Como si fuéramos de paseo a Tutunendo...
Biblioteca Púbica Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, Quibdó. Foto: Julio César U. H. Enero 2019. |
Hasta el 15 de diciembre de 2017, cuando se abrió al público la Biblioteca Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, Quibdó no figuraba en el directorio de la Red nacional de bibliotecas públicas de Colombia, por la simple razón de que no contaba con un espacio de este tipo. Hasta entonces, la capital del departamento era el único de los 30 municipios del Chocó que no tenía biblioteca pública, mientras que Unguía, Riosucio, Litoral del San Juan y Acandí contaban cada uno con dos bibliotecas públicas, una en la cabecera municipal y otra en zona rural o indígena; todas las cuales forman parte de la mencionada red, integrada por 1.500 bibliotecas, repartidas en todo el territorio nacional, 21 de las cuales están en Bogotá, incluyendo la Virgilio Barco y la Julio Mario Santo Domingo, que se encuentran entre las más grandes del país y cuyos edificios son ejemplos notables de la arquitectura nacional.[1]
Imagen tomada de: @RNBPColombia, cuenta de Twitter de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia. |
No se queda atrás en cuanto a capacidad y diseño
apropiado la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios
Mosquera, de Quibdó, que cuenta con todos los servicios de cualquier biblioteca
moderna, en espacios agradables, limpios, climatizados y bien cuidados; con
personal amable y profesional, desde la recepcionista hasta la Coordinadora y
el encargado de catalogación y préstamo en sala; hasta los técnicos de las
salas infantil y de sistemas. Todo lo cual redunda en un ambiente acogedor,
favorable a la lectura, a la imaginación, al arte y a la creación.
En el primer piso se encuentran la
Recepción o Punto de información, un hall apto para exposiciones y presidido
por una fotografía de Arnoldo Palacios, la Sala General o de consulta, la Sala
de Sistemas y la Sala Infantil. En el segundo piso hay un auditorio para 100
personas y un espacio originalmente pensado como Museo Aeronáutico; pero, ante
la dificultad de conseguir piezas adecuadas para el mismo, se ha venido
utilizando para otro tipo de exposiciones. Todo ello en busca de dinamizar la
actividad cultural de Quibdó.
Vista del hall del primer piso y parte del segundo piso de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, enero 2019. Foto: Julio César U. H. |
La Biblioteca es administrada por Airplan
S.A.S (empresa operadora del Aeropuerto El Caraño), en convenio con la
Gobernación del Chocó. Está integrada al recientemente inaugurado Centro de
Servicios El Caraño, conformado además por un hotel y un centro comercial,
gracias al cual, y después de varias décadas, Quibdó volvió a tener salas de
cine. Fue creada mediante la Ordenanza 009 del 09 de agosto de 2014 y, desde el
26 de diciembre de 2017, hace parte de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas[2].
Según datos suministrados por su Coordinadora, Lidia Nohemy Córdoba Mena, al
finalizar el 2018, la Biblioteca había alcanzado un promedio de 100-150
visitantes diarios[3].
Sala General de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, enero 2019. Foto: Julio César U. H. |
La Sala General de la Biblioteca tiene
cinco colecciones: de referencia, general, literaria, patrimonial y
hemerográfica; con un total de 4.460 libros. En la Sala de Sistemas de la
Biblioteca, los usuarios pueden acceder gratuitamente a internet, disfrutar de
una colección audiovisual y participar en actividades formativas. “Y también tenemos la Sala Infantil, donde se
realizan actividades que vayan en pro del fomento de la lectura y de la
escritura, porque en los niños se ha perdido ese hábito; entonces como misión
también de la biblioteca queremos fomentar ese hábito de lectura…y el año
pasado (2018) realizamos muchas actividades con los padres de familia, porque,
sí, está la biblioteca para ayudar a ese fomento; pero, también sabemos que es
una ayuda, que los padres en su casa deben ayudarle a fomentar a los niños;
entonces por eso hemos realizado actividades con los niños, pero también con
los padres”[4];
como lo explica con entusiasmo y convicción la Coordinadora de la Biblioteca,
en cuyas palabras se refleja el gran ánimo de la Biblioteca por avanzar en
cuanto al fomento de la lectura y de la escritura en Quibdó.
Si tenemos en cuenta que “en Colombia, según la más reciente Encuesta
Nacional de Lectura publicada por el Ministerio de Cultura, las personas leen
en promedio 2,7 libros al año. Una cifra bastante baja en comparación con
países líderes como India, donde sus ciudadanos dedican, en promedio, 10 horas
y 42 minutos semanales a leer y superan con creces la cifra de 5 libros al año”[5];
es trascendental la existencia de una biblioteca pública en Quibdó, donde esta
cifra, seguramente, debe ser significativamente menor, por falta de bibliotecas
o por la baja calidad de las pocas existentes; con excepción de la del área
cultural del Banco de la República, que durante años ha llenado parcialmente el
vacío bibliográfico de la ciudad, especialmente para la población infantil.
Lidia Nohemy Córdoba Mena, Coordinadora de la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, enero 2019. Foto Cortesía. |
Por lo dicho, da gusto saber que la
Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera es
coordinada por alguien que tiene claro que las bibliotecas no son simples depósitos
de libros, sino escenarios dinámicos y activos dentro de las sociedades de las
cuales forman parte: “como la idea de
nosotros es extendernos, no solamente quedarnos aquí como biblioteca, sino
también poder llegar a los lugares donde las personas no pueden llegar hasta la
biblioteca; hemos realizado alianza con la Secretaría de Educación municipal,
para impulsar la lectura en las instituciones educativas, junto con los
docentes de Español”[6].
Así mismo, “el objetivo de este año
(2019), es poder dejar en cada barrio un Club de Lectura, donde podamos reunir
a chicos, jóvenes, que podamos nosotros enamorarlos de la lectura… Y la idea
también es llevar la Maleta viajera, con libros con los que ellos se puedan
quedar; luego, a la semana siguiente, nosotros poderles cambiar el libro; o
sea, estarlos renovando, para que ellos vean en el libro algo diferente y no
solamente ‘el libro es para estudiar y qué aburridor’; sino que es ir más allá,
es ver que el libro me abre las puertas del conocimiento, es ver que en el
libro yo puedo corregir la ortografía, saber expresarme, es todo eso… Y también
se encuentra un mundo de ideas, de conocimiento”[7].
En este sentido, para el 2019, la Biblioteca tiene previstas actividades como un
Concurso de cuentos, Festival Afro, Proyecto fotografía y memoria, y un seminario
sobre el legado de Arnoldo Palacios.
Haciendo honor al nombre que lleva, parte
fundamental de la misión de la Biblioteca es contribuir a la salvaguarda del patrimonio
departamental del Chocó, trabajo que incluye la recopilación de documentos
históricos y elementos de saberes ancestrales, así como contacto y encuentros
con escritores chocoanos, para obtener sus libros por donación: “lo que estamos haciendo por ahora, es tratar
de recopilar la memoria del departamento, con historias ancestrales, saberes,
pues la biblioteca no cuenta todavía con ese tipo de material. Pero, eso es lo
que se está haciendo, la recolección”, explica al respecto la Coordinadora
de la Biblioteca, Lidia Nohemy Córdoba Mena, en el agradable y espacioso hall
del primer piso de la Biblioteca, en una tarde soleada de enero, cuyo sofocante
calor no alcanza a invadir la suave temperatura del muy bien regulado aire de
todos los espacios del lugar.
Colección completa de Tintín, en un estante de la Sala General de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, enero 2019. Foto: Julio César U. H. |
Así las cosas, y para fortuna de las
generaciones presentes de quibdoseños, se pueden encontrar -en los 1.900 libros
de la Colección literaria de la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los
Santos Palacios Mosquera- las novelas y los cuentos, las aventuras y la poesía
que es menester leer en la vida para incrementar los sueños y conocer la
felicidad, para saber que el mundo existe más allá de lo que nuestros ojos ven
todos los días. De modo que, para el estudiante quibdoseño, la literatura en
todas sus expresiones deje de ser una simple y reducida lista de títulos y
autores por memorizar, como cuando estudiábamos con los libros de texto de español
de Luis M. Sánchez López o Lucila González de Chaves o, posteriormente, en aquellos
genéricos y en serie, sin autor a la vista, que impusieron las editoriales
dedicadas a esta clase de publicaciones. María (no La María), de Jorge Isaacs (no Jorge
Isaac) y Tipacoque, de Eduardo Caballero Calderón, leídos por obligación y
con mínima información acerca de su valor dentro del panorama nacional,
continental y mundial de las letras, ya pueden dejar de ser las únicas
posibilidades de lectura de los estudiantes de secundaria; así como las
lecturas incluidas en las cartillas de lectoescritura ya pueden dejar de ser la
única oferta para los niños de primaria, pues en la Biblioteca los esperan la
colección completa de Tintín y las aventuras de Salgari, Dickens, Verne e
incluso los Hermanos Grimm.
Para lograrlo, es necesario superar la
creencia de que las bibliotecas son lugares para hacer tareas escolares y
asumir –sin reticencias ni reservas, con la naturalidad de quien acepta la
lluvia- que así como el cuerpo físico se entrena en los campos deportivos, por
gusto, sin ver en ello una tarea; que así como a Tutunendo se va por el simple
placer de nadar, contemplar el paisaje, refrescar el cuerpo, compartir con
familiares y amistades, dejar por un rato a un lado las obligaciones cotidianas,
reír, charlar, sentirlo todo; a las bibliotecas también se puede ir por el
simple y puro placer de leer, sin más compromisos que sentir, soñar, imaginar,
conocer, disfrutar y gozar, zambullirse de cabeza en los libros y viajar a
través de nuevos lugares y nuevas sensaciones, acompañados de personajes de
cuya existencia no sabíamos, pero que pronto nos resultarán familiares, dejándonos
llevar de la corriente de las narraciones y los versos o nadando contra ella
para encontrar nuevos caminos desde nuestro propio entendimiento.
Borges (Jorge Luis) imaginaba el paraíso
como una biblioteca. Como Borges, cada niña y cada niño, cada joven, cada hombre
adulto o cada mujer adulta, en Quibdó, pueden acceder al paraíso de la
Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, probar los frutos
de todos los árboles, deleitarse con su frescura y nutrirse con su esplendor;
hasta que llegue el día en el que todos vamos a la Biblioteca por el puro gusto y con la misma rebosante alegría con la que vamos de paseo a
Tutunendo los domingos.
[1] Con datos tomados del Directorio de la Red Nacional de Bibliotecas
Públicas, en:
[2] Con información del sitio web del Aeropuerto El Caraño, Quibdó:
[3] Entrevista personal a Lidia Nohemy Córdoba Mena, Coordinadora de la
Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera.
Quibdó, 2 de enero de 2019.
[4] Ídem.
[5] Semana, Información de Colombia y del Mundo. Cómo leer más. 23 de
diciembre de 2018 al 5 de enero de 2019. Edición N° 1912-1913. Pág. 78
[6] Entrevista personal a Lidia Nohemy Córdoba Mena, Coordinadora de la
Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera.
Quibdó, 2 de enero de 2019.
[7] Ídem.
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