado, tiene giros tendenciosos e indudablemente muestra
la inexperiencia de manejo “político” de la ministra en el desarrollo de la
entrevista.
El artículo generó una reacción en cadena
de profesionales de diferentes campos sobre un contenido del cual solo se
consideraron las opiniones que apoyaban el escrito. Salvo la opinión del doctor
Clemente Forero sobre las calidades humanas de la entrevistada, no aparece
ninguna voz de apoyo o solidaridad con la finalidad del trabajo de la bióloga.
En cualquier parte del mundo los programas
académicos son evaluados interna y externamente. La bióloga se sometió a los
procedimientos de rigor, tanto en Colombia como en México, por lo que no se
puede poner en duda su fase de formación como investigadora autónoma.
Ha recibido distinciones como “Mujer del
año” en el certamen patrocinado por L’Oreal 2010, y fue la ganadora de un
concurso público de méritos para ocupar un cargo de docente en la Universidad
Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá. En ambos casos, por haber formado
parte de los jurados, doy fe de que los procesos son rigurosos, exhaustivos en
el examen de la trayectoria, y siempre se declara ganadores a los mejores
después de estos periodos extensos de juzgamiento.
En consecuencia, es inaceptable poner en
juicio su trayectoria académica. En cuanto a publicaciones, se menciona su baja
calificación en el índice H y en el número de publicaciones. Este y otros
índices similares se generaron en otras condiciones y escenarios sobre la base
de criterios particulares que siguen orientaciones relacionadas con el interés
de los monopolios del manejo de la información.
La mayoría de las revistas colombianas
empezaron a figurar en estos índices hace apenas unos 12-15 años, después de
superar arduos exámenes a su trayectoria, y a pesar de que en los círculos
académicos aún persiste la idea de que solo lo que se publica en inglés y en
revistas extranjeras tiene valor. Es conveniente recordar que después de que
nuestras revistas fueron aceptadas recibieron los reconocimientos y elogios de
entidades como el Institute for Scientific Information (ISI (¿Thomson Reuters)
por la pulcritud y transparencia de nuestros procesos editoriales.
La publicación en revistas de alto impacto
tiene unos costos exagerados, inverosímiles en algunos casos. Actualmente, con
la disponibilidad de la autopista del conocimiento (internet), que revolucionó
el estado de las cosas, al lograr una mayor equidad en cuanto a difusión, lo
fundamental es poner la información en sitios de fácil acceso, ojalá libres de
pago.
Considero que no se debería seguir
predicando sobre el valor de estos índices, en algunos casos con influencias
perversas por los clubes de “publicadores”. Se da el caso de artículos que casi
tienen tantas páginas en el crédito de los autores que en las del contenido.
Bajo esta opción todos ganan y los índices, por supuesto, se elevan.
Profesor Orlando Rangel, ICN-Universidad Nacional de Colombia. Foto: UN Periódico digital |
Al final, la pregunta sobre las
publicaciones y el impacto es: ¿de verdad tienen tanta importancia, es válido y
pertinente considerar que todas las áreas del conocimiento tienen el mismo
número de investigadores, de laboratorios y de intereses?
El
extracto de especies de Ganoderma
En la tesis de maestría de Julián David
Naranjo Montoya, realizada en el 2014 en la UNAL Sede Palmira, sobre
caracterización morfológica molecular del género Ganoderma en localidades del Valle del Cauca, se incluye una
revisión sobre el uso en especial de G.
lucidum (Curtis) P. Karst. y las propiedades farmacológicas y bioquímicas
de otras especies.
De la detallada revisión bibliográfica
consulté contribuciones de varios autores chinos y de otros países (revistas de
editoriales como Elsevier). Siempre se menciona que G. lucidum se viene utilizando en la medicina china ancestral desde
hace 2.000 años y en la actualidad su comercialización se ha extendido
considerablemente.
Todos los autores concluyen que componentes
como los polisacáridos manifestaron acción antitumoral en ensayos in vitro e in
vivo, especialmente en cánceres hepáticos. Gao et al. (2005) encontraron que la
actividad antitumoral de los polisacáridos de Ganoderma se relacionaba principalmente con la función inmune,
mientras que según Miyazaki y Nishijima (1981) los polisacáridos causan
citotoxicidad activa en líneas celulares de tumores humanos (cánceres
cervicales, hepatoma, colon).
Sin ser especialista en los temas, no se
puede desconocer que hay bastante información original y calificada sobre la
acción antioxidante, antimicrobiana y antitumoral de varios compuestos
presentes en Ganoderma,
particularmente sus polisacáridos, y del efecto en la proliferación no
controlada de las células (cáncer). Cabe mencionar acá que las especies de
hongos y otros organismos vegetales como los musgos y helechos tienen una
amplia distribución geográfica y es bastante común encontrar especies que se
establecen en varios continentes, debido a sus estrategias de dispersión por
intermedio de esporas.
El
sano interés por promocionar los usos de la biodiversidad
Para quienes no creen en el potencial de
los usos de la biodiversidad de Colombia, el segundo país (primero en relación
área/número de especies) con mayor expresión de este capital natural en el
globo, parece que empezar a pensar cómo se incorpora este potencial en los
programas de desarrollo económico es un asunto que se debe relegar y seguir con
los desarrollos de la nanotecnología, la física cuántica, la informática y
otras áreas en las cuales estamos a años luz de los países mejor desarrollados.
Mientras sigamos pensando en esos
espejismos y no miremos hacia nuestro capital natural, no tendremos
posibilidades de mejorar nuestra calidad de vida. La intención y la finalidad
de la bióloga Mabel Torres al hacer énfasis en los recursos de la flora que
nuestros ancestros han utilizado y de cuyos efectos son ellos los testigos, se
debe reconocer e impulsar, en vez de censurar.
Cuando se tome esta decisión y cuando los
grupos de investigación con fundamento en nuestra biodiversidad crezcan será
factible encontrar respuestas a las objeciones que se hicieron a las
declaraciones ingenuas y desprevenidas de la ministra.
No es conveniente seguir dándole la espalda
a la riqueza y a los usos de nuestra flora. No solo en el campo de la
farmacología y de los productos naturales hay numerosas fuentes “probables” de
beneficio directo, también existen en otros campos como el de los
biocombustibles y las energías renovables y de almacenamiento de carbono
(biomasa).
Uno de los casos que se menciona
favorablemente en la entrevista de prensa es el del grupo de investigación de
la UIS que cuenta con investigadores muy reconocidos, que ha recibido todo el
apoyo económico posible en un país con tantas limitaciones como el nuestro,
tanto a nivel de su universidad como de entidades nacionales. Caso contrario a
los esfuerzos de la bióloga Torres y su grupo de investigación.
Por tanto, aunque las comparaciones son
odiosas, debió procederse con más ponderación y sin el ánimo de acorralar a una
voluntariosa ministra sin experiencia política. Ojalá que la acción de un
interesado en los usos de la biodiversidad de Colombia tome el impulso
necesario para que pasemos al urgente y necesarísimo nivel de utilización
sostenible de la biodiversidad y retribución de los beneficios económicos a las
comunidades ancestrales en los casos en que este conocimiento sea la base de
desarrollos industriales posteriores. Cumpliríamos así con el Convenio sobre la
Diversidad Biológica ratificado por el Gobierno colombiano.
Mábel Torres en el Ministerio de Ciencia, enero 2020. Foto: MinCiencia. |
Consideración
final
En la nota que desató la controversia, al
igual que en otras “de ciencia”, se pretende poner en la palestra pública al
entrevistado con base en las opiniones de otros sobre los aspectos tratados,
pero no se da la oportunidad para que otros conocedores del personaje y del
tema también puedan participar.
¿Se entrevistó a alguien que conociera de
las investigaciones farmacológicas y de laboratorios altamente especializados
sobre los componentes de los extractos de Ganoderma
lucidum especialmente? En la literatura aparecen numerosos estudios
publicados en revistas de alto impacto. ¿Es imprescindible repetir ensayos
validados en otras partes?
Finalmente, celebro las opiniones
fundamentadas y equilibradas como las del profesor Jorge Mahecha, del Instituto
de Física de la Universidad de Antioquia, y lamento la reacción desbordada,
antes que la reflexión y el análisis crítico de otros sectores, a las
declaraciones de una ministra con aceptable trayectoria académica que aspira a
convertir en realidad procesos que permitan incorporar de manera sostenible al
desarrollo del país la única fuente excepcional de riqueza que tenemos: nuestra
biodiversidad.
[1] Tomado de UN Periódico digital. En: https://unperiodico.unal.edu.co/pages/blog/detail/la-ministra-de-ciencia-y-el-infortunio-de-una-nota-periodistica/
[2] Doctorandus (M.Sc.) y doctor en Biología de la Universidad de
Ámsterdam, Holanda. Profesor titular, Instituto de Ciencias Naturales (ICN).
Investigador emérito Colciencias. Autor de cerca de 400 contribuciones
(artículos en revistas, capítulos de libro). Editor de la serie Colombia
Diversidad Biótica. Áreas de interés: biodiversidad de Colombia, palinología y
paleoecología, vegetación de Colombia. Email: jorangelc@unal.edu.co
Muy bueno el análisis del profesor, Orlando Rangel, sobre el tratamiento a nuestra ministra de Ciencias, Mabel Torres. Gracias Julio César por reproducirlo.
ResponderBorrarEra oportuno reproducirlo, por su calidad y por su autor. Gracias por leer El Guarengue.
BorrarExcelente y ponderado articulo del profesor Rangel. Es evidente la mala intencion del articulo original de El Espectador, su intento de Caracter Assesination con la Ministra, y su ovbio sesgo politico, patrocinado por oscuros intereses tras los dineros de las regalias
ResponderBorrarDe acuerdo: excelente y ponderado el artículo del Profesor Rangel. Por eso es oportuno contribuir a su difusión.
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