Buscamos
un puesto en la sociedad,
dado
que ya lo tenemos en la Naturaleza
—Fragmento del prólogo
de Carlos Calderón Mosquera
a El Chocó por dentro,
de Carlos Arturo Caicedo Licona—
Introito (de El Guarengue)
En 1980, en la introducción a su libro El Chocó por dentro, Carlos Arturo Caicedo Licona escribió: “Este escrito no va para los eruditos, va para los de nuestra condición. Puede ser leído en cualquiera de nuestros ranchos y guardado detrás de la lamparita que ilumina el chisporroteo quejoso ofrendado a los dioses para que detengan los martillazos lacerantes en nuestros estómagos vacíos”.[1] Y a fe que esa era la sincera, honesta -e incluso un tanto cándida- aspiración intelectual en la que se fundamentó su debut como escritor, que ya se había fogueado en el periódico Saturio: que cada uno de sus textos fuera semilla que brotara en la tierra fértil de la conciencia orillera de las gentes del Atrato, del San Juan y del Baudó, del Pacífico y del Caribe, y germinara en procesos de lucha contra el congelamiento intencional de las fuerzas productivas en el Chocó (una de las tesis principales de su libro), sometiéndolo a ser simple enclave proveedor de metales preciosos y materias primas; y en reivindicaciones colectivas a favor del reconocimiento de la nación afrochocoana (otra tesis central de su libro) como una nación dentro de la nación colombiana. A través de estos procesos y reivindicaciones, y de obras de valía, como el canal interoceánico Atrato-Truandó, sostiene Licona, el Chocó encontraría una salida a la encrucijada histórica de su ausencia total en las agendas del desarrollo de la nación colombiana, cuyas élites clasistas y racistas lo han excluido y segregado desde siempre.
Dios los cría y ellos se juntan, podríamos decir, pues Carlos Arturo Caicedo Licona no pudo haber encontrado mejor prologuista para su primer y maravilloso libro de ensayo que el prominente intelectual, militante lúcido y sagaz, disciplinado investigador, escritor y profesor universitario Carlos Calderón Mosquera (Condoto, 1927 - Cali, 2012). Al igual que, dos años después, encontraría en Daniel Valois Arce (Tadó, 1910 - Medellín, 1989), otra figura intelectual cimera de la chocoanidad, el mejor intérprete de su primera obra literaria: Glosa paseada bajo el fuego y la lluvia, para que escribiera la sucinta presentación de contraportada de la primera y también única edición del libro…
Carlos Calderón Mosquera, haciendo gala de su conocimiento y de su formación intelectual sólida e integral, en universidades colombianas y extranjeras, escribe un prólogo que no solamente guía al lector por los vericuetos contextuales, históricos y políticos del libro El Chocó por dentro, de su tocayo y amigo, discípulo y colega, Carlos Arturo Caicedo Licona. Además, a la altura y más allá de los planteamientos del libro, le regala a la chocoanidad una síntesis precisa, bien escrita y plena de lucidez, de los factores estructurales determinantes de la compleja y dura historia de esta sociedad regional; complementando así el retrato que Caicedo Licona nos pinta con trazos firmes y determinados en su sensato análisis, que tiene mucho de clarividente, visto los acontecimientos que posteriormente conducirían a la expedición de una nueva Constitución Política y a la expedición de la Ley 70 de 1993.
Señoras y señores: de Carlos Calderón Mosquera, en El Guarengue, los principales apartes de su prólogo a El Chocó por dentro, de Carlos Arturo Caicedo Licona; un prólogo tan elocuente y relevante, como revelador e histórico es el libro al cual corresponde. Disfrútenlo y, por su bien, léanse el libro.
Julio
César U. H.
15
03 2025
*****************************************************************
Prólogo
de Carlos Calderón Mosquera
a El Chocó por dentro,
de
Carlos Arturo Caicedo Licona.
FRAGMENTO
El Chocó por dentro es el libro que las gentes estudiosas del Chocó y de Colombia, especialmente la juventud, estaban esperando de la inteligencia y la sabiduría de Carlos Arturo Caicedo Licona […] Caicedo Licona es un estudioso, no solo de las ciencias propias de su profesión, sino también de la historia, la sociología, economía y demás ciencias sociales. Ha fundado una casa de la ciencia y de la cultura en la ciudad de Quibdó, el Centro de Investigación “Manuel Saturio Valencia”,[2] que será la antorcha que los chocoanos encenderán, o que les servirá de guía en la liberación de su nacionalidad.
[…]
El libro que nos ocupa busca crearle al pueblo, a la juventud chocoana, conciencia de lo mucho que el Chocó le ha dado a Colombia y de lo poco o nada que ha recibido. De la deuda inmensa que tiene la nación colombiana para con la nación chocoana, injerta en ella, por cuidarle esta esquina oceánica. Es un libro histórico. ¿Acaso el mundo no nos mira? ¿Qué región de Colombia, y del orbe, tiene esta posición geográfica, rica en hechos? De riqueza a granel se puede hablar; que si se explotara racional y científicamente sería un gran aporte a la vida nacional.
[…]
[…]
Si nos dejaran solos en la lucha por encontrar nuestro puesto en la sociedad, dado que ya lo tenemos en la naturaleza, podríamos hacernos a un “hábitat” económico, político, científico y humano. El Chocó tiene un retraso de más de cien años, en relación con otras partes intermedias del devenir colombiano. Por eso, la Universidad Tecnológica del Chocó “Diego Luis Córdoba” convoca a la juventud -lo mismo que el libro de Caicedo Licona- a hacer grandes cosas, dando la herramienta precisa para hechos concretos, partiendo de realidades concretas. Después de muchas luchas, de esperar, espíritus avizores arrancaron al sistema este instrumento, de donde debe estar alejada la politiquería, que tanto daño nos hace; su reestructuración se hace indispensable y ello traerá muchos bienes. Como vanguardia de un nuevo humanismo, de la nueva cultura y ciencia que nace en medio de la selva. Cual portador es el hombre negro, y el hombre de otras escuelas que quiera venir a construir con nosotros, no a destruir, como ha sucedido en el pasado y está sucediendo ahora.
En realidad, existe en Colombia un racismo larvado. Que no da su nombre. Pero muestra sus hechos. Desde los días de la colonia, al negro, al indio, al blanco pobre se les ha mantenido alejados de los centros de poder. Y la condición de raza, la explotación y la degradación palpable, se añade a la explotación como clase. La mujer negra e india es víctima de tres tipos de discriminaciones, Por negra e india, por pobre y por mujer. Con la liberación de estas razas, vendrá la liberación de clase. O al contrario, como quiera interpretarse. En Colombia, como en los Estados Unidos de Norteamérica, el imperio, la cabeza, al negro o al indio, es el primero en quitársela, así los empleos en época de crisis, y el último en dársele. El capitalismo vive de crisis en crisis hasta su debacle final. Un sistema que no da pan, techo, escuela, sanidad a su pueblo, no tiene derecho a regir su destino. Hay que enviarlo al basurero de la historia. Todos, absolutamente todos, nos dice Caicedo Licona, deben agruparse para el cambio. Los derechos no se mendigan, se conquistan luchando, le grita Antonio Maceo, el negro cubano, a los mambises.
[…]
El libro El Chocó por dentro es un libro político doblado de científico. Estudiarlo es un imperativo de la hora en que nos ha tocado vivir.
[1] Caicedo Licona, Carlos Arturo. El Chocó por
dentro. Editorial Lealon, diciembre de 1980. 120 pp. Introducción, pág. 20.
[2] N.B. El comité directivo del Centro Cultural Manuel
Saturio Valencia, como lo registra el propio Licona en su Introducción a El
Chocó por dentro, estaba integrado por los siguientes profesionales chocoanos:
Ramón Contreras, Gerardo Enrique Mosquera, Salomón García Córdoba, Alberto
Moreno Chaverra, Eduardo Henry Salas, Clímaco Maturana Pino, William Valencia
M., Eccio Crisanto Asprilla, Fernando Quejada.
Hola Julio César! Gracias por traer de nuevo a estos Carlos (Licona - Calderón), egregios pensantes nuestros, a encender la llama de la inconformidad a ese congelamiento intencional de las fuerzas productivas, aunque no debemos dejar atrás la pereza mental de nuestros dirigentes, de abrir esos espacios de discusión abierta para avanzar. Gracias nuevamente por hacer ese ejercicio de traer esas mentes que permitieron soñar con un mejor mañana. Saludos.
ResponderBorrarJorge Valencia Valencia