lunes, 14 de enero de 2019


Como si fuéramos de paseo a Tutunendo...
Biblioteca Púbica Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, Quibdó.
Foto: Julio César U. H. Enero 2019.

Hasta el 15 de diciembre de 2017, cuando se abrió al público la Biblioteca Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, Quibdó no figuraba en el directorio de la Red nacional de bibliotecas públicas de Colombia, por la simple razón de que no contaba con un espacio de este tipo. Hasta entonces, la capital del departamento era el único de los 30 municipios del Chocó que no tenía biblioteca pública, mientras que Unguía, Riosucio, Litoral del San Juan y Acandí contaban cada uno con dos bibliotecas públicas, una en la cabecera municipal y otra en zona rural o indígena; todas las cuales forman parte de la mencionada red, integrada por 1.500 bibliotecas, repartidas en todo el territorio nacional, 21 de las cuales están en Bogotá, incluyendo la Virgilio Barco y la Julio Mario Santo Domingo, que se encuentran entre las más grandes del país y cuyos edificios son ejemplos notables de la arquitectura nacional.[1]
Imagen tomada de: @RNBPColombia, cuenta de Twitter de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia.

No se queda atrás en cuanto a capacidad y diseño apropiado la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, de Quibdó, que cuenta con todos los servicios de cualquier biblioteca moderna, en espacios agradables, limpios, climatizados y bien cuidados; con personal amable y profesional, desde la recepcionista hasta la Coordinadora y el encargado de catalogación y préstamo en sala; hasta los técnicos de las salas infantil y de sistemas. Todo lo cual redunda en un ambiente acogedor, favorable a la lectura, a la imaginación, al arte y a la creación.

En el primer piso se encuentran la Recepción o Punto de información, un hall apto para exposiciones y presidido por una fotografía de Arnoldo Palacios, la Sala General o de consulta, la Sala de Sistemas y la Sala Infantil. En el segundo piso hay un auditorio para 100 personas y un espacio originalmente pensado como Museo Aeronáutico; pero, ante la dificultad de conseguir piezas adecuadas para el mismo, se ha venido utilizando para otro tipo de exposiciones. Todo ello en busca de dinamizar la actividad cultural de Quibdó.

Vista del hall del primer piso y parte del segundo piso de la Biblioteca Pública
Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, enero 2019. Foto: Julio César U. H.

La Biblioteca es administrada por Airplan S.A.S (empresa operadora del Aeropuerto El Caraño), en convenio con la Gobernación del Chocó. Está integrada al recientemente inaugurado Centro de Servicios El Caraño, conformado además por un hotel y un centro comercial, gracias al cual, y después de varias décadas, Quibdó volvió a tener salas de cine. Fue creada mediante la Ordenanza 009 del 09 de agosto de 2014 y, desde el 26 de diciembre de 2017, hace parte de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas[2]. Según datos suministrados por su Coordinadora, Lidia Nohemy Córdoba Mena, al finalizar el 2018, la Biblioteca había alcanzado un promedio de 100-150 visitantes diarios[3].

Sala General de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos
Palacios Mosquera. Quibdó, enero 2019.
Foto: Julio César U. H.
La Sala General de la Biblioteca tiene cinco colecciones: de referencia, general, literaria, patrimonial y hemerográfica; con un total de 4.460 libros. En la Sala de Sistemas de la Biblioteca, los usuarios pueden acceder gratuitamente a internet, disfrutar de una colección audiovisual y participar en actividades formativas. “Y también tenemos la Sala Infantil, donde se realizan actividades que vayan en pro del fomento de la lectura y de la escritura, porque en los niños se ha perdido ese hábito; entonces como misión también de la biblioteca queremos fomentar ese hábito de lectura…y el año pasado (2018) realizamos muchas actividades con los padres de familia, porque, sí, está la biblioteca para ayudar a ese fomento; pero, también sabemos que es una ayuda, que los padres en su casa deben ayudarle a fomentar a los niños; entonces por eso hemos realizado actividades con los niños, pero también con los padres[4]; como lo explica con entusiasmo y convicción la Coordinadora de la Biblioteca, en cuyas palabras se refleja el gran ánimo de la Biblioteca por avanzar en cuanto al fomento de la lectura y de la escritura en Quibdó.

Si tenemos en cuenta que “en Colombia, según la más reciente Encuesta Nacional de Lectura publicada por el Ministerio de Cultura, las personas leen en promedio 2,7 libros al año. Una cifra bastante baja en comparación con países líderes como India, donde sus ciudadanos dedican, en promedio, 10 horas y 42 minutos semanales a leer y superan con creces la cifra de 5 libros al año[5]; es trascendental la existencia de una biblioteca pública en Quibdó, donde esta cifra, seguramente, debe ser significativamente menor, por falta de bibliotecas o por la baja calidad de las pocas existentes; con excepción de la del área cultural del Banco de la República, que durante años ha llenado parcialmente el vacío bibliográfico de la ciudad, especialmente para la población infantil.

Lidia Nohemy Córdoba Mena, Coordinadora
de la Biblioteca Pública Departamental
Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera.
Quibdó, enero 2019. Foto Cortesía.
Por lo dicho, da gusto saber que la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera es coordinada por alguien que tiene claro que las bibliotecas no son simples depósitos de libros, sino escenarios dinámicos y activos dentro de las sociedades de las cuales forman parte: “como la idea de nosotros es extendernos, no solamente quedarnos aquí como biblioteca, sino también poder llegar a los lugares donde las personas no pueden llegar hasta la biblioteca; hemos realizado alianza con la Secretaría de Educación municipal, para impulsar la lectura en las instituciones educativas, junto con los docentes de Español[6]. Así mismo, “el objetivo de este año (2019), es poder dejar en cada barrio un Club de Lectura, donde podamos reunir a chicos, jóvenes, que podamos nosotros enamorarlos de la lectura… Y la idea también es llevar la Maleta viajera, con libros con los que ellos se puedan quedar; luego, a la semana siguiente, nosotros poderles cambiar el libro; o sea, estarlos renovando, para que ellos vean en el libro algo diferente y no solamente ‘el libro es para estudiar y qué aburridor’; sino que es ir más allá, es ver que el libro me abre las puertas del conocimiento, es ver que en el libro yo puedo corregir la ortografía, saber expresarme, es todo eso… Y también se encuentra un mundo de ideas, de conocimiento[7]. En este sentido, para el 2019, la Biblioteca tiene previstas actividades como un Concurso de cuentos, Festival Afro, Proyecto fotografía y memoria, y un seminario sobre el legado de Arnoldo Palacios.

Haciendo honor al nombre que lleva, parte fundamental de la misión de la Biblioteca es contribuir a la salvaguarda del patrimonio departamental del Chocó, trabajo que incluye la recopilación de documentos históricos y elementos de saberes ancestrales, así como contacto y encuentros con escritores chocoanos, para obtener sus libros por donación: “lo que estamos haciendo por ahora, es tratar de recopilar la memoria del departamento, con historias ancestrales, saberes, pues la biblioteca no cuenta todavía con ese tipo de material. Pero, eso es lo que se está haciendo, la recolección”, explica al respecto la Coordinadora de la Biblioteca, Lidia Nohemy Córdoba Mena, en el agradable y espacioso hall del primer piso de la Biblioteca, en una tarde soleada de enero, cuyo sofocante calor no alcanza a invadir la suave temperatura del muy bien regulado aire de todos los espacios del lugar.

Colección completa de Tintín, en un estante de la Sala General
de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera.
Quibdó, enero 2019. Foto: Julio César U. H.
Así las cosas, y para fortuna de las generaciones presentes de quibdoseños, se pueden encontrar -en los 1.900 libros de la Colección literaria de la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera- las novelas y los cuentos, las aventuras y la poesía que es menester leer en la vida para incrementar los sueños y conocer la felicidad, para saber que el mundo existe más allá de lo que nuestros ojos ven todos los días. De modo que, para el estudiante quibdoseño, la literatura en todas sus expresiones deje de ser una simple y reducida lista de títulos y autores por memorizar, como cuando estudiábamos con los libros de texto de español de Luis M. Sánchez López o Lucila González de Chaves o, posteriormente, en aquellos genéricos y en serie, sin autor a la vista, que impusieron las editoriales dedicadas a esta clase de publicaciones. María (no La María), de Jorge Isaacs (no Jorge Isaac) y Tipacoque, de Eduardo Caballero Calderón, leídos por obligación y con mínima información acerca de su valor dentro del panorama nacional, continental y mundial de las letras, ya pueden dejar de ser las únicas posibilidades de lectura de los estudiantes de secundaria; así como las lecturas incluidas en las cartillas de lectoescritura ya pueden dejar de ser la única oferta para los niños de primaria, pues en la Biblioteca los esperan la colección completa de Tintín y las aventuras de Salgari, Dickens, Verne e incluso los Hermanos Grimm.

Para lograrlo, es necesario superar la creencia de que las bibliotecas son lugares para hacer tareas escolares y asumir –sin reticencias ni reservas, con la naturalidad de quien acepta la lluvia- que así como el cuerpo físico se entrena en los campos deportivos, por gusto, sin ver en ello una tarea; que así como a Tutunendo se va por el simple placer de nadar, contemplar el paisaje, refrescar el cuerpo, compartir con familiares y amistades, dejar por un rato a un lado las obligaciones cotidianas, reír, charlar, sentirlo todo; a las bibliotecas también se puede ir por el simple y puro placer de leer, sin más compromisos que sentir, soñar, imaginar, conocer, disfrutar y gozar, zambullirse de cabeza en los libros y viajar a través de nuevos lugares y nuevas sensaciones, acompañados de personajes de cuya existencia no sabíamos, pero que pronto nos resultarán familiares, dejándonos llevar de la corriente de las narraciones y los versos o nadando contra ella para encontrar nuevos caminos desde nuestro propio entendimiento.

Borges (Jorge Luis) imaginaba el paraíso como una biblioteca. Como Borges, cada niña y cada niño, cada joven, cada hombre adulto o cada mujer adulta, en Quibdó, pueden acceder al paraíso de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera, probar los frutos de todos los árboles, deleitarse con su frescura y nutrirse con su esplendor; hasta que llegue el día en el que todos vamos a la Biblioteca por el puro gusto y con la misma  rebosante alegría con la que vamos de paseo a Tutunendo los domingos.
Torre de control del Aeropuerto El Caraño vista desde la plazoleta de ingreso
de la Biblioteca Pública Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera,
con primer plano de las banderas del Chocó y de Colombia.
Quibdó, enero 2019. Foto: Julio César U. H.




[1] Con datos tomados del Directorio de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, en:

[2] Con información del sitio web del Aeropuerto El Caraño, Quibdó:

[3] Entrevista personal a Lidia Nohemy Córdoba Mena, Coordinadora de la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, 2 de enero de 2019.

[4] Ídem.

[5] Semana, Información de Colombia y del Mundo. Cómo leer más. 23 de diciembre de 2018 al 5 de enero de 2019. Edición N° 1912-1913. Pág. 78

[6] Entrevista personal a Lidia Nohemy Córdoba Mena, Coordinadora de la Biblioteca Pública Departamental Arnoldo de los Santos Palacios Mosquera. Quibdó, 2 de enero de 2019.

[7] Ídem.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Sus comentarios son siempre bienvenidos. Gracias.