lunes, 3 de diciembre de 2018


Currículum

Además de sus escandalosos niveles de pobreza y violencia, y de su crónica carencia de acceso a agua potable, Quibdó mantiene su funesto primer lugar en cuanto a desempleo en el país (17,9%) y duplica en esta materia a Sincelejo (8,9); a Barranquilla (8,8), Pereira (8,6) y Bucaramanga (8,3) con sus respectivas áreas metropolitanas, y a Pasto (8,1); que son las ciudades que actualmente tienen menor tasa de desempleo en Colombia, según el informe del DANE sobre el Mercado Laboral en Colombia (octubre de 2018), presentado por esta entidad el miércoles pasado[1].

La tasa de desempleo en Quibdó, durante el trimestre móvil agosto - octubre 2018,  se ubica 2 puntos por encima de Ibagué y Riohacha; 3 puntos por encima de Armenia y Valledupar; 5 puntos por encima de Neiva y Tunja; 6 puntos por encima de Villavicencio, Florencia, Medellín y Cali; 7,5 puntos por encima del total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas que conforman el universo del DANE para este informe; casi 8 puntos por encima de Montería y Popayán; más de 8 puntos por encima de Manizales y su área metropolitana, Bogotá, Cartagena y Santa Marta. Mientras en “6 de las 23 ciudades disminuyó el desempleo”[2], en Quibdó aumentó 3,6% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Tan crítica y crónica situación no pasa de ser una simple mención dentro de una simple frase, integrada en un párrafo simple, en la simple noticia de los periódicos y los noticieros de radio y televisión, que se limitan a reproducir, mes a mes, el boletín del DANE; sin llegar nunca a preguntarse ni siquiera cómo hacen para comer esos millones y miles de personas que ostentan la categoría de desocupados. Del mismo modo que el apoyo y la ayuda al desempleado, por parte de sus colegas y amigos, no son más que promesas que devienen vanas cuando se van diluyendo con el paso de los días.

Foto: Julio César U. H. 2016
Según el DANE, “a nivel nacional, la población ocupada entre octubre de 2017 y octubre de 2018 incrementó en 16 mil ocupados, con un registro total de 23.098.000 personas, mientras que la población desocupada para ese total nacional incrementó en 142 mil personas, con un total de 2.302.000 personas”[3]. Enhorabuena para los 16.000, condolencias para los 142.000. Aquellos volvieron a alegrarse cada fin de mes, por mísera que sea su paga, pues entre eso y nada es tan fácil elegir como entre la sed y el agua. Estos, por el contrario, terminan sumidos en la inverosímil soledad de saber que solamente el DANE los recuerda y los registra en su memoria; pues sus amigos, que al principio les prometieron que les avisarían si sabían de algún empleo, que se deshicieron en halagos sobre su inteligencia y su experiencia y sus capacidades, que les pidieron el currículum u hoja de vida, paulatinamente desaparecen y se olvidan y no registran en su memoria la situación; al punto que no falta aquel que, si diez veces ve al desempleado, diez veces se sorprende al saber que está desempleado y diez veces, cariacontecido, le pide la hoja de vida, hasta la undécima vez; en una triste sucesión de indiferencias y olvidos de esa vida reducida a un currículum que, con dos o tres excepciones, nadie lee, a nadie le interesa, todos olvidan…hasta que, inexorablemente, el desempleado termina convertido, del todo y para todos, y sin que nadie lo note, en un paria.

“Como sucedía con su tierra, Martín Carabalí Carabalí vio cómo de él nadie se acordaba más que cuando lo necesitaban. A su tierra la recordaban, la vitoreaban y la revestían de importancia cuando necesitaban saquearle sus minas fabulosas, sus bosques inagotables, sus ríos irrefrenablemente pródigos, sus entrañas totalmente exuberantes. De él todos se acordaban cuando requerían una fantasía y una ilusión para vivir, las cuales él les prodigaba con sus cuentos ancestrales de juglar pacífico y negro, con su sabiduría fecunda de griot; de él todos se acordaban cuando les era precisa una alegría fiestera, una memoria cimarrona, un antídoto contra la desesperanza. Entonces lo exprimían, en noches y mañanas de inspiración y rumba, en jornadas de patio y dominó, de charla va y charla viene, de exaltación y paroxismo; las cuales, una vez culminadas, desembocaban en una soledad hiriente, llena de insatisfacciones, incompleta, cargada de desilusiones como la atarraya vacía de un pescador desafortunado... Igual que sucedía desde siempre con su tierra verde y negra de ríos, bosques, quebradas, oro, miseria, platino, soles y aguaceros, pescados y animales de monte, amaneceres divinos y atardeceres de fantasía intransigente y enloquecedora: uno termina por parecerse a la tierra de uno, se dijo callado el viejo machetero heroico, el andariego e inerme Martín Carabalí Carabalí.

Foto: DMH 2010

“Revisó, noche tras noche, los frutos de su tierra: el oro aquilatado le hizo brillar los recuerdos con la fugacidad de una culebra de agua; las escamas de tantos pescados que había visto desde su niñez le platearon las sienes repletas de pensamientos azarosos; la fortaleza irreprimible de los árboles de tanta selva le transmitió la cordura necesaria para seguir pensando sin llegar a la demencia; el olor reconfortante de los marañones en flor, la caricia leve y dorada de los chontaduros deshaciéndose en las bocas de la gente del litoral, la candidez agridulce del borojó, la sencillez escondida del árbol del pan, la pegajosa sabrosura de los caimitos, toda la deliciosa complicidad frutal de su tierra lo llevó a un éxtasis fecundo, que se unió a la punzante urgencia de una premonición dolorosa: sus propios frutos, hijos de su amor único con Estefanía Caicedo Cuero, crecerían sin porvenir, como los frutos de su tierra, cuyo porvenir indigno era el servicio a la voracidad insaciable de los mismos depredadores; prueba adicional de que, en realidad, sin lugar a dudas, uno termina pareciéndose a la tierra de uno, compadre, y eso no lo para nadie, así haya nacido con virtud”.[4]



[1] DANE. MERCADO LABORAL. PRINCIPALES RESULTADOS OCTUBRE 2018. En:

[2] Ibidem. Pág. 42.

[3] DANE: Comunicado de prensa. Gran encuesta integrada de hogares (GEIH), octubre 2018. Bogotá, 28 de noviembre de 2018. Consultado: 30.10.2018, 03.12.2018. En:

[4] Uribe Hermocillo, Julio César. DOBLE Y ORGULLOSAMENTE CARABALÍ. FUCLA, abril 2010. 106 pp. Pág. 77-78.

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