Prioridades ambientales
regionales del Chocó
-Ecofondo 1995-
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**FOTOS: Archivo El Guarengue; Ronald de Hommel / WWF 2019 (Minera). |
Hace 30 años, los procesos de titulación colectiva de tierras de comunidades negras se encontraban en ciernes, y el departamento del Chocó tenía diez municipios menos que en la actualidad.[1] Ecofondo, oenegé que había sido fundada como un fondo ambiental participativo, en febrero de 1993, se encontraba sembrando semillas de gestión ambiental participativa, a lo largo y ancho de Colombia, a través de sus 12 unidades regionales, una de ellas en el Chocó; alcanzando progresivamente la credibilidad necesaria para que organizaciones como ACIA, ACADESAN, ACABA y OREWA, posteriormente OBAPO, accedieran a participar activamente en procesos que a la postre serían históricos dentro del ambientalismo colombiano, como la definición participativa de prioridades ambientales regionales y nacionales, con el auspicio de ECOFONDO.
Así, entre marzo y octubre de 1995, se llevó a cabo un novedoso y ampliamente participativo proceso de identificación y definición de prioridades ambientales del departamento del Chocó, que por la precaución aún necesaria para evitar que las jerarquías institucionales fueran a soslayar los componentes culturales y sociales de las comunidades chocoanas y sus territorios, privilegiando lo ecológico, se denominaron prioridades socioambientales.
Seis componentes: étnico-cultural, urbano, tejido social, políticas económicas y ambientales del Estado, condicionamientos nacionales e internacionales, y aspectos biofísicos de la región; constituyeron el marco conceptual que orientó metodológicamente el proceso, que se nutrió con caracterizaciones subregionales y regionales previas y con una detallada revisión bibliográfica. Los problemas identificados y categorizados a través de una matriz de análisis estructural fueron contrastados uno a uno con los componentes conceptuales, a través de una matriz de análisis multicriterio; tanto para las doce zonas en las que se subdividió el territorio chocoano, como para el departamento o región en conjunto.
Publicado por Ecofondo en octubre de 1995,[2] en el estudio se identificaron 36 problemas ambientales claves, con la participación de más de 150 líderes étnicos, institucionales y urbanos. A partir de dichos problemas se establecieron 10 prioridades ambientales regionales para el departamento del Chocó,[3] que son las que se presentan a continuación, y cuya vigencia, validez o actualidad serían un buen tema de discusión y debate treinta años después.
1. Construcción y ejecución de un plan de
desarrollo apropiado a las características ambientales y socioculturales del
región.
Es urgente que en el tratamiento de la problemática ambiental del Chocó se supere el reduccionismo de la falsa oposición entre desarrollo y preservación o conservación de los recursos naturales, que conduce al tratamiento de ambos temas desde perspectivas separadas, poco relacionadas y equívocas en su concepción.
Para ello se debe abordar la construcción colectiva de un modelo de desarrollo realmente alternativo, en donde el criterio fundamental sea el logro del bienestar pleno de la población chocoana, cuyas estrategias adaptativas no riñen con una gestión adecuada del territorio; y donde el punto de partida sean las condiciones étnicas, socioculturales y ambientales de la región.
Este plan debe salvar la actual dispersión de la planificación misma del desarrollo por parte del Estado, pues actualmente el futuro del Chocó está atravesado por múltiples propuestas.
2. Control efectivo de la explotación
forestal y minera de pequeña, mediana y gran escala
Es necesaria la implementación de una política clara en materia de control, legal y de hecho, del modelo extractivo de los recursos naturales que se le ha impuesto a la región chocoana. De tal manera que se vayan ganando condiciones objetivas de favorabilidad para un plan de desarrollo verdaderamente alternativo para la región.
De este modo se puede controlar tanto la degradación de los componentes biofísicos del territorio chocoano, como la dependencia económica monoextractivista de la población, reduciendo así los efectos antrópicos sobre el componente biofísico.
Esta tarea, de proporciones gigantescas, debería estar acompañada de una búsqueda seria y comprometida en el campo de la recuperación y el fortalecimiento de prácticas que forman parte de los sistemas productivos tradicionales, las cuales se encuentran actualmente en crisis; pero históricamente se han mostrado eficaces em la gestión territorial, ambientalmente sanas y socialmente justas.
3. Identificación e impulso de alternativas
económicas de beneficio comunitario
Se trata de emprender con rigor y seriedad, dentro de planes de desarrollo adecuados, la búsqueda de alternativas económicas que permitan una gestión más adecuada a la realidad ecológica y cultural de la región, mediante estrategias de producción basadas en el bosque y en el conocimiento colectivo de la población, que lleven a fortalecer su identidad cultural y a mejorar sus niveles de bienestar. Dichas alternativas, por supuesto, deben entrar a solucionar la gran deficiencia de las redes de comercialización, que son hoy un cuello de botella para las economías subregionales del Chocó.
4. Mejoramiento sustancial de los niveles
de coordinación y de voluntad política entre las instituciones estatales
Para lograr todo lo anterior se hace necesario ganar la voluntad política suficiente para que, en una acción mancomunada entre las instituciones del Estado y las organizaciones sociales de los pueblos negros e indígenas, se llegue a la construcción colectiva de estrategias de desarrollo que conduzcan a la planeación y operativización de una verdadera gestión ambiental regional, que dé respuestas eficaces a la crisis actual.
Tal hecho debería conducir a -y estar acompañado por- una mejoría sustancial de los niveles de coordinación interinstitucional del Estado en la región, cuyas deficiencias llevan a la ineficiencia, la colisión de competencias y la multiplicación de acciones repetitivas, acarreando altos costos financieros, administrativos, socioculturales y ambientales.
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Portada y primera página interior de la publicación del trabajo de Prioridades Ambientales del Chocó, octubre 1995. |
La carencia de información precisa sobre la calidad actual y futura de los ecosistemas de la región chocoana es un vacío que afecta la gestión actual y la planeación del desarrollo regional, sobre todo en el orden estrictamente ecológico. Pues, como ya se anotó, se ignoran los datos precisos sobre el patrimonio biofísico del Chocó, los impactos que ha sufrido y los efectos posibles.
Por lo mismo, en una acción coordinada entre las autoridades ambientales y las autoridades oficiales en general, tanto a nivel local como regional y nacional, se debe emprender perentoriamente esta labor de diagnóstico, empezando por recopilar la información dispersa.
El Diagnóstico Ambiental Regional, realizado de manera integral y holística, sería una base sólida para la planeación del desarrollo del Chocó.
6. Protección y recuperación de áreas y
ecosistemas críticos y estratégicos en la región
Los incalculables daños ecosistémicos que ha sufrido la región chocoana, como producto de las prácticas inadecuadas de producción propias de las economías de enclave, deberían ser objeto de un tratamiento especial.
Para ello, y con base en el Diagnóstico Ambiental Regional, debe emprenderse la tarea de protección y recuperación de ecosistemas críticos y estratégicos o especiales, tales como ciénagas, manglares, cativales, ecosistemas marinos y coralinos, entre otros.
Dicha acción integral debe tener una fuerte base de participación comunitaria, para garantizar mayores niveles de eficacia y de apropiación regional de la tarea.
7. Reconocimiento de la propiedad colectiva
de territorios a los grupos étnicos de la región
Con el propósito de garantizar mayores niveles de adecuación en la gestión ambiental del Chocó, se debe acelerar el proceso de reconocimiento jurídico de la propiedad colectiva de territorios étnicos; ya que los pueblos indígenas y negros han demostrado históricamente su capacidad de gestión sostenible, que ha sido garantía para la supervivencia de las condiciones ambientales de la región, a pesar de la economía extractiva.
Esta acción, acompañada de alternativas económicas de beneficio comunitario, de estrategias adecuadas de desarrollo y de una gestión ambiental correctamente planificada, ejecutada y coordinada, será básica para el futuro de la región.
8. Fortalecimiento de los procesos de
organización social de la población chocoana
La necesaria, adecuada y racional interlocución entre el Estado, los empresarios y las comunidades negras e indígenas del Chocó solo será posible si se contribuye a fortalecer institucionalmente los procesos organizativos de la población, en su doble carácter social y étnico.
El apoyo logístico, financiero y de capacitación a las organizaciones sociales del Chocó redundará en el fortalecimiento de su capacidad de participación efectiva, de negociación y concertación; de modo tal que la población entre a ser sujeto pleno de sus derechos y de su propio desarrollo y el de su región.
9. Control efectivo de procesos de
colonización y procesos de concentración individual de la propiedad de la
tierra en la región
La presencia de otros sistemas productivos, lo mismo que de otras lógicas de relación entre la sociedad y la naturaleza, son factores que han escindido los esquemas culturales de comunidades negras e indígenas en el Chocó; además de que han ocasionado ingentes daños en las relaciones y el equilibro de los ecosistemas regionales.
Por ello, es tarea prioritaria identificar, diseñar y ejecutar mecanismos eficaces de control para estas problemáticas, no con el ánimo de aislar a la región en términos de sus relaciones con el resto de la sociedad colombiana, sino con el propósito de aminorar factores de crisis y condicionar las presencias foráneas a unos claros criterios de sostenibilidad en lo productivo y en lo ambiental, y de respeto a la diferencia en cuanto a la étnico-cultural.
10. Planes especiales de reforma urbana
adecuados al medio ambiental y sociocultural de la región
La dinámica ambiental y sociocultural de la región chocoana no permite la ejecución de los modelos de urbanismo y urbanización que, hasta el presente, se han venido imponiendo; los cuales no son más que copias deficientes de esquemas foráneos y funcionales en otras condiciones ecosistémicas y socioculturales. Los resultados, que fueron analizados en extenso en otro aparte de este informe, muestran que este ha sido un factor agravante de la crisis regional.
Es, pues, labor urgente la reconceptualización y el diseño de planes especiales de reforma urbana para los espacios de este orden que existen en el Chocó, adaptando el espíritu de las normas vigentes sobre la materia a las condiciones y la realidad propias de la región.
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Distrito Regional de Manejo Integrado “Selva Pluvial Central Siete Sabias - Esperanza de Vida”. Quibdó y Atrato. FOTO: Codechocó / El Espectador, 2024. |
[1] En 1995, el Chocó estaba conformado por 21 municipios: Quibdó, Istmina, El Carmen de Atrato, Lloró, Bagadó, Bojayá, Riosucio, Unguía, Acandí, Juradó, Bahía Solano, Nuquí, Alto Baudó, Bajo Baudó, Nóvita, Sipí, Condoto, Tadó, San José del Palmar, Litoral del San Juan y Cantón de San Pablo.
[2] Centro de estudios regionales del Pacífico y ECOFONDO-Unidad Regional Chocó. Prioridades Socioambientales del Departamento del Chocó. 277 páginas. Ilustraciones, fotografías, mapas, gráficos.
[3]
Ibidem. Pág. 263-268