lunes, 3 de abril de 2023

 DYNA N° 9 - 1934
La revista de la Universidad Nacional de Colombia
que le dedicó un número completo
a la Intendencia Nacional del Chocó
-1ª Parte-

“Para los colombianos ha sido siempre el Chocó símbolo de la Naturaleza triunfante sobre el hombre, infierno dantesco, nido de sierpes venenosas, y todas las exageraciones que nos trae la fantasía de los aventureros; pero no son menos ponderados los tesoros inmensos de sus ríos, la riqueza de sus bosques y ese como fantasma de la usurpación extranjera que parece cernirse sobre nuestros istmos para repetir la fechoría de Panamá”[1]. Así comienza el Editorial del N° 9 de DYNA, Revista de los estudiantes de la Escuela de Minas, posteriormente Facultad de Minas, de la Universidad Nacional de Colombia, que fue publicado en Medellín en septiembre de 1934 y estuvo dedicado en su totalidad a brindar a sus lectores una panorámica lo más completa posible del Chocó, a través de doce artículos cuyos autores son en su mayoría chocoanos; entre ellos Ramón Lozano Garcés, para entonces destacado estudiante universitario y activo militante del Partido Liberal; el pedagogo y escritor Lisandro Mosquera Lozano, Director de la Sección de Agricultura y Estadística de la Intendencia Nacional del Chocó, y el abogado, periodista y escritor Reinaldo Valencia Lozano, fundador y director del periódico ABC, de Quibdó, y exrepresentante a la Cámara por el Chocó.

La idea de este número monográfico de la revista se originó en una actividad académica: la excursión científica adelantada, entre el 20 de junio y el 12 de julio de 1934, por veintiún estudiantes de cuarto año de Ingeniería de la entonces Escuela Nacional de Minas, de la Universidad Nacional de Colombia, seccional Medellín, como parte de sus cursos de Geología y Paleontología; bajo la dirección de dos de sus profesores: el geólogo alemán Robert Wokittel y el colombiano Antonio Durán. De ahí que el mencionado editorial de la revista DYNA tenga como título “Nuestra excursión”.

La excursión partió de Medellín -en ferrocarril- con rumbo a la población de La Pintada, de donde siguieron en bus o camión de escalera hasta Bolívar (Antioquia). A partir de ahí, ya en territorio chocoano, tomaron el camino de herradura y -luego de pasar por La Mansa y por El Carmen de Atrato- caminaron hasta llegar al corregimiento de La Troje, donde una comitiva oficial los esperó para conducirlos en automóvil hasta Quibdó, adonde llegaron el 24 de junio de 1934, a las 8 de la noche. Fueron alojados en el Colegio Carrasquilla hasta su partida, tres días después, cuando navegaron Atrato arriba, con destino a La Vuelta y Lloró, de donde derivaron por trochas y quebradas hacia Cértegui, Tadó e Istmina. Exploraron el Istmo de San Pablo, Andagoya, Condoto y alrededores, antes de descender por el río San Juan hasta Bebedó, con rumbo a Buenaventura, para salir de ahí hasta las vegas del río Cauca, Cali, Quindío, Risaralda, Caldas y, nuevamente, a La Pintada, desde donde hicieron la ruta inversa hacia Medellín, su punto de partida.

Un completo informe de la excursión fue compilado a partir de los informes parciales elaborados por los estudiantes, según temas y distribución geográfica y geológica hecha por los profesores a cargo. Ramón Mosquera Rivas, quien posteriormente sería parte de la llamada Generación Chocoanista, era uno de los excursionistas del grupo y al año siguiente se graduaría como Ingeniero Civil y de Minas, con una tesis de grado titulada El Istmo de San Pablo. Un apéndice de su tesis: “Informe científico sobre la región Quibdó-Buenaventura”, escrito en coautoría con César Arriaga, forma parte de la edición especial de la revista DYNA dedicada al Chocó; cuyo editorial -luego de enumerar los tópicos que contiene- finaliza diciendo: “Estos y otros muchos puntos de estudio encontrará el lector en la edición que presentamos hoy como testimonio de gratitud a los hospitalarios chocoanos y de convicción de la riqueza que encierra”[2].

Las necesidades del Chocó, según Reinaldo Valencia

A renglón seguido del Editorial, Nuestra excursión al Chocó, al cual se le añade una nota informativa sobre la realización en Quibdó del tercer Congreso minero nacional, en noviembre de 1934; la revista DYNA N° 9, edición dedicada enteramente al Chocó, incluye la reproducción de un texto escrito por Reinaldo Valencia Lozano, fundador y director del periódico ABC. Dicho texto, titulado Las necesidades del Chocó, está escrito a manera de una carta dirigida a Mariano Ospina Pérez, Ernesto Michelsen, Giovanni Serventi, Luis Tamayo, Emilio Toro y José Arturo Andrade, en Bogotá; en respuesta a una solicitud que -en carta del 30 de abril de 1934- ellos le hicieran a Valencia Lozano, por encargo del presidente electo de Colombia, Alfonso López Pumarejo, en el sentido de que les brinde “una información sobre sugestiones en los órdenes económico, bancario, fiscal y financiero” acerca de los principales problemas del Chocó.[3]

En su escrito, Reinaldo Valencia Lozano plantea como primer problema de la región chocoana su aislamiento del país y su propio aislamiento interno, debido a la falta de carreteras. “Suprema necesidad nacional y regional es, pues, suprimir ese aislamiento, y ya ha cristalizado en la conciencia pública el remedio: la construcción de una carretera gigantesca” -descrita en la Ley 109 bis de 1927- y que tiene forma de una U cuyos extremos se sitúan uno en Bolívar (Antioquia) y el otro en Cartago. “De esos puntos, en trayectorias paralelas, se dirigen los extremos de la U hacia el centro del Chocó, por las fertilísimas y auríferas vegas del Atrato y el río Tamaná, afluente éste del San Juan, que desemboca en el Pacífico. Una vez que la sección que arranca de Cartago llega al valle del Chocó, en Nóvita, se dirige, poco más o menos, hacia el norte, para unirse en Quibdó -enlazando todos los pueblos importantes de la provincia del San Juan- con la sección que parte de Bolívar (Antioquia). A esta gran carretera saldría la de Manizales a Istmina, formándose así la trinidad de las vías públicas de penetración al Chocó”[4].

Esa inmensa carretera, explica Reinaldo Valencia en sus sugerencias al presidente López Pumarejo, “debe complementarse con una carretera de 120 kilómetros apenas de longitud, entre la ribera izquierda del Atrato y la bahía de Solano…”, para poner fin al “abandono de la bella y riquísima costa del Pacífico”, que al decir de Valencia tiene “carácter de verdadera tragedia”[5].

Y así, según las propuestas de Reinaldo Valencia, “la vida del Chocó sentirá intensa renovación y el país verá alejarse la pesadilla de la desconexión chocoana”, ya que “estas carreteras traerán para el Chocó los bienes que las vías de comunicación producen: armonía fecunda con la nación; la población de este inmenso vacío verde que es el Chocó; el desarrollo de la agricultura, en campos propicios, de todos los climas; la explotación de valiosas minas de metales preciosos; el incremento del bienestar nacional, etc., etc. Y entre todos ellos, la creación de dos vías interoceánicas, dentro de los linderos nacionales, en medio de un pueblo leal a la república”[6].

Toda esa infraestructura vial debería ser complementada con la limpieza de las bocas de los ríos Atrato y San Juan, “hoy llenas de limo, que escasea su fondo y que apenas permiten el paso de barcos de 9 y 6 pies de quilla, cuando al eliminarse la barra del Atrato podrían surcarlo, hasta 100 kilómetros arriba (Vigía de Curbaradó, arriba de Riosucio, en toda la zona de la pita), los trasatlánticos que atracan en Cartagena”[7].

Los acápites del texto de Reinaldo Valencia dedicados al problema del aislamiento del Chocó por falta de carreteras y de limpieza de las bocas de sus ríos finalizan anotando que si se soluciona el problema vial del Chocó se resuelven prácticamente todos sus problemas. Y, así, dedica el resto de sus sugerencias a los siguientes aspectos: introducción del crédito minero en la caja de crédito agrario e industrial; fomento de la navegación, la agricultura y la inmigración al Pacífico y al Darién chocoano, incluyendo la promoción de extensos cultivos de arroz y de banano; establecimiento de granjas agrícolas; campaña sanitaria intensiva contra el pian, el paludismo y la tuberculosis; incorporación del Chocó en el régimen monetario nacional, mediante el sostenimiento de las oficinas del Banco de la República en la región; revisión y establecimiento de medida aduaneras y fiscales adecuadas a la realidad regional.


“Una de las regiones mejor dotadas del globo”

A continuación del texto de Reinaldo Valencia sobre las necesidades y urgencias de la región, la revista DYNA N° 9, de septiembre de 1934, incluye un artículo de 13 páginas (Estudio sobre las posibilidades agrícolas y el porvenir del Chocó), escrito por José M. Torres Herrera, quien se desempeñaba entonces como Agrónomo Nacional en la Intendencia Nacional del Chocó.[8]

El agrónomo Torres Herrera pondera, en todo momento, las virtudes y riquezas naturales del territorio chocoano, gran parte del cual recorrió en curso de su trabajo: “No es el Chocó guarida de culebras y de alimañas, como nos lo pintan los que por allí han andado con suerte adversa y quieren vengarse de esa tierra donde no cosecharon sino abrojos; tampoco es un paraíso”, afirma con la misma certeza con la que considera que en la Intendencia Nacional del Chocó “se encuentran reunidos los más extraordinarios privilegios de la naturaleza” y destaca “la bondad y las condiciones excelentes de sus habitantes”[9].

Además de la valiosa y detallada descripción del territorio chocoano, incluyendo datos sobre sus aspectos fisiográficos, climatológicos, hidrográficos, productivos, forestales y agrícolas, el Agrónomo Nacional Torres Herrera plantea recomendaciones sobre el fomento y manejo de cultivos de arroz, cacao, maíz, cítricos, frutales nativos y foráneos, hortalizas, musáceas, leguminosas; así como el fomento de la pesca y la ganadería, y el aprovechamiento de palmas y maderas finas.

Dos artículos de Lisandro Mosquera Lozano

Lisandro Mosquera Lozano, un pedagogo vallecaucano a quien Miguel A. Caicedo registra como “el primer maestro que hubo en el Chocó”[10]; es el autor de los dos siguientes artículos que la revista DYNA incluye en su edición especial sobre esta región, en septiembre de 1934. Mosquera se desempeñaba entonces como Director de la Sección de Agricultura y Estadística de la Intendencia Nacional del Chocó. El problema monetario del Chocó y Monografía general del Chocó son los dos artículos de Mosquera Lozano, en la revista de los estudiantes de la Escuela de Minas.[11]

“Con las vías de penetración Medellín-Bolívar-Quibdó; Cartago-Nóvita y Manizales-Tadó-Istmina va a abrirse una nueva era para el Chocó, pues tales vías resolverán todos los problemas que gravitan hoy sobre el porvenir del pueblo chocoano, incluso el de la moneda”; concluye Lisandro Mosquera en su artículo “El problema monetario del Chocó”, luego de haber explicado la incidencia del aislamiento regional en la alta circulación de moneda extranjera en el Chocó, el uso recurrente de monedas colombianas antiguas y el cambio y las razones por las cuales $1 colombiano ha llegado a valer solamente 80 centavos en Quibdó. En ese momento (1934), tal como lo explica Mosquera Lozano, “el Chocó es un museo de monedas antiguas”[12].

En su “Monografía general del Chocó”, Lisandro Mosquera Lozano ofrece a los lectores de la revista DYNA un detallado panorama del territorio y su población, que incluye situación y límites, climatología, orografía y relieve, hidrografía, división territorial y eclesiástica, judicial y electoral, e información actual de esa época sobre el ramo de la agricultura, demografía regional, producción y exportación de oro y platino. Por este artículo sabemos, por ejemplo, que más de la mitad de las defunciones del Chocó se registraban como ocurridas por causas indefinidas (58.6%) o atribuidas a Otras causas (14.8%); de modo que solamente para un poco más de la cuarta parte de los fallecimientos (26.6%) se reportaban causas realmente identificadas, las cuales, en orden de mayor a menor incidencia -según los datos del artículo de Mosquera Lozano- eran: paludismo, vermes, tos ferina, sarampión, bronquitis, anemia, tuberculosis y mordeduras de serpientes[13]. Durante más de una década, el magisterio chocoano se valió de este trabajo de Mosquera Lozano para su enseñanza de geografía e historia de la región, hasta la publicación de la Geografía Económica, que se convirtió en nueva fuente de consulta y enseñanza.

Otros temas trascendentales

Ocho artículos más conforman la edición de la revista DYNA, de la Universidad Nacional de Colombia, dedicada al Chocó en septiembre de 1934; todos ellos, como los que hasta aquí hemos reseñado en El Guarengue, dedicados a temas realmente trascendentales para el presente y el porvenir del Chocó de entonces, e incluso del actual, que en muchos casos se parece bastante al que registraron los autores de los artículos de la revista hace casi un siglo. Dichos artículos son:

1. Proyectos de canal interoceánico por el Napipí y el Truandó. Horacio Ramírez G.

2. Posibilidades industriales del Chocó. Ramón Lozano Garcés.

3. El Saneamiento urbano del Chocó. Luis F. Valencia Lozano.

4. Istmina, un municipio en trance de celebridad. Marino Abadía Valencia.

5. Informe científico sobre la región Quibdó-Buenaventura. Ramón Mosquera Rivas, César Arriaga.

6. ¿Qué hace la Chocó-Pacífico en la región? Luis Alfonso Rada.

7. Informe geológico del camino Bolívar-Quibdó. Gerardo Botero, Hernán Garcés G.

8. Plan vial del Chocó. Benjamín Ferrer, Bernardo Naranjo.

A estos artículos dedicaremos la segunda entrega de esta reseña sobre la revista DYNA, una publicación que, como la Geografía Económica publicada por la Contraloría General de la República en 1943, puso a disposición del país información valiosa sobre el ignoto Chocó cuyas necesidades básicas siguen tan insatisfechas como entonces.



[1] DYNA. Revista de los estudiantes de la Escuela de Minas. Medellín. Año II. Septiembre de 1934. N° 9. Editorial. Nuestra excursión al Chocó. Pp. 257-258.

[2] Ídem. Ibidem.

[3] Valencia, Reinaldo. Las necesidades del Chocó. DYNA. Revista de los estudiantes de la Escuela de Minas. Medellín. Año II. Septiembre de 1934. N° 9. Páginas 259-263.

[4] Ibidem. Pág. 260.

[5] Ídem. Ibidem.

[6] Ibidem. Páginas 260-261.

[7] Ibidem. Pág. 261.

[8] Torres Herrera, José M. Estudio sobre las posibilidades agrícolas y el porvenir del Chocó. DYNA. Revista de los estudiantes de la Escuela de Minas. Medellín. Año II. Septiembre de 1934. N° 9. Páginas 264-276.

[9] Ibidem. Páginas 264-265.

[10] Caicedo M., Miguel A. Sólidos pilares de la educación chocoana. Medellín. Mayo de 1992, Editorial Lealon. 75 pp.

[11] Mosquera Lozano, Lisandro. El problema monetario del Chocó. DYNA. Revista de los estudiantes de la Escuela de Minas. Medellín. Año II. Septiembre de 1934. N° 9. Páginas 276-280.

[12] Ibidem. Pág. 276.

[13] Mosquera Lozano, Lisandro. Monografía general del Chocó. DYNA. Revista de los estudiantes de la Escuela de Minas. Medellín. Año II. Septiembre de 1934. N° 9. Páginas 280-291. Bajo el subtítulo Estadística nosológica, el artículo incluye los datos mencionados, en la página 288.

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