lunes, 8 de abril de 2019


¿Y si se nos viene encima esa represa?
 

“Querer hacer la descripción de esta tierra sería nunca acabar”[1].

“Hidroituango es una obra de ingeniería concebida para obtener ganancias y desafiar la naturaleza, no para cooperar con ella y aprovechar su potencial energético responsablemente, en beneficio social. Fue pensada, planeada y desarrollada por una élite técnico-político-económica, sin conocimiento amplio e informado de la sociedad, sin una evaluación seria sobre sus impactos y riesgos en el tiempo y el espacio. Se adelantó en contra de las comunidades locales, desplazadas ayer por oponerse al proyecto y desplazadas hoy al sufrir las consecuencias”.[2]

Los primeros seres humanos se asentaron en las riberas del río Cauca “hace “apenas” 12.000 o 15.000 años, aprovechando la riqueza de sus planicies de inundación, sus recursos biológicos, el agua y el calor[3]. A sus descendientes se los toparon allí, pescando y cazando, recolectando y cultivando, nadando y barequeando, reproduciéndose y existiendo, los colonizadores europeos de las huestes de Pedro de Heredia, que a sus aguas arribaron -a principios del siglo XVI- provenientes de La Mojana, cuando intentaban dar con el nacimiento del Magdalena, “que, según se especulaba, quedaba en tierras del Perú[4].

Lavado de oro. Dibujo de Slom según bosquejos de É. André. Tomado del libro: Colombia en Le Tour du Monde 1876-1878 Tomo II. Edición académica y compilación de Pablo Navas Sanz de Santamaría. Editado por Villegas Editores.

A estos españoles no les cabía en la cabeza que pudiera haber tanta agua en algo que no fuera el mar; que pudieran existir ríos tan largos que para recorrerlos fuera menester disponer de varias semanas, de incontables días; que su caudal fuera tanto y tan profundo que fueran navegables todo el tiempo y nunca se les viera el fondo; y que hubiera tanta y tan evidente riqueza en sus orillas, en sus contornos, en su lecho, en su cauce: pescados de centenares de formas, tamaños, colores y sabores, que superaban con creces la imaginación de un andaluz promedio; rastrojos y matas, arbustos y árboles de mil clases, desconocidos para ellos, alimenticios, medicinales, mágicos, ponzoñosos; y oro, mucho oro, tanto que los indios lo malgastaban en ceremonias religiosas y en adornos corporales.

Expulsar o exterminar a los nativos que allí encontraron o someterlos mediante encomiendas fue el camino que los conquistadores hallaron para controlar las zonas de colonización y sacarles todo el provecho económico posible: “urgente es que el proceso se pague: la conquista es ante todo un negocio privado, y los conquistadores vienen a América financiados por comerciantes y prestamistas, que esperan recuperar su inversión[5].

Dibujo de A. de Neuville según bosquejo del autor. Tomado del libro: Colombia en Le Tour du Monde 1858-1876 Tomo I. Edición académica y compilación de Pablo Navas Sanz de Santamaría. Editado por Villegas Editores.
Entonces, encomendados a los españoles, los indígenas siguieron extrayendo oro, como siempre lo habían hecho; pero, ya no para su beneficio ritual y estético, sino para el acumulativo beneficio de los nuevos señores y dueños, para quienes también producirán, posteriormente, comida en los cultivos agrícolas, cuando en las labores auríferas sean brutalmente reemplazados por africanos esclavizados. Así, del enfrentamiento cruento de la soberbia y la altanería hispánicas, armadas ellas de espadas toledanas y arcabuces madrileños, contra el infinito asombro nativo de no saber qué pasaba y escasamente armados con dardos y macanas; nacieron los mestizajes que hoy pueblan el Departamento de Antioquia: “…la destrucción de la población indígena por la guerra, el hambre, las enfermedades, el trabajo en condiciones desacostumbradas, los maltratos, fue acompañada rápidamente por la destrucción de sus formas culturales: son relativamente pocos los rasgos culturales indígenas que entraron a la cultura mestiza de Antioquia, con excepción de aquellos pertenecientes a la vida material y a la utilización del medio ambiente y los recursos naturales: el empleo del maíz y la yuca, las técnicas de explotación minera, algunas tecnologías en la construcción de vivienda. Poco a poco la cultura antioqueña fue una cultura fundamentalmente hispánica, católica, occidental, en la cual se incorporaron, en posición subordinada, diversos elementos de origen indígena y africano[6].

A dicha cultura antioqueña, nacida de tal mixtura, pertenecen los municipios del Bajo Cauca: Valdivia, Briceño, Cáceres, Tarazá, Caucasia y Nechí, en donde más de 100.000 personas, contadas la infancia y la ancianidad, los hombres y las mujeres, no han podido dormir en paz una noche completa, desde finales de abril de 2018; “pensando que en cualquier momento y a la hora menos pensada, se nos va a venir encima esa represa”, como se lo han dicho repetidamente a los funcionarios de Hidroituango, a la prensa, a las autoridades de todo orden y nivel, a los organismos de socorro. O pensando qué va a ser de ellos cuando, después de una noche de insomnio forzado o entre gallos y medianoche, algo en el alma o en el aire les avise que el río se ha secado del todo, como aquella tarde de principios de febrero de 2019, cuando hasta los más viejos creyeron que su fin había llegado, pues, “en una situación sin precedentes, el flujo del río Cauca… (alcanzó)…sus niveles históricos más bajos desde que tenemos registro en tiempos humanos[7]… O sea: en un caso, una inundación de proporciones diluviales; en el otro caso, un cataclismo. En ambos casos, la vida en el más alto riesgo, la vida en el máximo peligro.

En el primer caso, el pronóstico lo hizo el propio Gobernador de Antioquia, Luis Pérez, en mayo de 2018, cuando explicó que -de registrarse un colapso de la presa- se podría generar “un caudal de hasta 250.000 metros por segundo; en otros términos, puede ser mucho más grave que el diluvio universal[8], ya que ese caudal equivale a 250 millones de litros de agua y a casi 100 veces el caudal medio del río Cauca cuando se acerca a su desembocadura. “En caso de que haya una creciente del caudal del río se podría generar una ola de 26 metros que afectaría primero a Puerto Valdivia, y que llegaría en una hora y media. Y a las 5 horas pasaría a Cáceres y Tarazá una ola de casi 12 metros, mientras que Caucasia sería afectada 10 horas después por una ola de 6 a 7 metros, que podría cubrir el 70 por ciento del municipio[9], indicó el gobernante regional. Dos días antes, el Gerente de EPM, empresa constructora de Hidroituango y una de sus dos propietarias más grandes, había dicho que “si se llegara a presentar un rompimiento de la presa, el volumen de caudal que estaría bajando río abajo es significativo y habría que hacer evacuaciones totales en las cabeceras y los bordes ribereños de estos municipios[10]. Además, todos los hospitales de estos municipios quedarían inutilizados, advirtieron integrantes de los cuerpos de socorro.

En el segundo caso, se trata de un “gigantesco disturbio ecológico, equivalente a un cataclismo que hubiera bloqueado el Cauca, algo que seguramente habrá sucedido en el pasado innumerables veces, pero nunca con la presencia de gente[11]. Por lo menos durante una semana, entre el 4 y el 11 de febrero de 2019, el caudal del río bajó tanto que resultó insuficiente como hábitat para miles de peces que, desorientados por la falta de agua y agonizantes por la de oxígeno, perdieron el rumbo y la vida hora tras hora, sin haber alcanzado la madurez suficiente para hacer parte de una subienda que tampoco ocurrió. Nunca se sabrá realmente cuántos peces fueron.

Foto Twitter @JulieDuque1: https://twitter.com/JulieDuque1/status/1092932955503243270

“…el problema de Hidroituango se ha convertido es en una lucha por buscar la verdad. EPM trata de confundir la opinión, de ocultar la verdad y a los que queremos que salga adelante nos toca una lucha, a veces incomprendida”.[12]

“Otro aspecto que ha contribuido eficazmente a la vulneración de los derechos e intereses colectivos que aquí se alegan como conculcados, se encuentra relacionado con el ocultamiento e inexactitud de la información que ha sido suministrada por EPM y por Hidroituango S.A. E.S.P. en su condición de responsable y dueña del proyecto, la cual no ha sido veraz, ni confiable, pues con ella siempre se ha tratado de ocultar la realidad de la problemática, y de minimizar los efectos de las contingencias-emergencias, con lo cual se ha aumentado el grado de incertidumbre, y se ha imposibilitado que las autoridades ambientales y de gestión del riesgo, adopten medidas oportunas y eficaces para mitigar y reducir los efectos generados con las mismas”.[13]

Aunque, el 14 de febrero de 2019, EPM publicó datos basados en sus propios registros acerca de la cantidad de peces rescatados y liberados (478.022), y perdidos (85.248)[14]; estos registros solamente comprenden la parte del universo a la cual pudieron acceder sus biólogos y ayudantes de campo, desde la mañana del 6 de febrero de 2019, cuando comenzaron sus labores; y no corresponden necesariamente a la totalidad de los peces afectados ni dan cuenta de los efectos del disturbio en las poblaciones de las diferentes especies.

Centenares de microorganismos, al igual que una cantidad indeterminada de individuos de fauna y flora cuya vida está igualmente asociada al río, sufrieron también afectaciones drásticas, desde la pérdida de su vida hasta el trastorno repentino de sus hábitos y rutinas, con efectos en la floración y en la producción cuando se trata de cultivos. Los acueductos locales y comunales para consumo humano y para sistemas de riego sufrieron también los efectos de este disturbio, efectos estos que nadie midió ni registró; así como nadie midió ni registró, efectivamente, con certeza y credibilidad, los pavorosos impactos de esta situación, “en un ecosistema que entra en una etapa de restablecimiento de su complejidad mediante un proceso sucesional que no conocemos…(pues) no hay referentes acerca de la manera ni tiempos en los que un río de tal envergadura retoma su funcionalidad biológica[15].

Producto de miles de años de evolución geográfica, social, ecológica, económica, geológica y cultural, las sociedades ribereñas que actualmente conforman y pueblan el Bajo Cauca son sucesoras directas de aquellas constituidas a sangre y fuego, después de una resistencia indígena de casi un siglo (1501 a 1580, aproximadamente[16]) y después de múltiples levantamientos cimarrones; en medio de la lucha fratricida entre conquistadores y funcionarios de la corona española para obtener la constitución y el dominio de la provincia y gobernación de Antioquia. De modo que los actuales habitantes de la zona son descendientes de quienes poblaron y habitaron el río hace por lo menos 500 años y desde entonces han vivido de él, con él y en él: “…el río proporciona a los habitantes beneficios de pesca y caza, agua para sus menesteres y terrenos mineros, sin dejar de ser motivo de belleza, cita colectiva y fuerza de cohesión entre los grupos ribereños. […] el río es, además de lo dicho, alcantarilla, acueducto, campo de defensa, de alimento y de materiales de construcción. Borrado momentáneamente de su sitio, las aldeas […] desaparecerían como aglomeraciones humanas, y se iniciaría, quizás, el éxodo hacia otras fuentes capaces de restituir lo que (este) les brinda en bienestar y comodidad[17].

Foto Twitter @FiscaliaCol: https://twitter.com/FiscaliaCol/status/1100893444548034562

Por ello, a los cañoneros, como se autonombran, en alusión al Cañón del Cauca en donde han transcurrido sus vidas y las de decenas de generaciones de su estirpe, les parece absurdo, incoherente, descabellado, insensato, ilógico, disparatado e inadmisible que, además de que su vida y la del río vienen siendo lesionadas, perturbadas y trastocadas en nombre de la intrepidez ingenieril, empresarial y corporativa de sus propios paisanos y de la capacidad energética instalada del país -como ayer lo fueron las de sus antepasados en nombre de Dios y del Rey de España-; ellos tengan que reconocer cada acción que EPM e Hidroituango adelantan para tratar de mitigar los daños incalculables que van provocando en cada ocasión y para tratar de impedir daños mayores, como si realmente fueran acciones humanitarias, acciones para salvaguardar sus vidas, sus honras, sus bienes, su dignidad, sus usos y sus costumbres, su tradición y sus derechos humanos, acciones para sanar los despropósitos de lesa humanidad y de lesa majestad que contra ellos y contra el río Cauca se han cometido; y no acciones realmente orientadas a seguir intentando obtener a toda costa el dominio y usufructo del río a través de su hidroeléctrica.

“El peor favor que se le hace a Empresas Públicas de Medellín o a cualquier otra empresa del mundo, es aplaudir cuando se equivoca. No hay error más grave que ese. Si uno quiere destruir una empresa, simplemente tápele errores y aplauda cada que se equivoca, para que caiga más fácil, para que se venga abajo”.[18]

Confinados en carpas instaladas en edificaciones públicas, conviviendo en literal hacinamiento hasta con los coterráneos más desconocidos, en una revoltura que no diferencia edad, género ni estado de salud; o en sus propias viviendas muertos del miedo y constreñidos a no usar el río, a no navegarlo, a no pescar, a no barequear, a no cultivar, a no recolectar ni cosechar, a no bañarse en él, a mirarlo solamente y tristemente; o reducidos a la condición de damnificados receptores de  agua embotellada, comida empacada y sin sabor a hogar, frazadas de emergencia, encuestas, entrevistas y cuestionarios hechos para probar que ellos sí son quienes son y sí viven de lo que viven y de lo que han vivido desde hace más de diez generaciones; los cañoneros sienten a veces, en cualquiera de tantas noches de mal dormir, que están siendo sometidos a una versión contemporánea de las encomiendas en las que fueron repartidos sus antepasados indígenas. Quizás porque, si hace cinco siglos, siendo la conquista española ante todo un negocio privado y los conquistadores financiados por comerciantes y prestamistas que esperaban recuperar su inversión[19]; hoy sea necesario, indispensable y urgente que no pierdan sus inversiones el Instituto para el desarrollo de Antioquia (IDEA) y Empresas Públicas de Medellín (EPM), propietarios del 97,073253% de las acciones de  Hidroituango[20]. Para lo cual es necesario, indispensable y urgente que saquen adelante su proyecto, que terminen de adueñarse del río, que terminen de someterlo a cautiverio, que terminen de convertirlo en un cuerpo inane a través del cual la escasa vida que quede fluya solamente en las formas y en los momentos en los que decidan los operarios de la casa de máquinas o los funcionarios del puesto de mando unificado.

“Fue la visión de este delirio / todo un desastre de locura
/ como si el mundo se estrellara / un cataclismo para los dos”.
Cataclismo (Bolero)[21].


In memoriam Rafael Colmenares Faccini.




[1] Juan Rodríguez Freyle. El Carnero. Pág. 288. Biblioteca Básica de Cultura Colombiana. En: http://catalogoenlinea.bibliotecanacional.gov.co/client/es_ES/search/asset/106984/1

[2] Leyva, Pablo (Exdirector del IDEAM, académico e investigador). Nos quedó grande. El Espectador, 16.02.2019. En: https://www.elespectador.com/opinion/nos-quedo-grande-columna-839939

[3] Baptiste, Brigitte LG. Sin Cauca. El Espectador, 7 de febrero de 2019:

[4] Pita Pico, Roger. Primeras incursiones de conquista por el río grande de la Magdalena. Credencial Historia N° 283. En: http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-283/primeras-incursiones-de-conquista-por-el-rio-grande-de-la-magdalena

[5] Melo, Jorge Orlando. La conquista de Antioquia, 1500-1580.

[6] Melo, Jorge Orlando. La conquista de Antioquia, 1500-1580. En:

[7] Baptiste, Brigitte LG. Sin Cauca. El Espectador, 7 de febrero de 2019.

[11] Baptiste, Brigitte LG. Sin Cauca. El Espectador, 7 de febrero de 2019.

[12] Luis Pérez, Gobernador de Antioquia. El Colombiano, 01 de abril de 2019. Rifirrafe entre representantes de Epm y el gobernador de Antioquia por Hidroituango. En:

[13] Procuraduría General de la Nación. Acción popular ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Ver: El Espectador, 8 de marzo de 2019. Ministerio Público impulsa recurso jurídico para proteger a la comunidad. Información que ha dado Hidroituango no es ni veraz ni confiable: Procuraduría. En: https://www.elespectador.com/noticias/judicial/informacion-que-ha-dado-hidroituango-no-es-ni-veraz-ni-confiable-procuraduria-articulo-843932

[15] Baptiste, Brigitte LG. Sin Cauca. El Espectador, 7 de febrero de 2019.

[16] Los detalles al respecto pueden leerse en Melo, Jorge Orlando. La conquista de Antioquia, 1500-1580.
En: http://www.jorgeorlandomelo.com/conquista_de_antioquia.htm, en el acápite Las grandes rebeliones indígenas y la creación de la gobernación de Antioquia.

[17] Velásquez, Rogerio. Apuntes socioeconómicos del Atrato medio. Revista Colombiana de Antropología, Vol. X, Bogotá, 1961. Pp. 157-226, pág. 159.

[18] Luis Pérez, Gobernador de Antioquia. En: Hidroituango y el estudio causa raíz, manzana de la discordia en la política paisa. Semana, NACIÓN. Marzo 13 de 2019:

[19] Melo, Jorge Orlando. La conquista de Antioquia, 1500-1580.

[20] Datos tomados de Hidroeléctrica Ituango. En: https://www.hidroituango.com.co/hidroituango#c32

[21] Este bolero ranchero, en su versión cantada por María Elena Sandoval, forma parte del repertorio habitual de las cantinas del Bajo Cauca. Puede escucharse en: https://www.youtube.com/watch?v=KPhq6qQlBZ8

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