lunes, 8 de julio de 2019


Narrativas y representaciones
Foto: Julio César U. H.

Históricamente, las narrativas sobre el Chocó han estado basadas en estereotipos y lugares comunes, derivados de imaginarios predominantemente negativos, mediante los cuales se ha alimentado la producción y reproducción de percepciones, imágenes y representaciones limitadas, devaluadoras, pobres, recortadas, simplificadas e incompletas de la región y de su gente. En todos los aspectos. Incluso en las esporádicas menciones de carácter cultural, que por lo general se encasillan en una mirada pintoresca y folclórica de la identidad y de la producción de sentido.

Aunque ha crecido la cantidad y se ha incrementado la amplitud de relatos estatales, académicos y periodísticos desde que -para mal de la región- ocurrió la ominosa y dolorosa expansión del conflicto armado, con el consiguiente desplazamiento forzado de muchedumbres de campesinos e indígenas; en muy pocos casos dichos relatos han superado las visiones incompletas, las miradas hegemónicas y los sesgos folclóricos. En casi ninguno de los casos, dichos relatos han sido adecuadamente contextualizados para el lector no chocoano, el cual sigue concluyendo, con la simpleza que esas narrativas le transmiten e inducen, simplezas y reduccionismos que encasillan a la región y a su gente en cuanto a pobreza, corrupción y costumbrismo folclórico.

Foto: Julio César U. H.

En esa perspectiva no tienen cabida relatos ni narrativas que den cuenta integralmente de los hechos culturales de la región, de los actores y gestores de esos hechos, del valor y peso específico que dichos cultores y sus creaciones tienen como parte de las expresiones de identidad, y como aporte a la reafirmación y consolidación de la misma. De modo que, por ejemplo, las notas de prensa, radio y televisión de los medios de comunicación nacionales dedicadas anualmente a las fiestas de San Pacho se quedan en lo circunstancial, tienden a la repetición de los mismos discursos superficiales sobre la excesiva o insólita duración de la fiesta, sobre su combinación de rumba y otros elementos paganos con los ritos religiosos, etcétera, etcétera; olvidando, por ejemplo, aspectos como el del peso franciscano en la religiosidad popular, el carácter vigente de las fiestas como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad o la música y los músicos de San Pacho, que es algo que salta de bulto al oído y a la vista de todo el que asiste a la fiesta.

La situación descrita empeora cuando los discursos de los propios chocoanos terminan reproduciendo los lugares comunes y los estereotipos divulgados por los medios de comunicación nacionales; o cuando las narrativas locales, a través de medios y relatores también locales, incurren en la misma pobreza conceptual y de contenidos de los nacionales, renunciando así a la capacidad y a la posibilidad de construir y difundir versiones propias de su propia identidad, de sus propias expresiones, de sus productos culturales propios y de sus propios cultores, artistas y gestores culturales.

Foto: Julio César U. H.

Por lo anterior, es vital y conveniente para la tradición, la identidad, la historia y el arte de la región, que desde el mismo Chocó se adelanten procesos de documentación de sus personajes y hechos culturales que contribuyan a su memoria viva; que sirvan de herramientas narrativas para el conocimiento amplio de la población en general y de las nuevas generaciones en particular, como espejos históricos en los cuales puedan verse reflejados y retratados como miembros de su cultura y como integrantes de su sociedad. A la vez que funcionen como narrativas propias o endógenas que sirvan de fundamento para que sea la propia región la que comunique sus realidades y sus propias representaciones a los medios de comunicación nacionales, a los agentes estatales y a los investigadores y estudiosos provenientes de otras regiones del país.

Foto: Julio César U. H.

También la tradición y la identidad cultural de la gente, la historia de su formación social, importan a la hora de narrar su vida. Quizás siempre y por encima de todo.

Foto: Julio César U. H.


1 comentario:

  1. Excelente artículo Julio. La verda es que en aras de una mirada retrospectiva de la esencia de la fiesta, caemos en esa lectura reduccionista del sincretismo entre religión y cultura que caracteriza la fiesta

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