lunes, 5 de agosto de 2024

 Ricardo Carrasquilla:
pedagogo y maestro, poeta y humanista

*Ricardo Carrasquilla. 1-Retrato tomado de la primera edición de Coplas (1863). 2-Dibujo de Alberto Urdaneta. Biblioteca Nacional de Colombia. 3-Retrato sin fecha. Banco de la República-Biblioteca Virtual.

El próximo 22 de agosto se cumplen 197 años del nacimiento de Ricardo Carrasquilla. De manera que en el 2027 estaremos conmemorando el bicentenario del nacimiento del hombre en cuyo nombre fue bautizado el más antiguo y tradicional colegio de Quibdó y de la región chocoana: el Colegio Carrasquilla; por cuyas aulas pasaron los integrantes de la generación más brillante de profesionales, intelectuales y políticos chocoanos que parió esta tierra en el siglo XX, llamada con justa razón la Generación del Carrasquilla[1]; gracias a la cual la chocoanidad -que accedía por primera vez a la educación pública y universal- se encumbró hasta los más altos escenarios de la vida nacional de Colombia durante varias décadas, y la región fue reconocida como algo más que un territorio de pródiga, disputada y saqueada naturaleza.

“Una muestra de esa generación de hombres ilustres y servidores públicos, cuya vida no transcurrió en vano”, es proveída de modo prolijo por otro carrasquillero ilustre, el escritor y profesor universitario César E. Rivas Lara, en su reseña histórica del Colegio Carrasquilla de Quibdó.[2] Dicha lista, que el profesor Rivas presenta en orden alfabético de apellidos, a la manera como se confeccionaban las listas de verificación de asistencia a clase, incluye a los siguientes prohombres chocoanos: Felipe Álvarez del Pino, Julio y Ramiro Álvarez Cuesta,  Miguel Ángel Arcos, Eliseo Arango Ramos, Adán Arriaga Andrade, Vicente Barrios Ferrer, Jorge Bechara Hernández, Miguel A. Caicedo Mena, Carlos Calderón Mosquera, Diego Luis Córdoba Córdoba, Dionisio Echeverry Ferrer, Julio Figueroa Villa, Miguel Vicente Garrido, Ramón Lozano Garcés, Camilo Mayo Caicedo, Tufik Meluk Aluma, Alfonso Meluk Salge, Nicanor Mena Perea, José La O. Moreno Palacios, Manuel Mosquera Garcés, Manuel María Mosquera, Neftalí Mosquera Mosquera, Ramón Mosquera Rivas, Arnoldo Palacios Mosquera, Aureliano Perea Aluma, Ismael Roldán Valencia, Nicolás Rojas Mena, Armando Luna Roa, Saulo Sánchez Córdoba, Jorge y Reinaldo Valencia Lozano, Daniel Valois Arce, Rogerio Velásquez Murillo, Demetrio Valdés Ortiz. Por supuesto, además de ellos, la reseña incluye una extensa lista adicional de profesionales importantes de la región cuya formación como bachilleres se dio en esta institución.

El quibdoseño Carrasquilla

Ricardo Carrasquilla “siempre reconoció su patria chica y tuvo para ella expresiones de afecto y de filial interés por sus destinos”[3]. De hecho, en su célebre Autobiografía -en verso- y en sus Apuntes para mi biografía[4], incluye explícitamente el dato de su lugar de nacimiento.

He vivido en Santafé,
aunque nací en el Chocó;
no puedo sospechar yo
cuándo y dónde moriré;
y por no saber el día
ni el lugar, quedarse debe
sin conclusión esta breve
modesta autobiografía.

[…]

Nací en veintidós de agosto
del año de veintisiete
en la villa de Quibdó
situada en tierra caliente.

Calle principal de Quibdó. Papel Periódico Ilustrado.
Bogotá, Año V, N° 107, 1° de enero de 1887.
Biblioteca digital de Bogotá.

En efecto, Ricardo Carrasquilla nació en Quibdó, el 22 de agosto de 1827. Y murió en Bogotá, donde vivió toda su vida, el 24 de diciembre de 1886. “Mis padres / El Coronel don Pedro Carrasquilla / Y la señora doña Cruz Ortega: / El nació en Honda en la arruinada villa, / Y ella del Funza en la florida vega”; cuenta en verso el propio Carrasquilla. Su padre era coronel de la independencia y su madre -Cruz Ortega y Nariño- era hija de don José Ortega, quien fuera vocal de la Suprema Junta del 20 de julio de 1810, y sobrina de don Antonio Nariño, el llamado precursor, quien tradujera del francés los Derechos del hombre y los difundiera a través de su periódico La Bagatela.

Un siglo después, en su artículo para la edición especial de la revista de la Universidad del Rosario, dedicada a conmemorar el centenario del nacimiento de Ricardo Carrasquilla, el gran historiador y pedagogo Julio César García Valencia, quien fuera Rector de la Universidad de Antioquia, narra las circunstancias del nacimiento de Carrasquilla: “Nombrado Gobernador del Chocó poco después de su matrimonio, el coronel Carrasquilla emprendió viaje, acompañado de su esposa, a la lejana provincia, y en Quibdó, a 22 de agosto de 1827, fue bendecida la unión con el nacimiento del primogénito, a quien se dio el nombre de Ricardo, sin prescindir del que le correspondía por el santo de la fecha en que nació, según piadosa costumbre que tiende a extinguirse: «me pusieron Timoteo», dice por ahí don Ricardo en chispeante autobiografía”[5].

Mientras el coronel Pedro Carrasquilla extendería el tronco familiar hacia el altiplano cundiboyacense, su hermano José María “fue tronco de numerosa familia antioqueña”[6], de la cual formaría parte Tomás, el famoso escritor nacido en Santo Domingo (Antioquia).

Refiriéndose a la ciudad natal de Carrasquilla, el profesor García Valencia expresa, en su escrito de 1927: “Quibdó guarda en sus anales páginas de heroísmo en la lucha por la libertad y se enorgullece con mejores títulos de la sangre de sus mártires que de las riquezas de su suelo. Al lado de los nombres ilustres de Carrasquilla y de Conto, la crítica histórica y una paciente labor revaluadora empiezan a hacer figurar en su diadema de madre fecunda el del inmortal autor de María”[7]; una clara referencia a la reivindicación, entonces en boga, de Quibdó como cuna de Jorge Isaacs, a instancias de los intelectuales locales de la época reunidos en torno al periódico ABC, cuyo fundador y director, Reinaldo Valencia Lozano, había publicado -en la imprenta del ABC, en Quibdó, el 8 de diciembre de 1926- su trabajo “Jorge Isaacs no nació en Cali, sino en Quibdó”, que el brillante Andrés Fernando Villa (Aristo Velarde) controvertiría mediante su demostración de que no había sido en Quibdó, sino en Neguá.

A edad temprana, Ricardo Carrasquilla es llevado desde Quibdó hasta Bogotá. “Desde pequeño fue llevado a la capital colombiana para realizar sus estudios”[8]. “Muy niño fue llevado a Bogotá”[9]; se lee en dos textos, que sugieren su salida en la primera infancia, ad portas de su ingreso a la escuela, que no era posible en el Quibdó de entonces. Sin embargo, basado en el trabajo del profesor García Valencia, el insigne intelectual y político chocoano Manuel Mosquera Garcés, en un artículo que fuera publicado originalmente en el periódico parroquial La Aurora, de Quibdó, de los misioneros claretianos de la Prefectura Apostólica del Chocó, y reproducido en la revista de la Universidad del Rosario; anota: “A los once meses de nacido fue llevado a Bogotá, ciudad en la que permaneció toda su vida, sin que por esto se mermara el cariño vehemente y acendrado que siempre profesó a su tierra natal”.[10]

Carrasquilla, un maestro consagrado

Ricardo Carrasquilla
Retrato de 1886.

Admirable autodidacta, Ricardo Carrasquilla llegaría a ser un atinado e inteligente pedagogo y maestro, que introduciría innovaciones trascendentales en el sistema educativo; en un momento en el que Colombia modelaba su nacionalidad a través de incontables guerras civiles. En su discurso conmemorativo de Carrasquilla en el aula máxima de la Universidad de Antioquia, en marzo de 1927, el eminente jurista e historiador Guillermo Jaramillo Barrientos declaró: “Fue aquella toda una existencia larga dedicada a la escuela, en tiempo que empleaban los demás en destruir. Fue la labor silenciosa de formar varios miles de educandos cuando el ruido de los cañones retumbaba contra los cristales del salón. Fue el resultado de muchos lustros consagrados a formar ciudadanos aptos para que la Patria renaciera de las varias guerras generales y de innúmeras guerras seccionales que destruyeron parte de la población, las riquezas acumuladas y el crédito que ya se había logrado. He aquí la forma maravillosa como Carrasquilla contribuyó con valioso aporte a redimir el retroceso que fue herencia de las turbulencias de esta democracia bendecida, pero en más de una ocasión desbordada”[11]. Por su parte, en su artículo para la revista homenaje de la Universidad del Rosario, el poeta, escritor y académico Manuel Antonio Bonilla Rebellón expresó: “Su mejor obra, después de su hijo Rafael María, fue la que realizó como maestro, y él mismo la ponía por encima de sus escritos”[12].

Acerca de la ponderada labor educativa de Ricardo Carrasquilla y de su aplaudida creación de una escuela de alto alcance pedagógico, el escritor y editor Carlos Nicolás Hernández, quien realizara para Panamericana Editorial una selección de poemas de Carrasquilla, con trabajo de investigación documental de la escritora y poeta Sonia Nadhezda Truque (hija del escritor condoteño Carlos Arturo Truque Asprilla); anota: “Aunque fue un autodidacta, se dedicó a la enseñanza en el colegio de José Joaquín Casas, y en el año 1857 fundó el colegio Liceo de la Infancia, al que dedicó buena parte de su vida y en el que se cultivaron varias generaciones. Su vocación por el magisterio lo llevó también a escribir en verso el curioso libro Problemas de aritmética para los niños[13].

Carrasquilla, un pedagogo innovador

Hace casi doscientos años, cuando el acto educativo se basaba -más que ahora- en una relación absolutamente vertical y autoritaria entre educadores y educandos, Ricardo Carrasquilla innovaba la labor del magisterio y las relaciones entre maestros y alumnos. “Su pensamiento pedagógico era antimemorístico, abierto a las corrientes modernas de su tiempo y nada autoritario”, subraya Carlos Nicolás Hernández.[14]

Monseñor Rafael María Carrasquilla,
primogénito de Ricardo Carrasquilla.
Óleo - Archivo histórico
Universidad del Rosario.

“Jamás hubo lecciones más amenas que las suyas, aunque enseñara las materias más áridas, como álgebra o lógica. Los jóvenes, los niños mismos, preferían la clase de don Ricardo a cualquier pasatiempo propio de su edad; y con todo, donde él menos enseñaba, era en las aulas… No estuve con él sino en una clase de religión, ni yo alcancé a estudiar en aquella época sino las materias elementales. Y, sin embargo, sin darme clases, sin señalarme lecciones ni tareas, cuando llegué al Seminario me admitieron directamente, con lo que sabía, a los cursos de teología sagrada”[15]; contaba su primogénito, alumno y heredero en el campo filosófico, educativo y literario, Monseñor Rafael María Carrasquilla (1857-1930), quien cursó su primaria en el Liceo de la Infancia: “Eclesiástico, escritor y educador bogotano, Monseñor Carrasquilla consagró su vida a la religión católica y a la enseñanza. Se desempeñó como rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario por casi 40 años. Fue miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua”.[16]

El esclarecido pedagogo y maestro Julio César García Valencia, que también dedicó su vida a la enseñanza, destaca algunos puntos claves de las innovaciones que introdujo Ricardo Carrasquilla en su tarea educativa, a la que dedicó cuarenta de los cincuenta y nueve años que vivió. En materia de disciplina escolar, en tiempos en los que sí que se creía que la letra con sangre entraba, Carrasquilla “reemplazó los castigos dolorosos, universales en su tiempo, por la vigilancia más nimia; pero tal, que no era carga ni humillación, ni motivo de inquietud para sus alumnos. Al mismo tiempo inventó una serie no interrumpida de estímulos que no dejaban en inacción ni a los más perezosos… En el Liceo de la Infancia los reglamentos eran reemplazados por la resolución de cada caso particular, según las circunstancias especiales que lo rodeaban y el carácter de los alumnos.”[17]

En cuanto a la organización y enfoque de las materias de estudio, García Valencia cuenta una reveladora anécdota sobre Religión, que para los establecimientos educativos de la época era eje y centro de la formación de los alumnos. “No he visto escrito este hecho, pero se lo oí referir a Monseñor Carrasquilla: Visitaba un amigo de don Ricardo el Liceo de la Infancia y viendo la distribución de las clases preguntó: -¿A qué horas es la clase de religión? -De las cinco de la mañana a las nueve de la noche, fue la respuesta del Director. No figuraba esa clase en el horario”.

También innovó Ricardo Carrasquilla -hace casi 200 años- la enseñanza de las matemáticas, ya que en sus clases de aritmética la tarea dejó de ser “el aprendizaje de fórmulas, procedimientos o corolarios para casos hipotéticos, en cuya inmediata o siquiera posible realización no tenían los escolares completa fe”; para darle paso a la verosimilitud de los problemas y el énfasis en la curiosidad de los alumnos por develar y conocer el misterio del resultado, según anotaciones del famoso maestro de la época Santiago Pérez, en una nota publicada en El Tiempo, en 1859.

Julio César García Valencia narra con detalle lo referente a la célebre publicación en versos escrita y utilizada por Ricardo Carrasquilla en su Liceo, en la que materializa el enfoque comentado por el profesor Pérez: “En 1857 empezó a publicar don Ricardo en un periódico de Bogotá sus Problemas de aritmética para los niños, fruto de versación en la ciencia y método de la enseñanza antes que de ingenio poético y rica fantasía, que en breve fueron auxiliar precioso de todos los maestros y se publicaron en 1859 en volumen que alcanzó a circular profusamente en las escuelas de Antioquia. Profesores de la calidad de don Santiago Pérez los elogiaron con entusiasmo…”.[18]

Manuel Mosquera Garcés resalta la actitud de Ricardo Carrasquilla como maestro: “…no se gastaba esa académica y olímpica seriedad con que a menudo disfrazan ciertos pseudoinstitutores su ineptitud para el magisterio y su vaciedad de entendimiento; trataba a sus discípulos con dulzura y suavidad, los unía a él por los estrechos vínculos del más paternal cariño, ganábase su confianza, hacíase el confidente de sus penas y el consejero en sus dificultades, sin que todo eso cediera en mengua de la autoridad o del respeto”.[19]

Carrasquilla, humanista y poeta

Ya habrá tiempo -antes de que lleguemos al año de la conmemoración del bicentenario de su nacimiento en Quibdó- para dedicarle unas páginas a la significativa presencia de Ricardo Carrasquilla en las letras colombianas, así como a su trabajo humanístico, fundamento de su magisterio y su vida. Por ahora, cerremos con los versos con los que cierra él mismo sus Apuntes para mi biografía:

Vecino de esta ciudad,
muy pobre y sin generales,
no faltan en casa males,
tengo a mi cargo una escuela;
Una cosa me consuela,
y es que la posteridad,
(con entera libertad)
cuando yo sea pretérito,
hará justicia a mi mérito.



[1] La denominación es original del Arquitecto y Doctor en Historia Luis Fernando González Escobar, quien la acuñó en su clásico trabajo sobre historia de Quibdó, para relievar el aporte de la educación pública a la formación de una clase dirigente propia y nativa en el Chocó. Ver: González Escobar, Luis Fernando. Quibdó, contexto histórico, desarrollo urbano y patrimonio arquitectónico. Centro de publicaciones Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, febrero 2003. 362 pp.

[3] García, Julio César. Semblanza y vida armónica de don Ricardo Carrasquilla. Revista Universidad del Rosario, Volumen 22 Número 213, 1° de abril de 1927. Pp. 560-577.

[4] Pérez Silva, Vicente. La autobiografía en Colombia. Santafé de Bogotá, D. C., agosto de 1996. 507 pp. Pág. 55-56.

[5] García, Julio César. Semblanza y vida armónica de don Ricardo Carrasquilla. Artículo citado.

[6] Ibidem. Pág. 563

[7] Ibidem. Pág. 564

[8] Artesana de palabras. Ricardo Carrasquilla.

https://www.artesanadepalabras.com/ricardocarrasquilla

[9] EcuRed. Ricardo Carrasquilla y Ortega.

 https://www.ecured.cu/Ricardo_Carrasquilla_y_Ortega

[10] Mosquera Garcés. Manuel S. Algo sobre don Ricardo Carrasquilla. Revista Universidad del Rosario, Volumen 22 Número 213, 1° de abril de 1927. Pp. 164-170

[11] Don Ricardo Carrasquilla. Discurso del Doctor Guillermo Jaramillo Barrientos en el acto literario que se celebró anoche en el aula máxima de la Universidad de Antioquia. En: Revista Universidad del Rosario, Volumen 22 Número 213, 1° de abril de 1927. Pp. 557-560.

[12] Bonilla, Manuel Antonio. Don Ricardo Carrasquilla. Revista Universidad del Rosario, Volumen 22 Número 213, 1° de abril de 1927. Pp. 549-557.

[13] Hernández, Carlos Nicolás. Presentación de Cuadernillos de Poesía. Ricardo Carrasquilla-Selección. Panamericana Editorial, primera edición, abril de 1997. 49 pp. Pág. 7-8.

[14] Ibidem.

[15] En: García, Julio César. Semblanza y vida armónica de don Ricardo Carrasquilla. Artículo citado. Pág. 567.

[16] Rafael María Carrasquilla. Enciclopedia Banco de la República Cultural.

https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Rafael_Mar%C3%ADa_Carrasquilla

[17] García, Julio César. Semblanza y vida armónica de don Ricardo Carrasquilla. Artículo citado. Pág. 567.

[18] Ibidem. Pág. 568

[19] Mosquera Garcés, Manuel S. Algo sobre don Ricardo Carrasquilla. Revista Universidad del Rosario, Volumen 22 Número 213, 1° de abril de 1927. Pp. 164-170. Pág. 166.

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